PRIMAVERA EN EL ASFALTO
Se desliza desnuda
por las grietas grises del asfalto.
Transita por las aceras,
invade las calzadas,
se acurruca en los alcorques,
se refugia en los parques.
Huye ya sin recato
de este mundo de prisas sin sentido,
de un mundo a ras de suelo.
En medio del olvido,
decide entre suspiros acotados
romper la hegemonía del asfalto
y refugiarse sola,
aunque sea unas horas,
en ese arbusto gris de la avenida
que soporta sin tregua
el bullicio infernal de tantos seres
que no gozan del cielo o de la brisa
o del trino infantil de un pajarillo.
¿Quién adivina acaso
el perfil azulado o el aroma silente
del brote efervescente de la vida
entre paredes grises
huérfanas del latido de los astros?
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ana a -