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josemarco

LA ACTUALIDAD DE VALLE-INCLÁN

LA ACTUALIDAD DE VALLE-INCLÁN

      Esta mañana he tenido la oportunidad de asistir a la representación de una de las mejores obras de Valle-Inclán: Luces de Bohemia. El grupo aragonés Teatro del Temple, fundado en 1994 y con una dilatada trayectoria nacional e internacional, ha elaborado un montaje sobrio pero eficaz. Me ha llamado la atención la casi perfecta dicción de los protagonistas y la sencilla puesta en escena de una obra aparentemente complicada. El reparto, aunque desigual, está bastante acertado. Destaca la interpretación del actor Ricardo Joven en el papel de Max Estrella, el protagonista, y la meritoria presencia del veterano y curtido en mil batallas Gabriel Latorre que asume varios papeles secundarios, entre otros el del redactor don Filiberto y el del ministro don Paco.

     A pesar de las veces que he leído la obra, a pesar de que esta es la cuarta o quinta representación a la que asisto, siempre encuentro algo nuevo, algo distinto en el famoso esperpento valleinclanesco. Me he vuelto a dar cuenta esta mañana de la rabiosa actualidad del teatro de don Ramón, casi un siglo después de su primera puesta en escena. Desde el ya lejano 1920 - año de su publicación - Luces de Bohemia ha llegado al espectador en diferentes contextos políticos, sociales y culturales. Pero, desgraciadamente, la sociedad imperfecta que describe es muy similar a la actual. Plantea problemas que todavía están muy presentes en estos inicios del siglo XXI: la injusticia social, el capitalismo, el desprecio de la inteligencia, la marginación, las actitudes inquisitoriales, las algaradas callejeras,... El escritor gallego pone el dedo en la llaga de la España de la época y, al mismo tiempo, crea un nuevo género teatral: el esperpento. La deformación sistemática de la realidad, la animalización, la degradación de los personajes, lo grotesco y lo marginal conforman una estética anticlásica que abrirá los ojos a las generaciones posteriores. Sus raíces estéticas se remontan al gran pintor aragonés Francisco de Goya.

     Está claro, por tanto, que los clásicos nunca mueren. Y don Ramón del Valle-Inclán es uno de ellos. El Teatro del Temple nos ha vuelto a recordar esa España paradójica y contradictoria, tan lejana y tan cercana al mismo tiempo. Además, han programado sesiones para estudiantes de Bachillerato, a un precio bastante asequible. Es de esperar que otras compañías sigan en esta línea e intenten salvar al teatro de un aparente declive. Hoy creo que lo han conseguido.

2 comentarios

Nerea -

Yo estuve en el teatro el jueves por la noche y también me asombré de la sencilla y estupenda puesta en escena de la obra. Había actores con bastantes papeles secundarios cada uno y con una dicción diferente para cada uno de sus personajes.
A pesar de ser una lectura obligada en 2Bachiller, yo disfruté mucho leyendo el texto de Valle-Inclán. La obra también me gustó, una compañía de teatro estupenda y mientras veía la representación, no pude evitar recordar mis exámenes de Bachiller explicando el esperpento, como Max, con los espejos del callejón del Gato, reflejando la España absurda y grotesca de la época.
Un saludo.

Luis Antonio Pérez Cerra -

José Mª: Hacía tiempo que tenía abandonado a Valle-Inclán. Con tu escrito, mi memoria y mis afectos lo han recuperado. Comparto la admiración por este autor y, sobre todo, por Luces de Bohemia. Admiro a toda la Generación del 98 en general, pero Valle Inclán, en mi opinión, se lleva la palma. Las principales críticas que hace Valle-Inclán en Luces de Bohemia son: la corrupción e inutilidad de los políticos de la época, de la policía; de la patronal, de la “ley de fugas” y de la tortura; de la prensa, que se vende al poder; aparece una ironía ante los ambientes intelectuales y las grandes figuras literarias como Rubén Darío; al final la muerte de la mujer e hija de Max acaba con una vida de pobreza y sufrimiento. No puedo evitar el echar a faltar en nuestra sociedad actual –diferente a aquella, cierto- a los intelectuales con renombre, ¿los hay?, y con actitudes inequívocas de compromiso.