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josemarco

ARAGÓN

¿TERUEL AVANZA?

¿TERUEL AVANZA?           Las escasas noticias que llegan a los periódicos de Zaragoza de la provincia de Teruel – que sigue siendo de tercera división en la Comunidad Aragonesa – nos hablan de planes, proyectos o futuras inversiones. De momento, todo avanza a paso de tortuga, o a paso de cangrejo, como decía Gunter Grass o acaba de publicar Umberto Eco –. De momento, todo son globos sonda, demagogia de andar por casa, pura palabrería.

         Porque viajas durante un día entre semana de este anodino mes de febrero por gran parte de la provincia de Teruel y no llegas a percibir los frutos del movimiento Teruel Existe, ni llegas a atisbar las posibilidades del tan cacareado Teruel Avanza. Soy escéptico ante este último plan de connotaciones turísticas y de marcado matiz desarrollista. Soy escéptico, realista y, en contra de mi forma de ser, abiertamente pesimista. Porque en las últimas cuatro décadas he vivido un éxodo sin precedentes de mis vecinos y amigos hacia Valencia, Barcelona o Zaragoza. Porque en estos últimos cuarenta años he contemplado cómo la provincia de Teruel, especialmente sus comarcas más deprimidas, se ha quedado rezagada y ha perdido el tren del progreso, de los servicios, de las comunicaciones, de las zonas industriales, de la educación,… Porque en casi medio siglo he comprobado que Teruel, mi Teruel, nuestro Teruel, ha perdido casi hasta sus señas de identidad: se han cerrado explotaciones mineras, se han desmantelado centrales térmicas, se ha castigado duramente a una precaria agricultura,… Y no se han buscado alternativas eficaces. Y la población – sobre todo los jóvenes – no ha tenido más remedio que seguir el camino de sus padres o de sus tíos.

      Ahora nos quieren vender un desarrollismo barato para la Sierra de Teruel: reservas cinegéticas para fines de semana, grandes rutas arboladas, campos de golf y hoteles de cinco estrellas para visitantes ilustres. ¿Ese es el futuro que queremos para Teruel? ¿Así queremos que avance esta tierra cada vez más desangrada? Tal vez sea ya demasiado tarde. De todos modos, no está nada mal que dediquen su tiempo a pensar en el futuro de esta provincia abandonada. Quizás acierten. De momento, prefiero ser escéptico.

EL METRO EN ZARAGOZA

EL METRO EN ZARAGOZA

   Parece ser que nuestros representantes políticos municipales y autonómicos se han puesto, por fin, de acuerdo en un asunto importante para el futuro de Zaragoza. Aunque parece que los plazos son más bien largos - hasta 2011 como pronto - y aún faltan muchos cabos por atar, se ha llegado a un consenso positivo y esperanzador.  

   Han quedado atrás las propuestas que defendían el tranvía - una especie de nostálgica vuelta al pasado - y las que defendían otro tipo de transporte colectivo. Zaragoza es una gran ciudad y merece estar a la altura de otras urbes como Valencia o Bilbao. De todos modos, el trabajo debería comenzar ya. O después de las elecciones de mayo de 2007. Queda mucho por planificar, mucho por matizar y hay que bajar de la teoría a la práctica. Las cuestiones que se van a plantear no son fáciles: ¿cuál será el primer tramo? ¿a qué barrios puede favorecer? ¿dónde se ubicarán las paradas? ¿qué perspectivas de ampliación quedarán abiertas? ¿se salvará el cauce del Ebro? ¿se tendrá en cuenta la periferia y los barrios rurales?

   De momento, lo importante es que hay voluntad y unanimidad. Porque en otros proyectos sólo ha existido la discrepancia y, a veces, la oposición porque sí. Pensemos en La Romareda, el teatro Fleta, el Seminario, el Espacio Goya y tantos otras aspiraciones. El consenso ha nacido en un momento oportuno. Tal vez algo tarde. ¿Será que se aproximan las elecciones? Todo podría ser. Al menos, es un beneficio para el ciudadano, más que un escaparate como la Expo 2008.

UN NUEVO MODELO DE CIUDAD

UN NUEVO MODELO DE CIUDAD

   Nuestros políticos y gobernantes no parecen tener demasiado claro el modelo futuro de ciudad. Todos tienen en su mente la idea, casi utópica, de una ciudad habitable. Pero, ¿cuál es la ciudad habitable? A partir de esta idea, los matices son muy diversos y el abanico de posibilidades es amplísimo. La primera premisa es, seguramente, preocuparse del bien del ciudadano. Pero los habitantes de la urbe del siglo XXI tienen gustos con frecuencia contrapuestos y poco coherentes. 

  En una ciudad de tamaño medio, como Zaragoza - en comparación con otras urbes europeas - está abierta desde hace meses una polémica entre el metro ligero o el tranvía. Unos defienden el tranvía como menos contaminante y, tal vez, más económico; otros reclaman el metro como más rápido, más eficaz y con menor incidencia en el tráfico rodado.  

   De todos modos, es muy difícil improvisar. El año 2008 está demasiado cerca y la ciudad que se quiere vender a los miles de visitantes difícilmente será la más idónea. Se sigue dando prioridad al tráfico rodado en el diseño de las nuevas avenidas. Algo se ha avanzado, sin embargo: cada vez se peatonalizan más calles y se crean más carriles-bici. Lo que no cambia de momento es el hábito de muchos ciudadanos que son reacios a dejar el coche el casa y caminar un poco o utilizar el transporte colectivo.

POR EL CASCO VIEJO

POR EL CASCO VIEJO

   Paseo a menudo por el Casco Viejo de Zaragoza. Su fisonomía va cambiando paulatinamente año tras año. Cambian los edificios, cambian los locales comerciales y cambia incluso la distribución de las aceras y de la calzada. Dicen que todas las zonas antiguas de las grandes ciudades se parecen un poco. En cierto modo es verdad y en otro sentido, no. Conozco zonas históricas de varias ciudades españolas - Madrid, Barcelona, Gerona, Cáceres, Valencia...- y me da la impresión que cada una tiene su propia personalidad, aunque se va despojando de la antigua piel, como los reptiles, y adquiere otra nueva sin llamar demasiado la atención del viandante.

   Para valorar mejor el Casco Viejo de Zaragoza - y de cualquier ciudad - no hay como alejarse durante una temporada y volver de nuevo. Entonces se pueden saborear mejor las novedades, los cambios y las alteraciones estéticas más o menos afortunadas. En Zaragoza se ha reformado bastante esta zona, que podríamos situar entre la Plaza San Miguel y la Plaza de Europa y entre el Coso y la orilla del Ebro. Lo más lamentable es que van desapareciendo fachadas y edificios pintorescos, que son reemplazados por otros más fríos y menos originales. De todos modos, quizás en un futuro se vuelvan a valorar por su oportuna situación. No hay mejor estética que la del contraste. Por eso la uniformidad de avenidas como el Paseo de la Independencia no tiene el atractivo estético de las pequeñas callejuelas que confluyen en el Coso Bajo o en el barrio de San Pablo.

EL BARRIO DE LAS FUENTES SEGUIRÁ ESPERANDO

EL BARRIO DE LAS FUENTES SEGUIRÁ ESPERANDO

   Ya he manifestado en otras ocasiones que hay barrios de primera, segunda o tercera categoría. Al parecer, el barrio de Las Fuentes y el Casco Viejo pertenecen a esta última. ¿Por qué? La razón es muy sencilla: el Plan General de Ordenación Urbana para el año 2007 los olvida prácticamente. Aún así, sus humildes ciudadanos de tercera, seguirán pagando religiosamente los impuestos municipales. Eso sí, en dos plazos, para que no se note tanto en el ya escaso presupuesto familiar. 

  Siempre he sentido admiración por este barrio, situado en la zona sur de Zaragoza. Sus habitantes son de clase media más bien baja y sus calles son acogedoras y animadas. Pero es una lástima que carezca de equipamientos tan importantes como un pabellón polideportivo anexo al parque Torre Ramona o un aparcamiento subterráneo en el solar de la calle Azorín. Han remodelado algunas calles, pero se advierten todavía algunas lagunas: prolongación y urbanización del final de Fray Luis Urbano, instalación de más semáforos en la calle Salvador Minguijón, instalación de marquesinas en las principales paradas de autobuses urbanos,...  

   Dicen que igual llega algún euro para el 2008. Pero sorprende no haya habido ahora un reparto más equitativo. ¿Acaso se olvidan de que dentro de seis meses hemos de decidir quién nos va a gobernar en el Ayuntamiento? Aún tienen tiempo de rectificar en el ajuste final. Sería una buena noticia para los habitantes de este barrio de tercera.

 

ZARAGOZA A VISTA DE PÁJARO

ZARAGOZA A VISTA DE PÁJARO

   Siempre he sentido una especial atracción por las fotografías o imágenes panorámicas. Siempre he anhelado ver las ciudades desde una cierta altura, desde una privilegiada perspectiva. Precisamente ayer por la tarde, mientras Javier y Daniel disfrutaban en el Parque de Atracciones de Zaragoza, pude contemplar la ciudad del Ebro desde lo alto de la noria. No es la perspectiva ideal pero, al menos, me confirmó varias hipótesis o suposiciones: que Zaragoza está cada vez más invadida por el cemento y el asfalto, que Valdespartera - con su bosque de grúas - se está acercando cada vez más a un segundo Actur, que las zonas verdes en la ciudad son pocas y poco cuidadas, que hay pocas grandes avenidas y que, afortunadamente, la contaminación era casi inapreciable. Quizás el hecho de ser domingo facilitó la visión de una ciudad tranquila, sin mucho tráfico y con más nitidez. De todos modos, ya no es la ciudad de las torres y los monumentos quedan camuflados por las edificaciones modernas cada vez más homogéneas y poco originales.

POR EL BARRIO DE JESÚS

POR EL BARRIO DE JESÚS

          El barrio zaragozano de Jesús está transformado. Cruzar el Puente de Hierro supone un cambio radical en el paisaje urbano y en la perspectiva. Este barrio ya no es lo que era: construcciones más modernas, restauración de edificios, acondicionamiento de zonas verdes…. Todo un reto para el futuro de este “pariente pobre” de la Zaragoza del siglo XX.

          La Avenida del Puente del Pilar nos acerca a la recién restaurada Casa Solans. Se ha salvado del derribo y del abandono en el último momento. Más de un centenar de personas hacen cola religiosamente para visitar el edificio modernista en estas jornadas de puertas abiertas. Como hoy va a ser imposible acceder al recinto, nos dirigimos al barrio de la Azucarera y contemplamos una vez más las enhiestas chimeneas, salvadas también de la piqueta. Otro milagro de la restauración. Cuando esté terminada, podremos disfrutar de un Centro Cultural y de una biblioteca tecnológica. Lástima que esté rodeada de bloques de pisos que impiden contemplarla con perspectiva. Quizás quede ahogada en un futuro por el cemento y el asfalto.Cruzamos al barrio de La Jota y ese ya es otro cantar. Todavía quedan muchas naves industriales por derribar y mucho edificio en desuso.

          La ciudad empezará a crecer hacia Cogullada y se unirá con Santa Isabel, barrio zaragozano en auge. Pero el paseo por esta zona lo dejamos para otro día. La tarde de San Miguel –veranillo incluido – no da para más. ¡Ah, sí! Visitamos el nuevo concesionario de la Peugeot en la Avenida de Cataluña. Un 407 por unos 25.000 euros. Y nos dicen que está de oferta. Pero hoy no es día de compras extraordinarias. Nuestra idea era visitar Casa Solans y hemos acabado en el barrio de La Jota. Todo son contrastes en esta Zaragoza del siglo XXI, que se expande hacia el extrarradio.

UN NUEVO RECINTO DEPORTIVO

UN NUEVO RECINTO DEPORTIVO

   Después de muchos años de esfuerzo, solicitudes y trámites, el barrio de San José dispone desde ayer de un nuevo recinto deportivo. La Unión Deportiva San José estrenó ayer extraoficialmente un campo de fútbol de hierba artificial, gracias al esfuerzo del Ayuntamiento y al tesón de sus directivos, especialmente de José María Alegre, su presidente. Este recinto está situado al final de la calle Tenor Fleta y junto al Instituto "Pablo Gargallo", donde impartí clases durante el curso 2000-2001 y del que tengo un recuerdo entrañable.

  El nuevo campo permitirá que todas las categorías de niños y jóvenes del barrio puedan entrenar y practicar su deporte preferido. Lo bordea el Camino de Miraflores - que de camino ya no tiene más que el nombre - y algunas pequeñas calles - más bien andadores - dedicadas a literatos ilustres: La calle Hermanos Machado, la calle Arcipreste de Hita y la calle Ana María Navales. Un barrio que está creciendo en calidad con la reciente remodelación de la calle Zaragoza la Vieja, carril bici incluido. Un barrio que mantiene su sabor castizo y que va entrando en la modernidad. Esta es una mejora más y esperemos no sea la última. Ya le tocaba a San José.

PALACIO DE LOS CONDES DE MORATA

PALACIO DE LOS CONDES DE MORATA

No sé si muchos zaragozanos conocerán el "Palacio de la Audiencia", denominado también "Palacio de los condes de Morata o Luna". Situado en el número 1 de la calle del Coso, este palacio renacentista del siglo XVI es un monumento declarado Bien de Interés Cultural y reclama la atención del turista su monumental portada presidida por dos grandes figuras conocidas como los gigantes de la Audiencia, y que corresponden a dos seres mitológicos: Hércules y Teseo. Me imagino que bastantes aragoneses ignoran que este palacio es actualmente sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

Ayer, algunos estudiantes zaragozanos, entre ellos sesenta alumnos de cuarto de secundaria del Instituto Ramón y Cajal, tuvieron la oportunidad de penetrar en su interior en la celebración de un día de puertas abiertas con motivo del XXV aniversario del Consejo General del Poder Judicial. Contemplaron su patio renacentista y el contraste entre la austeridad de la piedra y la originalidad de la cerámica aragonesa verdiblanca. Visitaron una exposición relativa al evento y se sentaron en una sala de juicios. Esto les brindó la oportunidad de revivir o imaginar situaciones difíciles que terminan en los tribunales de justicia.

El objetivo de esta visita era acercar la Justicia al ciudadano. Siempre he visto desde la distancia este Palacio y, cuando paso por delante, mi imaginación se traslada a algún juicio del que he sido testigo. Una experiencia desagradable que casi he olvidado, pero que conviene recordar de vez en cuando. La justicia es algo cotidiano y, gracias a ella, la convivencia no se convierte en algo insoportable.

CALLES DE PERSONAJES ILUSTRES

CALLES DE PERSONAJES ILUSTRES

Cuando paseo por el Casco Viejo - o Antiguo - de Zaragoza, tengo la costumbre de fijarme con frecuencia en la rotulación de las calles. Llama poderosamente la atención que el nombre de algunas callejuelas casi olvidadas lo ostente un personaje importante de la historia de la ciudad. Tal es el caso de la calle Ramón de Pignatelli, el famoso noble, clérigo y político ilustrado aragonés que tanto impulso dio a la cultura en la España del siglo XVIII. Sorprende que esta calle tenga tan negativa consideración para la gente de a pie que la conoce. Hay que decir, sin embargo, que las apariencias engañan y que esta antigua vía zaragozana - famosa en otros tiempos - alberga el recientemente inaugurado Museo del Fuego, en la esquina con la calle Ramón y Cajal. Además, pocos metros después, se está procediendo a la restauración y rehabilitación del antiguo convento de la Victoria, edificado a finales del siglo XVI, suprimido y destinado a almacén con la desamortización de Mendizábal y abandonado poco después. Si seguimos en dirección a la plaza de Toros, nos encontramos con el antiguo restaurante "El Pajarcillo" del autodidacta Eduardo Burgaz, que hasta hace pocos años atendía a miles de visitantes, especialmente durante las fiestas del Pilar, y les regalaba uno de sus peculiares libros. Ya casi al final de la calle, y enfrente de la Plaza de Toros, se encuentra el Instituto de Enseñanza Secundaria "Ramón y Cajal", que intenta educar a los alumnos de la zona y tiene además un módulo de Garantía Social de Integración. Sin olvidar lógicamente la parte posterior del edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón.

Es una lástima que esta calle, como otras tantas del Casco Viejo, haya quedado olvidada de los zaragozanos y haya pasado a ser una vía de tercera división, que muchos eluden o evitan.

 

UN PASEO POR "EL TUBO"

UN PASEO POR "EL TUBO" Aprovechamos la soleada mañana del domingo, deslucida por el primer cierzo otoñal, para visitar con Javier la recientemente remodelada Puerta Cinegia y sus aledaños. Pasamos primero por el mercadillo dominical de la Plaza de San Bruno y adquirimos un libro de los primeros escritos de Ramón J. Sender, publicado por Larumbe, y al cuidado del estudioso senderiano Jesús Vived Mairal. Compramos también un taco de cecina de Castellote. Javier la prueba y la califica de excelente. Nos desplazamos después por la calle Don Jaime hasta la iglesia de San Gil. Queremos comprobar su estado casi lamentable y observar cómo están todavía en el lateral de la calle Estébanes las huellas de los edificios adosados a ella en el siglo XIX y que acaban de ser derribados. Nos damos cuenta de lo urgente que es su restauración y de lo positivo que va a resultar el acuerdo tripartito alcanzado la semana pasada para restaurar esta iglesia románica, mudéjar y barroca. Proseguimos nuestro camino por las calles Estébanes, Arco Cinegio y Cuatro de Agosto y entramos por la parte posterior al nuevo y sorprendente edificio Puerta Cinegia, que ocupa gran parte del antiguo Tubo Zaragozano y pone fin a tantos años de festejos, comidas y marcha nocturna de la gente joven de los años 60 a los 80. ¡Qué lejos quedan ya esos tiempos! Le explico a Javier el porqué del "Tubo" y aún contempla con entusiasmo la estrechez de algunas de sus calles, aunque no percibe los bares subterráneos que había en otros tiempos.
Puerta Cinegia atrae y sorprende por sus marcados contrastes entre tradición y modernidad, entre respeto al pasado y apertura a las vanguardias. Llama la atención sobre todo la vista a través de su fachada acristalada del Paseo de la Independencia y, en su interior, el palacio gótico, el ascensor panorámico y una enorme pantalla audiovisual. Algún comensal ya está degustando una aparentemente suculenta paella. Nosotros preferimos reservar nuestro apetito para un poco más tarde. De momento, la degustación cultural ha sido suficiente. Y el paseo dominical, muy positivo.

ZARAGOZA EN OBRAS

La capital del Ebro, en verano, parece un monumento decrépito en continua restauración. Y es que, aparte del calor que dicen nos va a agobiar durante estos días, (siempre exageran un poco la cruda realidad) te encuentras obras por todas partes. Dicen los responsables del Consistorio que son mejoras necesarias para que, cuando los que se pueden ir de vacaciones - cada año son menos - regresen en septiembre, encuentren la ciudad aseada y acondicionada para sobrevivir al tráfico y a la contaminación otros diez meses de rutina.
Por otra parte, durante estas fechas, es mejor vivir y pasear de espaldas a los ríos, dado su irrisorio caudal y la exposición (oculta en invierno) de residuos de todo tipo, no sólo en sus orillas sino en el interior. ¿Estarán saneados los tres ríos para el 2008? ¿Será eficaz el plan de riberas? ¿El futuro azud será una buena solución? El tiempo nos puede dar o quitar la razón. De momento, "Zaragoza 2008" es sólo un bonito lema y un sugerente anagrama en las calles, en el transporte publico y en los medios de comunicación. El ayuntamiento tiene 35 meses para trabajar (incluidos julio y agosto). Zaragoza no puede cerrar por vacaciones.

CALLE DEL BUEN PASTOR

Paseo sin mirar al reloj por la recoleta calle del Buen Pastor, en pleno Casco Viejo de Zaragoza. Es curioso el nombre de esta calle - tan evangélico y redundante - que, dentro de su sencillez y oscuridad, pasa casi inadvertida al caminante, a no ser que conozca el Centro de Profesores Juan de Lanuza o el antiguo colegio Santo Tomás de Aquino, regentado por la familia Labordeta y rehabilitado para convertirse actualmente en un frío Colegio Notarial. ¿Qué queda de aquel colegio, de aquellos desvanes, de aquellas aulas, de aquella enseñanza liberal? Muchos intelectuales se educaron en esas aulas, además del llorado poeta Miguel y de José Antonio. De entre ellos destaca el escritor de Mequinenza Jesús Moncada, tristemente recordado en estas fechas por su prematuro fallecimiento. Antón Castro ha elaborado en su blog una excelente elegía del autor de "Cami de sirga". Quizás ahora leamos y conozcamos más su obra. Un poco tarde tal vez, pero a tiempo para adentrarnos en el mundo del Ebro de los años sesenta, en la España rural anegada por embalses y en la sociedad de una época casi irreconocible para los más jóvenes.
La calle del Buen Pastor parte de la plaza del Justicia desde la que se contempla la monumental fachada barroca con adornos churriguerescos (algo desprestigiados desde el siglo XIX) y desemboca en el Mercado Central, milagrosamente en pie, ya centenario y en vías de restauración de su interior.
Los hermanos Labordeta recuerdan en sus escritos el fragor matinal del mercado, los variopintos olores y el despertar de la ciudad a mediados del siglo XIX.
Aún tenemos algo que recordar y evocar cuando paseemos con calma por la humilde y casi olvidada calle del Buen Pastor.