NUEVO POEMARIO DE OLGA BERNAD
![NUEVO POEMARIO DE OLGA BERNAD](https://josemarco.blogia.com/upload/20110521191640-olga-bernad.jpg)
La poeta aragonesa Olga Bernad (Zaragoza, 1969) acaba de presentar su nuevo poemario Nostalgia Armada (Ediciones de la Isla de Sistolá). Después de la publicación de su primera antología poética - Caricias perplejas - con excelente acogida por parte de los lectores y de la crítica, Olga se sumerge en un mundo teñido de nostalgias y de recuerdos. La autora defiende la nostalgia, abraza los recuerdos y desnuda su propia alma a lo largo de 35 poemas distribuidos en tres partes armónicas y equilibradas.
Lo primero que llama la atención de la poesía de Olga Bernad es esa aparente sencillez que nos acerca a lo más vital, a lo más íntimo, a lo más profundo. El poder del endecasílabo, la fuerza de las metáforas, las acertadas interrogaciones retóricas, los juegos fónicos y los originales símiles contribuyen a edificar un entramado poético coherente, sincero y profundo.
Podría citar versos y versos de esta excelente obra. Pero como botón de muestra voy a plasmar unos versos del poema que sirve de pórtico - NOSTALGIA ARMADA - y el excelente poema que cierra el libro - TERCO MAYO. Entre ellos se suceden otros poemas que nos hablan de la tristeza otoñal de noviembre, de viajes metafóricos al infiernos, de evocaciones de Belchite o Estocolmo, de la negrura de la noche o de la incertidumbre amenazante del azar cotidiano.
Desde el día de la presentación en Zaragoza - como muestra la fotografía adjunta - Nostalgia armada me acompaña como libro de cabecera. Sus versos van dejando un poso en mi interior y me regalan esa nostalgia que es en cierto modo un bálsamo en los momentos de tristeza y soledad.
NOSTALGIA ARMADA (Fragmento)
Te veo caminar serenamente
por una calle en la que nunca estuve.
Háblame de las cosas que no veo,
vuelve tus ojos hacia mí, y perdona.
Mi corazón no tuvo más remedio:
te inventé porque el mundo me sabe a hambre atrasada,
y porque el tiempo es poco
y hubiese sido absurdo
medirlo con simpleza de usurero,
encerrarlo en relojes,
dilapidar mi esfuerzo y tu cordura...
TERCO MAYO
TERCO MAYO de ritos repetidos,
olvidaré el invierno entre tus brazos.
Porque vuelves, y no para salvarme:
vuelves para robarme el pulso oscuro
que ha sabido dormir entre mis venas.
El saludo de mayo es la intemperie,
el corazón temblando en la explanada,
desnudo y expectante. Será hermoso
encontrarte en el llano mientras siento
un río antiguo y un temblor de tierra
en el circuito ciego de la sangre.
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