SAN JUAN DE LOS PANETES
Por fin le ha llegado el turno a esta torre octogonal barroca del siglo XVIII, que imita con originalidad el mudéjar tardío y pobre del siglo XVI. Y es que las torres de Zaragoza tienen su épica y su lírica, su historia y su leyenda. La torre de esta iglesia zaragozana - cerrada al público y casi olvidada - ha sido siempre como el patito feo de las torres, tan sucia, tan pequeña, tan inclinada como parodia inocente de la torre de Pisa. Hay que tener en cuenta también que esta humilde torre presenció y sufrió un atentado terrorista a finales de los años ochenta. Pero se mantuvo en pie y hoy está rodeada de andamios para lavarle la cara o, como dice Javier, para evitar su ruina definitiva. Las torres de nuestra ciudad tienen tanta leyenda que, en el año 1844, en pleno fervor posromántico, José María Quadrado las elogió repetidamente en el volumen "Aragón" de "Recuerdos y Bellezas de España" y Francisco Javier Parcerisa litografió casi todas ellas, dedicando una atención especial a la famosa Torre Nueva. Su derribo fue un despropósito y nos alegra no haya ocurrido lo mismo con la de San Juan de los Panetes. Aunque en ésta no repararon los viajeros románticos. ¿Por qué? Alguien podrá darnos más información al respecto.
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