Blogia
josemarco

ARAGÓN

SIN DOCENTES EN TERUEL

SIN DOCENTES EN TERUEL

 

     Un grupo de estudiantes de la asignatura Nuevas Tecnologías de segundo de Magisterio de Primaria del campus de la Universidad de Zaragoza en Teruel se manifestaron ayer porque no tenían aún un profesor que impartiera la asignatura. Y es que, al parecer, el profesor designado había renunciado a la plaza por diversos motivos. Lo más probable es que - como muchos funcionarios - considera a la ciudad de los Amantes como un destino de tercera categoría.

     Los perjudicados siguen siendo - como casi siempre - los alumnos y alumnas. Han pagado su matrícula y llevan casi dos meses sin recibir clases de esa materia. Se habla de la lentitud de la burocracia a la hora de buscar un sustituto. Se habla de falta de agilidad administrativa. Pero no se habla de falta de eficacia y de ineptitud.

     En Teruel ya llueve sobre mojado cuando nos referimos al tema educativo. Costó mucho poner en funcionamiento este campus y sigue siendo difícil conseguir alumnado para alguna carrera y aumentar la oferta educativa. Y es que Teruel se sigue contemplando como ciudad de paso, como enlace ocasional entre el Levante y el Norte y como poco más.

     Es una pena que esto ocurra y que los estudiantes paguen los platos rotos. Ya es hora de que esta capital figure en el mapa educativo como se merece. Sin embargo, esta situación no favorece en nada a un campus joven, todavía en crecimiento y con perspectivas de futuro.

 

UNA ASIGNATURA PENDIENTE

UNA ASIGNATURA PENDIENTE

     La semana pasada recorrí casi doscientos kilómetros en una tarde para acercarme desde Aliaga hasta Mosqueruela e intentar buscar alguno de los pocos rebollones que los cientos de visitantes de la comunidad vecina habían buscado y rebuscado - dejando un rastro infernal - el día 9 de octubre. Mi idea era recalar en Fortanete, pero el vallado de una zona boscosa y el aspecto más bien seco del monte me animó a subir hasta Cantavieja y a afrontar veinticuatro kilómetros más hasta la población de Mosqueruela. En pocas horas, recorrí una parte de cuatro comarcas turolenses: Cuencas Mineras, Maestrazgo, Gúdar-Javalambre y Comunidad de Teruel. El denominador común de las carreteras de esta extensa y desolada zona fue el mal estado de las carreteras - si es que se pueden denominar así - en esa tarde apacible y algo lluviosa del mes de octubre.

     Y es que recorrer esta zona sudeste de la provincia de Teruel tiene su encanto por la contemplación de un paisaje, embellecido en otoño por una sinfonía sorprendente de colores y sonidos. Pero, como contrapartida, supone un elevado riesgo para el que se desplaza con su vehículo a conocer la zona o a visitar a algún amigo o familiar. No quiero ni pensar lo que supondrá en invierno el desplazamiento por estas rutas lindantes con la provincia de Castellón. La mayoría desisten, pero muchos no tienen más remedio que hacerlo por sus obligaciones familiares o laborales. Por eso es un pequeño paso - de tortuga o de hormiga - la reciente inauguración de una carretera asfaltada - en pleno siglo XXI - entre las localidades de Cantavieja, Mirambel y La Cuba. Este último pequeño núcleo rural - que no alcanza los cien habitantes - ha sido el más beneficiado. De todos modos, sus vecinos reconocen que queda mucho por hacer y que las comunicaciones en Teruel siguen siendo una asignatura pendiente.

     Así lo comprobé el 10 de octubre cuando me dirigía a Mosqueruela desde Cantavieja y cuando decidí regresar - para no repetir el mismo torturoso trayecto - por Valdelinares, el municipio más alto de España. Menos mal que conozco bastante bien la carretera. Porque la conducción de mi vehículo se parecía más a un rally que a una ruta de fin de semana. Tuve que sortear baches continuamente, afrontar el trazado de curvas inverosímiles - sobre todo desde Valdelinares hasta el puerto de Sollavientos - y transitar por un firme que parecía más un pedregal que un asfaltado. Y si no que se lo pregunten a los vecinos de Jorcas, Aguilar o Camarillas. Comentaba con mi acompañante que no sé cómo no se producen más accidentes. Quizás sea por el escaso tráfico. Por eso la pregunta es evidente: ¿Va a invertir la administración autonómica o provincial algún millón de euros en esta zona tan despoblada? Casi todos conocemos la respuesta. Mientras tanto, habrá que seguir transitando por carreteras tercermundistas o quedarse en casa disfrutando de las mejoras constantes de la gran ciudad en detrimento de los núcleos rurales, que aportan menos votos y menos ingresos económicos.

EL ENCANTO DEL PIRINEO

EL ENCANTO DEL PIRINEO

     Vale la pena abandonar durante unas horas la gran ciudad, olvidarse de la pantalla del ordenador, del televisor, del ruido de los vecinos y del agobio cotidiano para acercarse a uno de los valles más encantadores del Pirineo aragonés: el valle de Pineta.

     Con el pretexto de conocer el lugar de acampada donde va a instalarse Javier durante la primera quincena de julio, hemos recorrido casi quinientos kilómetros para disfrutar durante cinco horas de un paisaje singular. Además, este año Pineta está más verde y más lozano que nunca. El río Cinca se desliza impetuoso desde la cascada que alimenta el lago helado de Marboré y el glaciar del Monte Perdido, las hayas muestran toda su lozanía y la nieve llega casi hasta lo más hondo del valle.

     En este primer día de apertura para los visitantes de la Exposición Internacional de Zaragoza, he recordado el agua del Ebro y he comparado su cauce triste y amarronado con el cauce alegre, cristalino e impetuoso de uno de sus afluentes. Es verdad que el Cinca irá perdiendo poco a poco su virginidad. Pero sus raíces están ahí, en este valle silencioso, al pie de este circo montañoso coronado por el Monte Perdido.

     Hace ya casi tres décadas descendí a este valle desde la cima del Monte Perdido. Fue una ascensión difícil y complicada. Pero quedó un poso de satisfacción después de alcanzar la meta. Hoy también hemos regresado a Zaragoza con el cansancio en el cuerpo pero con la mente despejada y la ilusión de haber disfrutado de un paisaje que, después de las últimas lluvias, muestra este año su cara más alegre. Eso mismo deseamos a los ciento treinta niños y niñas que el próximo día 29 de junio alegrarán este valle con sus juegos y actividades. Y volverán a la gran ciudad con la imagen imborrable de esas montañas, todavía coronadas de blanco, y de esas cascadas impetuosas, cuyo rumor resuena constantemente en los oídos como una caracola.

MILLONES DE SABINAS

MILLONES DE SABINAS

     De acuerdo con un estudio de la Fundación Ecología y Desarrollo, para contrarrestar o compensar los efectos de la contaminación que generaría el parque de juego y ocio Gran Scala  - unos 15 millones de toneladas de CO2 anuales - haría falta plantar 1.500 millones de sabinas, es decir, dos tercios de la superficie de Aragón.

    La noticia es sorprendente. Y despertará polémica. Lo que está claro es que, siga adelante o no el macroproyecto de Gran Scala, la necesidad de repoblar grandes zonas semidesérticas de Aragón - y de España - es cada vez más urgente. Me parece un acierto la intención de sembrar nuestros montes con semillas de sabinar, este árbol resistente a vendavales y ventiscas, de madera muy valiosa, con propiedades medicinales y de muy larga vida. En la provincia de Teruel hay muchos sabinares. Entre ellos destaca el sabinar de Formiche Alto. Las sabinas están en todas partes y conforman un paisaje peculiar. En esta zona se pueden encontrar tres especies: sabina negra, sabina blanca o albal y sabina real. La sabina negra es la más frecuente, aunque la más valiosa es la sabina albal, que puede alcanzar veinte metros de altura y dos o tres metros de diámetro.

    Siempre me han llamado la atención las sabinas que se extienden irregularmente por diversas zonas del término municipal de Aliaga. Alternan su presencia con el enebro - ambas se caracterizan por su lento crecimiento y su longevidad - y compiten en algunas zonas con el pino. En la ribera del río Guadalope, en las laderas que flanquean su cauce desde Aliaga hasta Miravete de la Sierra, la sabina se erige en protagonista de un paisaje desolado en invierno y acogedor en pleno verano. Están dispersas, separadas. A veces se elevan como testigos solitarios de un pasado cada vez más lejano. Eso sí, su presencia es cada vez más escasa. Muchos no distinguen la sabina del enebro. Javier las diferenciaba desde pequeño por el color de sus hojas - verde más claro en los enebros - y por el tacto. El enebro pincha, la sabina acaricia y produce sólo un ligero cosquilleo.

     No sé si llegará a buen puerto el proyecto de Gran Scala. Al parecer, cada vez surgen más inconvenientes y más detractores. Lo que debería llegar a feliz término es la plantación de sabinas en zonas como los Monegros, los montes de Belchite o grandes extensiones de la Ibérica turolense. Sería una siembra de futuro. Y seguro que no encontraría tantos detractores como el megaproyecto de ocio previsto entre Zaragoza y Huesca.

ESCASEZ DE SERVICIOS EN TERUEL

ESCASEZ DE SERVICIOS EN TERUEL

     Hace poco más de medio año, me desplacé con mi familia desde Aliaga (Teruel) hasta Massalavés (Valencia). Debido a lo temprano del día y a la fecha - un domingo del mes de agosto - no me detuve a repostar en mi pueblo confiando en encontrar una gasolinera abierta durante el tramo relativamente breve entre Aliaga y Teruel - unos sesenta y cinco kilómetros. Pero no fue así. Ni en Perales de Alframbra, ni en la propia Alfambra pude repostar. Las gasolineras de estas dos pequeñas localidades turolenses estaban cerradas a cal y canto. Menos mal que con la reserva del depósito llegué hasta la capital de los Amantes. Allí pude llenar el depósito. Eso sí, desviándome unos diez kilómetros de mi ruta habitual.

     Esto mismo les puede ocurrir a los que se aventuren a viajar desde Zaragoza a Teruel - o viceversa - con el depósito medio lleno. Si quieren repostar a pie de ruta, no lo van a poder hacer. ¿Qué ocurre? Que en la recién inaugurada Autovía Mudéjar (A-23) no hay ni una sola estación de servicio. Si el conductor quiere llenar el depósito, tendrá que abandonar la autovía y recorrer entre diez y treinta kilómetros para cargar combustible. Eso lo podrá hacer en Cariñena, Daroca, Calamocha o Santa Eulalia del Campo entre otras localidades. Los entendidos opinan que, dado el retraso de las obras y debido a la incertidumbre sobre la fecha de inauguración de los distintos tramos, nadie se ha atrevido a apostar por una nueva estación o área de servicio. ¡Qué lastima!

    Me pregunto si esto habrá ocurrido en los tramos de autovía de Cataluña, de Valencia o de otras comunidades. En los dos primeros casos tengo que decir que no. Las estaciones de servicio se licitaron y se instalaron casi al mismo tiempo o poco después de la inauguración de las autovías. Lo compruebo cuando viajo a Valencia o a Cataluña. Pero en Aragón y, sobre todo en Teruel, parece que somos diferentes. Es la típica imagen del pez que se muerde la cola. Y ya llueve sobre mojado. La iniciativa privada llega con cuentagotas porque somos pocos habitantes y no deben ver muy clara la rentabilidad. Y los presupuestos del Estado tampoco son demasiado generosos para esta comunidad - con excepción de la Expo - y para esta provincia. Lo peor de todo es que la mentalidad es muy difícil de cambiar y la escasez de servicios no es, ni mucho menos, algo nuevo. Que se lo pregunten, por ejemplo, a las personas que soportan invierno tras invierno en las aisladas sierras del Maestrazgo o en la comarca de las Cuencas Mineras.

¿ALGO SE MUEVE EN TERUEL?

¿ALGO SE MUEVE EN TERUEL?

    Un amigo mío comenta con frecuencia que Teruel sólo existe para las multas. Y, después de intentar comprobarlo cuanto circulo por sus casi solitarias carreteras, creo que tiene bastante razón. Quizás sea debido a la poca densidad de población de esta provincia. Ello repercute en la mayor proporción de agentes por habitante. Algo similar ocurre con la información meteorológica. Desde que tengo uso de razón, veo la silueta de teruel con dígitos negativos durante los meses invernales. El clima es extremo, riguroso y, en general, perjudicial para casi todo tipo de plantación agrícola. Si a ello unimos la peculiar orografía, podemos afirmar que esta provincia no goza de los privilegios de otras muy cercanas.

     Pero hay que mirar la cara positiva de Teruel. Todo esto lo escribo mientras se está disputando en la capital de los Amantes la fase final nacional de un torneo de volleyball - ¿por qué no decimos balonvolea? -.  Uno se alegra al contemplar por la televisión autonómica aragonesa un pabellón lleno hasta la bandera y un ambiente inmejorable. Puede ser un nuevo impulso para Teruel que complemente al ya consolidado parque temático Dinópolis, a la celebración en febrero de la fiesta de los Amantes, a la Feria del Jamón, al reclamo invernal de las pistas de esquí de Javalambre y Valdelinares o a la futura Ciudad del Motor en Alcañiz.

     Es verdad que el turismo no lo es todo y que el deporte no lo es todo. Todavía quedan muchas asignaturas pendientes para la provincia. Destacan, entre otras, la industria y las comunicaciones. Esta última está comenzando una andadura lenta pero progresiva. Pronto estará enlazada por autovía con la capital de España. Acaba de inaugurarse, por fin, el último tramo de la Autovía Mudéjar, que comunica ya las tres provincias aragonesas. Pero quedan todavía muchos proyectos por realizar. Es de esperar que, después de las elecciones del próximo 9 de marzo, el partido que esté en el poder se siga acordando de esta provincia. Y que los representantes pólíticos electos sean auténticos portavoces y no meras figuras decorativas al servicio de su partido.

UNA BUENA NOTICIA PARA ARAGÓN

UNA BUENA NOTICIA PARA ARAGÓN

     El próximo jueves, 21 de febrero se inaugurará el último tramo de la autovía mudéjar, que enlaza Calamocha con Romanos. Después de casi dos décadas de esperas, retrasos, paréntesis y otros inconvenientes, quedarán unidas por autovía la capital de Aragón con la capital de la Comunidad Valenciana. Para los que nos desplazamos con frecuencia hacia Teruel o hacia el Levante español es una buena noticia. Aunque llega tarde y se ha hecho esperar, por fin podremos desplazarnos a la capital del Turia en menos de tres horas. Está claro que las infraestructuras ferroviarias entre ambas capitales tendrán que mejorar mucho si quieren llegar a competir con el turismo o el autobús. Es un impulso más a las comunicaciones en Aragón. Pero no se trata de un punto final, sino de un punto y seguido.

     Quedan pendientes otros tramos de esta autovía, que debería llegar cuanto antes a la frontera francesa. Queda pendiente la autovía Jaca-Pamplona, la autovía Huesca-Lérida, el desdoblamiento desde El Burgo de Ebro hasta Alcañiz, el desdoblamiento desde Pina de Ebro hasta Fraga, el desdoblamiento desde Figueruelas a Mallén. Y un largo etcétera. La tarea no ha hecho más que comenzar. Los próximos gobiernos nacionales y autonómicos deberán tener en cuenta todos estos proyectos - algunos de ellos en marcha - para que no ocurra lo mismo que con la autovía mudéjar. Los cambios de gobierno, los cambios de legislatura no deberían influir en los planes de futuro. Sin embargo, últimamente se ha podido comprobar lo contrario. Bastaría consultar las hemerotecas para informarnos de la continua paralización de proyectos debido a motivos políticos.

      De todos modos, bienvenido sea este nuevo tramo. El tiempo dirá si, además de acortar el trayecto y mejorar la seguridad, beneficiará o perjudicará a los pueblos por los que discurría la antigua carretera nacional. Habrá que ver qué ocurre con Daroca y sus infraestructuras turísticas. Habrá que comprobar qué ocurre con Calamocha y sus comercios, bares y restaurantes a pie de carretera. La autovía es un gran avance pero, paradójicamente, podría dejar sin vida a los habitantes de los pueblos que se dedican al sector servicios, al sector turístico y a la hostelería. Es la otra cara de la moneda, la cara oculta del progreso. ¿Cuál puede ser la solución? Habría que crear nuevas infraestructuras y buscar fórmulas imaginativas para que esas zonas de las provincias de Zaragoza y Teruel no sean sólo un lejano lugar de paso. Sería, en cierto modo, una pequeña vuelta atrás. Y eso no le interesa a nadie. 

POR UNA UNIVERSIDAD DE FUTURO

POR UNA UNIVERSIDAD DE FUTURO

     En Teruel no sólo piensan en el presente. Se preocupan, sobre todo, del futuro. De un futuro que empezaron a construir a partir de 1999 - hace más de ocho años- cuando un grupo de turolenses comprometidos impulsó la plataforma Teruel Existe para luchar contra el abandono de una provincia dejada de la mano de Dios y de los hombres desde hace varias décadas. La lucha, el tesón y el buen hacer colectivo de esta plataforma han conseguido diversos frutos, aunque sus reivindicaciones iban siempre más allá de lo que, al final, se les ha otorgado. Porque Teruel tiene aún muchas asignaturas pendientes. Y una de ellas es la Universidad. El campus turolense ha ido creciendo poco a poco, tal vez a paso de tortuga. Y la ciencia y la tecnología siguen por unos derroteros mucho más rápidos que la propia institución docente, dependiente de la Universidad de Zaragoza. Por eso, diversos colectivos de la capital de los Amantes han unido sus fuerzas y su entusiasmo para reclamar una Universidad más competente y más diversificada. Una universidad de futuro.

    Las asignaturas que reclaman los representantes de estos colectivos - que llevan ya 24 horas encerrados en la Casa Consistorial - son Arquitectura y Comunicación Audiovisual. Y tanto para una como para otra esgrimen razones contundentes: en el primer caso, hay que tener en cuenta la tradición arquitectónica de una provincia surcada por los monumentos mudéjares; en el segundo caso, hay que valorar la tradición cinematográfica de la provincia turolense con dos figuras clare: Segundo de Chomón y Luis Buñuel. Hay que tener en cuenta, además, que estas titulaciones no figuran, de momento, en ninguna facultad de la Universidad de Zaragoza, lo cual refuerza más la solicitud unánime de los turolenses. Y Teruel necesita de estas titulaciones universitarias y de otras que podrán llegar en un futuro. De este modo, muchos alumnos se quedarán en la ciudad al terminar el bachillerato. E incluso se podría hablar de la acogida de alumnos de otras provincias cuyas facultades están saturadas o quizás obsoletas. La reivindicación es clara y contundente. No sé lo que pensarán las autoridades educativas del Gobierno de Aragón. Pero deberían entender la legitimidad de tal reclamación y buscar un equilibrio entre los distintos campus aragoneses. Teruel no se merece un campus de tercera. Porque ya va siendo hora de que abandone el vagón de cola de los trenes del progreso y del futuro. Y el tren de la educación no lo puede perder de ninguna manera.

 

PÉRDIDA DE EMPLEOS EN LAS CUENCAS MINERAS

PÉRDIDA DE EMPLEOS EN LAS CUENCAS MINERAS

     La comarca turolense de las Cuencas Mineras es una de las que más problemas tiene para fijar su población. La situación es cada día más preocupante, a pesar de los esfuerzos que se están realizando desde diversos organismos para que no sea así. Después de la sangría de población de los años sesenta - que compartió con la mayoría de las comarcas de Teruel - y tras sufrir una dura reconversión durante las décadas de los años 80 y 90 del pasado siglo, debido al cierre de numerosas explotaciones mineras y de la central térmica de Aliaga, esta comarca sigue sufriendo el problema del cierre de empresas, de la rescinsión de contratos o de la drástica reducción de plantillas. Aunque actualmente afecta, sobre todo, a las poblaciones de Escucha y Montalbán, esta siuación puede continuar como un efecto dominó en otras empresas de la zona.

     Félix Rubio, portavoz del grupo de Izquierda Unida en esta comarca, se hace eco de esta situación y pide al Gobierno de Aragón que intervenga en la búsqueda de una solución para evitar males mayores. No basta con hablar del pleno empleo, no es suficiente con airear la renta per cápita de las pocas personas que habitan en esta zona. Lo esencial es buscar alternativas fiables y de futuro a esta sangría aparentemente imperceptible. En la actualidad - según el último censo de 2001 - habitan unas nueve mil personas en una superficie de 1.408 kilómetros cuadrados, que agrupa a 30 municipios. La densidad de población era, en este inicio de siglo, de 6,7 personas por kilómetro cuadrado. Una cifra ridícula y preocupante. Hay que tener en cuenta, además, que casi la mitad de la población supera los 55 años de edad y que la mayor parte de esas personas están prejubiladas o jubiladas. Como es lógico, los jóvenes se van a buscar trabajo a otras zonas más prósperas. Sólo el turismo intenta marcar una pauta positiva en esta comarca. Pero el turismo no basta. Ni tampoco es suficiente la afluencia de mano de obra extranjera. El crecimiento vegetativo es negativo y los datos así lo demuestran: a principios del siglo XX habitaban en esta zona veintidós mil personas; ahora, un siglo después, esta cifra ha quedado reducida a menos de la mitad. ¿Qué ocurrirá dentro de cuatro o cinco décadas?

LA NIEVE LLEGA A TERUEL

LA NIEVE LLEGA A TERUEL

     Después de un verano atípico en lo que a climatología se refiere - casi ni una gota de agua, ni una tormenta, ni un chubasco -, después de un inicio de otoño seco y anticiclónico, la nieve ha llegado, por fin, a las cumbres más altas de la provincia de Teruel, para alegría de unos y disfrute de otros. Van a ser muchos los que se acercarán durante los próximos fines de semana a las pistas de esquí de Valdelinares y Javalambre para disfrutar del deporte del esquí o, simplemente, para contemplar un paisaje diferente. Desde la comunidad valenciana y desde la propia comunidad aragonesa numerosos visitantes elegirán estos dos enclaves turísticos para romper la rutina de la semana y cargar las pilas. Se van realizando mejoras año tras año, aunque todavía quedan algunas asignaturas pendientes.

     Tengo intención de subir a Valdelinares desde Aliaga algún día del próximo puente de la Constitución. El problema son las comunicaciones. Tanto si uno se desplaza por Allepuz y Gúdar, como si se dirige a las pistas por Villarroya y Sollavientos, la carretera deja mucho que desear. Las autoridades deberían tomar nota de estas deficiencias y tratar de solucionarlas lo antes posible. Porque, al parecer, se da más prioridad a las comunicaciones desde la comunidad valenciana que a las que proceden de la propia provincia. Eso si se encuentra uno con la calzada limpia de hielo o nieve. En caso contrario, se daría la paradoja de no poder ir a esquiar a una pista que está a menos de cuarenta kilómetros del punto de partida. Algunos hablarán de la escasez de habitantes de esta zona en esta época del año. Es verdad. Pero no deja de ser un círculo vicioso el tema de las comunicaciones. Si hubiera mejores carreteras, si la autovía tuviera un trazado paralelo por la comarca de las Cuencas Mineras, otro gallo cantaría. De todos modos, intentaré llegar a Valdelinares por uno u otro camino y disfrutar de la nieve recién caída, antes de que el cambio climático que se avecina aleje de esta tierra las bajas temperaturas y nos traiga inviernos más benignos y más efímeros. El tiempo lo dirá. 

ESTO NO ES AMÉRICA

ESTO NO ES AMÉRICA

     Siempre ha estado de moda el mimetismo, la imitación servil de los más poderosos y de los, aparentemente, más inteligentes. España no se ha librado nunca últimamente de la estela trazada por los Estados Unidos. Sólo Zapatero eludió el servilismo a que nos tenía acostumbrados el anterior gobierno, retirando a las tropas españolas del callejón sin salida iraquí. Películas, series televisivas, dietas alimenticias, comportamientos colectivos, grandes almacenes, grandes complejos hoteleros, grandes enclaves de ocio en medio de la estepa.

     Eso es precisamente lo que pretende hacer una multinacional: instalar en plena comarca de los Monegros un "megacentro" de ocio, a contracorriente con el paisaje, al margen de las poblaciones limítrofes y al margen de cualquier desarrollo coherente de una zona olvidada de Dios y de los hombres. Cemento y asfalto en los Monegros. Cemento y asfalto en la estepa. Cemento y asfalto en el paisaje. Lo que está ocurriendo en el entorno de la capital aragonesa - Plaza y Puerto Venecia son un claro ejemplo - va a suceder en la comarca monegrina. No sé lo que estará pensando el gobierno de Aragón. Ignoro cómo reaccionarán los ecologistas o los regantes o los propios agricultores de la zona. Pero me temo que va a ser un ejemplo más de desarrollismo salvaje - al estilo de la costa mediterránea - y que podría suponer, si no se plantea con un poco de sentido común, pan para hoy y hambre para mañana. Ni Aragón es California, ni los Monegros son las Vegas.
     Persistir en dudosos proyectos puede llevar a grandes decepciones. A no ser que prevalezca el sentido común o que pasen a segundo plano los intereses de un capitalismo que no respeta fronteras ni enclaves ni perspectivas de futuro.

ALGO SE MUEVE EN TERUEL

ALGO SE MUEVE EN TERUEL

     La provincia de Teruel tiene en estos momentos varios frentes abiertos. En el ámbito educativo se trabaja intensamente para consolidar un campus universitario que recibe cada curso a más alumnos y amplía poco a poco sus instalaciones. Es verdad que depende de la Universidad de Zaragoza y que necesita más autonomía. De todos modos, se está haciendo un notable esfuerzo en este sentido. Crear una universidad que cubra las demandas de la provincia y de algunas provincias limítrofes es un deseo y una aspiración. En el campo de las comunicaciones, se espera con impaciencia la inauguración del último tramo de la autovía mudéjar entre Calamocha y Romanos - ¿será, por fin, en la primavera de 2008? Zaragoza quedaría a sólo hora y media de Teruel y ésta a poco más de una hora de Valencia. La capital de los Amantes se convertiría en un punto neurálgico dentro de lo que se podría llamar el eje del Cantábrico al Mediterráneo. Lo que está por ver es si estas actuaciones tan necesarias contribuirían a frenar la progresiva despoblación de la provincia aragonesa.

     Se está dando un paso firme e importante en la industrialización de Teruel capital. El proyecto PLATEA - Plataforma Logística de Teruel - ha culminado ya la primera fase de urbanización y se espera, de momento, abra las puertas a 150 empleados. El número parece modesto, pero lo más importante es que la empresa Mudéjar Logística tiene previsto dar impulso a una segunda fase, al parecer más ambiciosa. Lástima que las reformas en la línea ferroviaria no vayan al mismo ritmo y de que sólo se contenten los que dirigen las infraestructuras ferroviarias con un recorrido de dos horas desde Teruel a Zaragoza. ¿Para eso hacía falta tanto esfuerzo e inversión?

     Lo que está claro es que algo se mueve en Teruel. Ocurre, sin embargo, que la mayor parte de las inversiones se centran en la capital, dejando al resto de la provincia con pocas infraestructuras industriales y con unas comunicaciones todavía deficientes. Ocurre, además, que en estos meses preelectorales todos los partidos quieren sacar tajada de esta humilde provincia. Y este no es quizás el mejor camino. Al margen de siglas y preferencias políticas, Teruel tiene que seguir avanzando y salir poco a poco del furgón de cola del crecimiento demográfico y de la industrialización. Han sido décadas de espera y en algún momento tiene que despertar de ese letargo de siglos.

¿IMPULSO TURÍSTICO A LAS CUENCAS MINERAS?

¿IMPULSO TURÍSTICO A LAS CUENCAS MINERAS?

     Hace poco más de dos años, reflexionaba en las páginas de este blog (ya no escribo la palabra en cursiva, desde que figura en la nueva y reciente edición del diccionario de María Moliner) sobre el abandono de la línera de ferrocarril que enlazaba Zaragoza con la población turolense de Utrillas. Estas reflexiones surgieron a raíz de la publicación de la novela 1863 pasos del escritor madrileño afincado en Zaragoza Miguel Mena. Rescato un fragmento de uno de mis primeros "post":

     Mi infancia turolense está muy ligada al descubrimiento del tren. Algo ya lejano, romántico e idealizado. Cuando era pequeño, a mis cuatro años, recuerdo mi primer viaje a Teruel para operarme de las amígdalas y mi padre me llevó al viaducto para contemplar el pequeño y gran tren desde las alturas. Me impresionó vivamente. Pero me quedé con las ganas de subir a esos rudimentarios vagones y de percibir de cerca el humo acre de las máquinas, llamadas "cafeteras". Tuve que esperar siete años, en ni primer viaje a Barcelona - abandono cruel de mi infancia en Aliaga - cuando en la estación de Caspe subí al primer tren: ruidoso, rudimentario, lento y mitificado. Fue un viaje iniciático al mundo del progreso, a la Barcelona de los años sesenta, una ventana al mundo que desgarró mi alma infantil.
Hoy día, cuando vuelvo a las Cuencas Mineras y paso por Muniesa, Utrillas, Escucha, Valdeconejos,...contemplo la desolación del paisaje y esas vías muertas que evoca Miguel Mena. Y me pregunto qué hubiera sucedido si esos andenes, esos apeaderos, esas estaciones, hubieran seguido en pie. La vida nos enseña cada día algo y el paisaje nos invita a reflexionar sobre el pasado y sobre el futuro.

 

     Y es que el antiguo y casi olvidado trazado del ferrocarril minero por antonomasia, parece que quiere despertar de su letargo, aunque el sueño no sea el mismo que el que experimenté durante mi infancia. Porque el pleno de la comarca de las Cuencas Mineras, cuyo presidente es Francisco Altaba ha propuesto crear una vía verde aprovechando el antiguo trazado del ferrocarril para dinamizar turísticamente esta zona socialmente deprimida. Es una buena idea. Habrá que preguntarse sin embargo - sin caer en el escepticismo - si ello dinamizará realmente la zona o será sólo un peldaño más en la larga ascensión hacia la plena recuperación de una comarca con una densidad de habitantes menor al diez por ciento. Hay que valorar, de todos modos, que los representantes de la comarca turolense propongan mejoras reales y, al mismo tiempo se preocupen por el futuro de estas poblaciones en declive. Precisamente mi amigo Luis se hace eco en su excelente blog -http://lperezcerra.blogspot.com - de la despoblación de la provincia de Teruel durante el siglo XX. Los datos son escalofriantes. Un tema para la reflexión y los hechos. En las Cuencas Mineras están por la labor. Pero es bueno que colaboren las instituciones y otras empresas privadas.

 

UNIVERSIDAD CON FUTURO EN TERUEL

UNIVERSIDAD CON FUTURO EN TERUEL

     A los turolenses no les gustan las cosas a medias. En Teruel están cansados de ser desde siempre una sucursal cultural y educativa de Zaragoza. En Teruel no se contentan con ser un satélite, ni un sucedáneo, ni un comodín en el ámbito universitario. Por eso los habitantes de esta tierra tan olvidada durante décadas reclaman con toda la razón del mundo una Universidad con futuro, una Universidad con mayúsculas, un Campus universitario consolidado y acorde con el siglo XXI.

     Viene esta breve reflexión al hilo de una postal muy original que ha llegado hoy a mis manos. En ella figura la fachada principal de la Universidad de Teruel, el anagrama de "Teruel Existe" y el lema Conseguiremos una Universidad con futuro en Teruel. Esta postal va dirigida a don Felipe Petriz Calvo, Rector de la Universidad de Zaragoza para que tome cartas en el asunto. Es una buena idea en estas fechas de inicio de curso reclamar algo cada vez más lógico y legítimo. Con la autovía mudéjar, Teruel quedará a una hora y media de Zaragoza. Las distancias ya no serán un obstáculo. Además, sus distintas facultades no están tan masificadas como las de la capital del Ebro y sus instalaciones son, en general más modernas que algunas de Zaragoza. Una Universidad propia y consolidada convertiría a Teruel en una capital cultural y educativa. Se reduciría la sangría de estudiantes que deben salir hacia Zaragoza, Valencia u otras ciudades para cursar sus estudios y muchos estudiantes se desplazarían hasta la capital turolense y tal vez seguirían allí después de acabar sus estudios.

     Quizás sea utópico lo que se reclama. Pero hay que reconocer que una Universidad aglutina inquietudes, proyectos y expansión cultural. Además, esta reivindicación se completa con otras más conocidas y no menos importantes. Teruel se merece una nueva oportunidad. ¿Comprenderá el Rector el alcance e importancia de esta demanda?

¿TERUEL EXISTE?

¿TERUEL EXISTE?

     En estos días de campaña electoral, en estos días de promesas, en estos días de reflexión, análisis y estadísticas, me ha llamado la atención un artículo de Javier Sampedro sobre la provincia de Teruel y su situación de abandono histórico, publicada en la edición digital de El País. Es una opinión discutible y matizable, pero se pueden extraer algunas conclusiones y puede servirnos de elemento de reflexión a los que valoramos esta tierra y tenemos sus raíces en ella. Plamo aquí el texto. Vale la pena una lectura detenida y una interpretación crítica del mismo.

     Un cuarto de millón de turolenses había en 1910 y ahora no llegan a 140.000, lo que indica una manifiesta escasez de turolenses en nuestros días. Según la coordinadora Teruel existe (http://www.teruelexiste.net/), el 90% de los 236 pueblos de la provincia "rebasan el umbral de los muy viejos y el 32,6% se consideran terminales". De hecho, hay 68 pueblos que no alcanzan los 100 habitantes, y otros 120 que sí pasan pero no mucho, porque no llegan a medio millar. En cinco puntos se queda corta su población activa de la media española, en diez su crecimiento poblacional (que no es tal: -5% de crecimiento vegetativo, o nacimientos menos muertes).

     Nada de esto implica que Teruel no exista, sin embargo. Lo que sí implica es que dejará de existir si la autoridad competente no crea empleos, construye ferrocarriles, adecenta carreteras y estimula enseñanzas, y es sabido que las autoridades competentes son poco propensas a esas actuaciones, salvo esporádica inauguración de piedra en descampado.

     Pese a todo ello, Teruel tiene una probabilidad aceptable de seguir existiendo a trancas y barrancas mientras su entorno natural lo permita. Ésta es la lección que nos enseñaron Rapa Nui y el resto de las islas de pascua colonizadas por los austronesios en el Pacífico. Como el antropólogo Jared Diamond demuestra de manera aplastante en Colapso (Debate), la correlación entre la ruina del entorno y la defunción de una sociedad es poco menos que matemática en ese enjambre polinésico.

     Y, por muy dañinos que pudieran ser los turolenses para su medioambiente, no parece probable que lo puedan dañar mucho siendo tan pocos. Seguramente hemos encontrado aquí, por fin, la prueba ontológica de la existencia de Teruel, ¿no creen?

      Pues no señor, si hemos de fiarnos del índice de "medioambiente y entorno natural" del servicio de estudios de La Caixa (del que les recomiendo vivamente la versión en papel: no hay otra), que da notas del 1 al 10 como si de electrodomésticos se tratara. Tres dieces orondos para las Islas Baleares, Guipúzcoa y Pontevedra. Y un mondo y pelado uno para Teruel. Si las desgracias son como las cerezas -que vienen a pares-, las desgracias turolenses se parecen más a los racimos de uvas que a ninguna otra fruta.

      ¿Qué quiere decir ese indicador? Muchas cosas: agrega la extensión de bosques (no mucha), incendios forestales (del montón), espacios naturales protegidos (vulgar), ruido, contaminación, suciedad y pestilencias industriales (templado), número de días con el mercurio bajo cero (frío) y playas distinguidas con la bandera azul por la Unión Europea (gélido).

     Le decía yo a Conistorsis el onubense que "no hay mejor estrategia en la vida que nacer en el lugar adecuado, aunque también ayuda elegir a los padres correctos". Responde Conistorsis: "Si pudiera elegir padres, me quedaría con los que tengo, gracias. Si pudiera elegir genes, sería un cruce entre Brad Pitt, Einstein, Woody Allen, Rafa Nadal y Nacho Vidal. Y si pudiera elegir ciudad, me iría a aquella que tuviera mejores restaurantes, bibliotecas, cines y teatros; que amara más la ciencia y la verdad, y menos el fanatismo religioso o nacionalista; que fuera más hospitalaria y cosmopolita; y que tuviera menos delincuencia: Nueva York".

     ¿Pruebas de la existencia de Teruel? Quédense con la de Voltaire: si Teruel no existiera, habría que inventarlo.

 

JORNADA LÚDICA Y CULTURAL

JORNADA LÚDICA Y CULTURAL

     Aglomeraciones en el Paseo de Independencia. Libros en los porches, que este año protegen a los viandantes de un sol de finales de mayo. La cultura se infiltra entre la fiesta y busca un hueco en este Día de Aragón, que coincide con el Día del Libro y con el Día de San Jorge.Y a este santo legendario y a su mitología está dedicado el espectacular montaje de la Fura del Baus en el mismo Paseo. Son muchos actos en un mismo lugar y muchos espectadores en un espacio limitado. Por eso, la mayoría se quejan de que no pueden verlo bien. Se quejan sobre todo los más pequeños. Sus padres los colocan sobre sus hombros, pero da igual. Muchos deciden abandonar el recinto y recorrer las calles adyacentes, más tranquilas. Pero hay calles que siguen atestadas. Entre ellas la calle Moneva, la de La Mejillonera y El Calamar Bravo. Es la hora del aperitivo y los dos locales están a reventar. Es el Día de Aragón. Un lunes festivo que sabe a gloria. Y hay que celebrarlo.

     La gente se acerca casi a empujones a las casetas de las librerías. Muchas novedades, muchos libros para regalar a potenciales lectores. Un clavel - hay que diferenciarse de los catalanes - es el obsequio para el que compra el libro. Algunas ofertas, algunos descuentos. Pero falta sosiego, tranquilidad para hojear o consultar. Algunos escirtores firman sus obras. Daniel Nesquens estampa su firma en un libro infantil. Muchos niños lo reconocen y lo admiran. La cultura en la calle. Es una buena noticia. Aunque debería ser algo permanente, como los buquinistas en París, a la orilla del Sena.

     También queda un hueco para la política y para la reivindicación en esta mañana soleada. Algunos partidos aprovechan para repartir pequeños panfletos en la Plaza de España o en el Coso Alto. Estamos en plena precampaña y hay que ir calentado motores. Además, hoy estrenamos nuevo Estatuto y esta fecha quedará para la historia en las hemerotecas. ¿Cuántos aragoneses lo conocen?¿Cuántos lo leerán? ¿Cambiará algo nuestra vida cotidiana? Hay un partido que se ha abstenido. Sus razones tendrán. De todos modos, ¿es verdad que es, por fin, un Estatuto de primera, como dice nuestro presidente? El tiempo lo dirá. De momento, hay que aprovechar la bonanza climatológica de una jornada aparentemente tranquila. Ya se empezarán a alborotar las aguas cuando se acerque el 27 de mayo, que está a la vuelta de la esquina.

SIN DESMAYO POR TERUEL

SIN DESMAYO POR TERUEL

     Han pasado ya más de siete años desde el nacimiento de la coordinadora ciudadana "Teruel Existe". Siete años de reivindicaciones, siete años de iniciativas, siete años de lucha por un futuro digno para esta provincia olvidada durante décadas. Queda ya lejano aquel 1 de diciembre de 1999: cinco minutos de silencio marcaron el inicio de un movimiento ciudadano que sigue creciendo sin desmayo.

     Transporte, despoblación, sanidad y educación son los cuatro pilares reivindicativos que aglutinan a ciudadanos de diversas condiciones políticas, sociales y económicas. Es un movimiento que nació desde abajo, una plataforma ciudadana que no se casa con nadie y que se manifiesta sin tapujos ante la ineficacia de los políticos de turno, sean del partido que sean. En su página web podemos encontrar noticias, efemérides, reivindicaciones e interesantes enlaces.

     Hoy han logrado captar la atención de los medios de comunicación autonómicos. Sus protestas por el cierre temporal de la línea de ferrocarril Zaragoza-Teruel son un impulso más en pro de una provincia mejor comunicada, mejor atendida y menos marginada. Algo se ha logrado durante estos siete años. Pero es mucho más lo que queda por conseguir. Los ciudadanos de Teruel lo saben y no se rinden. Quieren que su voz llegue hasta Madrid. Ya han creado escuela en otras provincias. Pero ellos fueron los pioneros. Y no reblan. Aunque muchos los tachen de utópicos o soñadores.

CUENCAS MINERAS

CUENCAS MINERAS

     Llega a mis manos el número 37 de la publicación mensual La crónica de la comarca de las Cuencas Mineras. Desde la portada hasta la contraportada, todo son proyectos, buenas noticias y pequeñas efemérides de esta zona geográfica, una de las más deprimidas y despobladas de la provincia de Teruel.

     Destacan, entre otras, las siguientes noticias:

     . Inauguración oficial de la nueva sede del centro comarcal de educación de adultos en el edificio Ítaca de Montalbán.

     . Estudio y licitación del proyecto de la variante de Utrillas. (Tan necesaria para el tráfico por esta comarca).

     . Renovación total del consultorio médico de Vivel del Río.

     . Nacimiento del primer bebé en Alcaine después de casi cuatro décadas.

     De entre todas estas noticias, quisiera destacar dos que afectan a la villa de Aliaga y que tienen mucho que ver en el futuro desarrollo turístico de la localidad:

     . La rehabilitación del albergue ubicado en el barrio minero de Santa Bárbara, y que se convertirá en una residencia para los estudiantes que visiten el Parque Geológico, ha entrado ya en su segunda fase. El alcalde, José López, afirma que este edificio podría estar en pleno funcionamiento para el 2008.

     . La restauración del antiguo molino harinero de Aliaga, situado en una zona natural privilegiada, a orillas del Guadalope. El proyecto contempla la rehabilitación del antiguo molino, la casa del molinero, el almacén, las instalaciones, la balsa de agua y todo el entorno. Gracias a las ayudas del Plan Miner se va a poder realizar esta reforma que dinamizaría el sector turístico de la localidad.

      Dos buenas noticias para este pueblo pintoresco, que necesita un impulso no sólo en el sector turístico sino en el de servicios y, sobre todo, en el industrial. Sólo de ese modo se recuperaría y fijaría la población perdida desde hace décadas, debido al cierre de las explotaciones mineras y a la clausura definitiva de la central térmica.

 

 

 

ADIÓS A LA PISCIFACTORÍA

ADIÓS A LA PISCIFACTORÍA

     Se veía venir. Lo que no empieza bien, no suele acabar satisfactoriamente. Eso es lo que le va a pasar a la piscifactoría de Aliaga. Después de cinco años de proyectos e ilusiones, el director general de la planta de la empresa Courant Energy - que compró las instalaciones a Cinca Verde en 2005 - ha decidido tirar la toalla y ha anunciado en un medio de comunicación que "no habrá piscifactoría". Así de tajante y así de realista.

     La ilusión de muchos vecinos de esta localidad de la comarca de las Cuencas Mineras - una de las más deprimidas de Aragón - se ha vistro truncada una vez más. ¿Qué ha ocurrido? Fueron muchas las promesas y pocos los hechos. Las razones son diversas y, en cierto modo, contradictorias. Los ecologistas no estaban de acuerdo con la construcción de una central de cogeneración eléctrica asociada a una piscifactoría en un cauce tan exiguo como el del Alto Guadalope. Tampoco estaban de acuerdo los pocos vecinos de Montoro de Mezquita, situado aguas abajo del Guadalope. Paradójicamente, lo que comenzó a funcionar y sigue produciendo es la polémica central, que entre otros problemas conlleva el paso por la calle Mayor de Aliaga de camiones cargados de productos altamente peligrosos.

     Como muchos nos temíamos, no se han creado los puestos de trabajo prometidos inicialmente y las "piscinas" de la piscifactoría parecen ser como una tapadera para la instalación anexa, sorprendentemente construida en una zona de alto valor medioambiental. El sueño se ha desvanecido. No llegarán ni las truchas ni los esturiones. Unos culpan a la administración, otros a los pescadores, otros a los ecologistas. Pero la realidad sigue siendo muy cruda: Aliaga se sigue desangrando y va perdiendo paulatinamente población. Ahora ronda los 300 habitantes, incluidos los barrios de Campos, Cirugeda, La Cañadilla, La Aldehuela y Santa Bárbara. Durante los años cincuenta llegó a rozar los 2000 vecinos. Es un símbolo más de este Teruel rural en decadencia. Algunos se resignan. Otros no se conforman y quieren seguir luchando. El turismo puede ser una salida importante. Pero si no se crean industrias, el declive continuará. De momento, la piscifactoría ha quedado en papel mojado. ¿Qué harán ahora con las instalaciones?

LAVADO DE CARA

LAVADO DE CARA

     No sé si será por la proximidad de las elecciones municipales, no sé si será por la cercanía de un acontecimiento histórico para la ciudad como la Expo 2008. Coincidencias aparte, la ciudad de Zaragoza está siendo sometida a un especial lavado de cara como se hace con las casas antes de recibir una visita importante o de celebrar algún acontecimiento familiar.

     Este cambio de imagen - al menos aparente - se puede comprobar sobre todo en las riberas de los ríos. La ribera del Ebro se está remodelando, al menos en su margen derecha. Al parecer, se desea crear un espacio verde para que el ciudadano pasee, descanse o se relaje. También le ha llegado el turno - por fin - a la ribera del humilde río Huerva. Y esta vea parece que va en serio, es decir, en profundidad. Los operarios del ayuntamiento limpian metro a metro todos los residuos que recibe este río y que convierten al río en un auténtico vertedero. Han sacado de su cauce desechos de todo tipo, hasta electrodomésticos inservibles. ¿Hasta cuándo durará esta limpieza?

     Parece ser que el Canal Imperial también va a ser uno de los grandes beneficiados. ¿Lo volverán a hacer navegable? Y algunas avenidas, como el Paseo de Echegaray y Caballero, ya parecen otras, con su carril bici incluido. Así los ciclistas no tendrán excusa para circular por las aceras. De aquí al 2008 todavía hay muchos planes y proyectos. ¿Por qué todo tan tarde y con tantas prisas? Al parecer, los españoles somos unos maestros de la improvisación.

    De aquí al 2008 - o tal vez más tarde - van a desaparecer las pequeñas estaciones de autobuses - lamentables en su aspecto y ubicación - que quedan desperdigadas por la ciudad. El tranvía llamará a la puerta. Y también una línea de metro. ¿No sería mejor inclinarse sólo por el metro? Y algunas avenidas serán más para los peatones que para el tráfico rodado. La Expo vendrá bien, al menos, para lavar la cara a la ciudad. Y las elecciones, para motivar a los políticos y despertar su entusiasmo y su imaginación. Que no es poco.