UNA LUZ ENTRE LAS SOMBRAS
Con frecuencia surgen en la vida situaciones difíciles que uno no sabe cómo solventar. Y llega entonces la impotencia, el nerviosismo y un pequeño asomo de desesperación. Algo similar me ocurrió el viernes por la tarde en Zaragoza cuando, en la avenida de Madrid, el coche no quiso seguir y tuve que quedarme sin saber qué hacer en medio de la calzada.
La reacción de los demás conductores fue la esperada: bocinazos y algún pequeño grito. Ninguno se bajó de su automóvil y se prestó a empujar o a sugerir alguna solución. Mientras tanto, intenté llamar sin éxito a mi aseguradora desde una cabina y desde un locutorio. Javier se quedó junto al coche con muestras de impotencia y de resignación. Los minutos transcurrían sin tregua y, cuando ya no sabíamos qué hacer, apareció una ciudadana anónima y nos prestó su móvil para que siguiéramos insistiendo para localizar una grúa. Al final, logramos contactar con la compañía y todo quedó en una complicada situación.
De todo esto, lo que se ma ha quedado dentro es la frase que me respondió Ana cuando le agradecí su gentileza y extrema generosidad: "Si esto le ocurre a alguien alguna vez, haz tú lo mismo". Fue una luz en medio de las sombras, un soplo de solidaridad en medio del individualismo, un gesto de generosidad encomiable.
3 comentarios
isi -
Luis Antonio -
ana a. -