Blogia
josemarco

FUTURO INCIERTO

FUTURO INCIERTO

     Viajar por la comarca de las Cuencas Mineras en un día preinvernal invita no sólo a la contemplación de un paisaje conocido, pero cada vez con distinta fisonomía, sino sobre todo a la reflexión serena, sosegada, al margen del rumor de la gran ciudad, de los dimes y diretes de los medios de comunicación y de las tertulias vacuas de los fines de semana.

     Son tan importantes los problemas que se ciernen, cual espada de dámocles, sobre la provincia de Teruel y, especialmente sobre esta comarca, que es difícil sustraerse al peso de la realidad, al poso de la incertidumbre y del abandono. Un abandono que sume a estos pueblos en un largo letargo invernal, un abandono que conlleva despoblación y vacío de casi todos los núcleos rurales.

     Mientras paso por el cruce de Azuara, después de dejar a mi derecha el viejo Belchite, con su inconfundible silueta de ruina y destrucción, me viene a la mente el probable desmantelamiento del centro de salud de este pueblo y de esta comarca. Y temo que esto se contagie a otras zonas como un acelerado dominó. El frío preinvernal me sorprende a medida que me acerco a Muniesa, Cortes de Aragón y Hoz de la Vieja. La lluvia otoñal ha teñido de verde los campos y la reja del arado rotura estas tierras casi desoladas. Utrillas muestra la cara más animada de estos pueblos semivacíos, pero poco después aparece el en horizonte la chimenea de la central de Escucha, a la que le quedan pocos meses de funcionamiento. Es verdad que han sido 42 años de producción de electricidad, pero suele comprobar cómo un centenar de trabajadores van a tener que abandonar su tierra, su familia y, tal vez, un trabajo estable.

     La radio informa al filo del mediodía de las manifestaciones en Teruel y Alcañiz contra el cierre o reducción de plantilla de sus paradores. Dicen que el de la capital no es rentable y que el del Bajo Aragón no responde a las expectativas. Nadie entiende esta decisión. Ni siquiera las autoridades locales. Un golpe más para Teruel, un golpe más para esta provincia que se perfila como un futuro coto de caza o lugar de ocio para adinerados.

     Me acerco ya a mi destino. Y me consuela y alegra que el río Guadalope haya recuperado de nuevo su caudal otoñal y siembre de alegría estos parajes grisáceos, teñidos de verde por las copas de los pinos y abocados a un nuevo invierno incierto y prolongado. El sol del mediodía me hace olvidar las grises ideas que he ido hilvanando durante el trayecto. Y, aunque sea sólo por unos días, las calles se visten de murmullos, alborozo y ambiente prenavideño.

0 comentarios