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CULTURA

LA ESCUELA DEL FRANQUISMO

LA ESCUELA DEL FRANQUISMO

       Ayer tarde visité en Zaragoza las dos sedes de la exposición 4O AÑOS CON FRANCO, impulsada por el historiador Julián Casanova y patrocinada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad del Ebro. Aunque ya conocía casi todo lo referente a estos largos años de dictadura, me ayudó a refrescar algunos datos y volver de nuevo a los años de mi infancia en Aliaga.

     Lo que más me llamó la atención fue la sala dedicada a una reproducción fiel de la escuela de los años de posguerra. Es el claro reflejo de una época de penuria, de tardes grises y de días oscuros. La pizarra, el crucifijo, los cuadros de Franco y de José Antonio, el mapa mundi, la esfera, el compás, la estufa,... Todo se ajusta a una realidad que nos parece lejana y perdida en el baúl de la memoria. El Museo Pedagógico de Aragón conserva los pupitres de madera con el agujero para el tientero, plumieres, huchas de chinitos y negros para el Domund, austera mesa del maestro y penumbra, mucha penumbra.

    El resto de la exposición tampoco tiene desperdicio: paneles en blanco y negro, explicaciones claras y concisas, documentales, maquetas y alguna reproducción natural como la del garrote vil. Fueron tiempos de miseria, de silencio, de represión, de miedo. Espero que no se vuelvan a repetir. ¡Bendita democracia! Por muy imperfecta que nos parezca.

UNA JORNADA CULTURAL

UNA JORNADA CULTURAL

     El día 23 de abril se ha convertido en los últimos años en una jornada cultural y lúdica. La celebración de San Jorge, patrono de Aragón, y la efeméride del Día del Libro, en el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, tiene lugar en las calles, en las plazas, en los parques y, especialmente, en el Paseo de la Independencia, arteria medular de Zaragoza.

     Atrás quedan esos días de Aragón reivindicativos con manifestaciones en defensa de la autonomía o del trasvase. Esta mañana, a un mes de las elecciones municipales y autonómicas, las autoridades de distintos partidos visitaban juntas los diversos puestos que las librerías y editoriales habían instalado en la calle. Está claro que todo parece más tranquilo. Ya veremos lo que ocurre después del 24 de mayo. De momento, la cultura sirve de enlace a las distintas ideologías. Eso sí, sobreviviendo al libro digital, a las páginas de internet y a las múltiples formas de piratería.

     He recorrido con calma todas los expositores y me he dado cuenta de que la gente observa, comenta y compra más bien poco. He hablado con algunos escritores y he comprobado que los creadores aragoneses siguen en primera línea. Irene Vallejo, Joaquín Carbonell y Juan Bolea firmaban ejemplares en una misma mesa. Enfrente, a la sombra, estaba Miguel Mena, tan amable y atento como siempre. Me ha dedicado su última novela, Alcohol de quemar, y nos hemos despedido con un hasta pronto porque el 11 de mayo estará en la tertulia del grupo de lectura Garamond.

     Muy cerca de la plaza de Aragón, un grupo de jóvenes elaboraba una bandera cuatribarrada con claveles rojos y amarillos. Un excelente símbolo en este día en el que la fiesta autonómica se da la mano con el evento cultura. Un libro y un clavel. Amor por la lectura y cariño por la tierra que nos vio nacer.

UN HUECO PARA LA CULTURA

UN HUECO PARA LA CULTURA

     Este año el Día del Editor Aragonés ha coincidido con el primer fin de semana de las Fiestas del Pilar. Unas fiestas que se viven en la calle. Unas fiestas abiertas a todos los gustos, a todas las edades. Unas fiestas, tal vez, demasiado centradas en el consumo de alcohol entre los jóvenes, la juerga nocturna sin más y el predominio de lo chabacano sobre la educación.

     Esta mañana, paseando por Independencia, me he llevado una agradable sorpresa. Enfrente de los puestos de comidas y de baratijas, había varios mostradores  que exhibían diversos libros y recientes novedades. Eran las catorce editoriales aragonesas que se han puesto de acuerdo por tercer año consecutivo para celebrar este día y salir, una vez más, al encuentro de los ciudadanos.

      ¡Qué baratos están!, comentaba una pareja de adultos. No opinaban así tres jóvenes adolescentes. A este respecto, me decía una editora, que los jóvenes prefieren gastárselo en bebida antes que en cultura. Les parece caro un libro de diez o doce euros pero no tienen reparos en gastarse veinte o treinta en una tarde-noche festiva en las carpas o pabellones. Así es la realidad. Pocos lectores y muchos consumidores de todo lo que satisfaga al estómago.

      De todos modos, hay que elogiar un año más esta iniciativa. Le comentaba a un editor que estas jornadas deberían repetirse, al menos, una vez al mes. Él me miraba escéptico y me recordaba la importancia de los padres y de los profesores a la hora de inculcar en los más pequeños el hábito de la lectura. Una meta que, si se consigue antes de la adolescencia, les acompañará - con los lógicos altibajos - durante toda la vida.

AGOSTO EN ALIAGA (II)

AGOSTO EN ALIAGA (II)

      El mes de agosto da mucho de sí. Por eso hay que aprovechar estas jornadas dilatadas para potenciar lo cultural, lo recreativo, lo deportivo y lo lúdico. La presencia masiva de vecinos y visitantes no sólo anima las calles y establecimientos del pueblo. es también un momento de reencuentro y de impulso a diversas actividades. Una de ellas es la presentación de publicaciones relacionadas con el pueblo.

     El pasado miércoles se presentó en el salón de actos del ayuntamiento el libro Flora y fauna del parque Geológico de Aliaga. Está coordinado por Violeta Simon Porcar y José Luis Simón Gómez, y han colaborado como ilustradores Gonzalo Tena y Julia Escorihuela. La presencia del alcalde, Sergio Uche, hizo que este acto tuviera un significado especial como impulso al Parque Geológico y como plantemiento de nuevos retos para el futuro de Aliaga.

    El libro es un guía muy práctica que nos ayudará a conocer y valorar el peculiar paisaje que nos rodea con una pluralidad de hábitats entre los que destacan bosques de ribera, curiosos reductos de vegetación atlántica o singulares ejemplares de la fauna ibérica. Llaman la atención las excelentes fotografías del entorno, las descripciones claras y didácticas, el mapa de vegetación del Parque Geológico y el índice de nombres que cierra el libro. Esta publicación se añade a otras muchas que vienen a realzar la importancia de este entorno natutal privilegiado.

NOVIEMBRE (V)

NOVIEMBRE (V)

     Se nos va al mes de noviembre con las cumbres coronadas de nieve, con el cielo gris y con un frío que anticipa las próximas fechas de finales de año. Se nos va noviembre con más efemérides, con más celebraciones, con galardones, con homenajes, con la estela agridulce del recuerdo.

     Anoche, en la sede central de Bantierra, en el histórico salón de actos del antiguo Casino Mercantil de Zaragoza, testigo mudo de la presencia de intelectuales y famosos como Leopoldo Alas "Clarín" o el propio Einstein, tuvo lugar la reunión anual de la Asociación Aragonesa de Escritores. En ella se concedió el premio Imán - homenaje a nuestro gran novelista Ramón J. Sender y nombre de la revista de este colectivo cultural que ha cumplido sus diez primeros años - al escritor Fernando Aínsa por su trayectoria vital, intelectual y literaria. Fernando es una persona entrañable, apasionada por las letras, enamorada de la cultura. Este intelectual de raíces aragonesas y uruguayo de adopción pertenece a la generación de los niños de la guerra civil y vivió la experiencia del exilio. Como decía ayer en su discurso de recepción, es como el Cándido de Voltaire, que después de viajar por medio mundo, regresa a la tierra de sus antepasados para culivar su huerto, enriquecernos con su bagaje cultural y seguir al pie de el cañón en su creación literaria.

     Conocí a Fernando hace unos diez años. Me sorprendió gratamente su talante humano y su visión optimista de la vida. Visité su casa de Oliete un domingo tormentoso de agosto y me impactó su nutrida librería, su despacho orlado de silencio y soledad y el huerto que le sirve de ocio e inspiración para sus escritos y poemas. Con Aprendizajes tardíos se dio a conocer como poeta. Pero su larga trayectoria literaria lo consagran como un gran ensayista y como un creador de relatos sugerentes y simbólicos.

     El acto de ayer supuso un merecido reconocimiento a su labor y un nuevo impulso a esta Asociación que organiza más de cuatrocientos actos culturales al año y que tiene en su seno a escritores de primera fila como José Luis Corral, Angel Guinda, Miguel Ángel Yusta o Luisa Miñana. Fue significativa la presencia de la Consejera de Cultura del Gobierno de Aragón Dolores Serrat que esbozó un discurso de buenos propósitos para el futuro cultural de Aragón, tan castigado por la crisis. Intentó responder a las palabras de José Luis Corral, presidente de la Asociación que destacó la importancia de la cultura en estos momentos de crisis y reclamó una mayor atención a este ámbito, tan olvidado por nuestros representantes políticos.

   (En la fotografía: Fernando Aínsa, acompañado por Dolores Serrat y José Luis Corral)

NOVIEMBRE (IV)

NOVIEMBRE (IV)

    El mes de noviembre se nos esfuma. Ha sido un mes paradójico, intenso, lleno de efemérides, recuerdos y celebraciones. Los últimos días han venido marcados por un clima invernal. En Zaragoza el cierzo no ha dejado de azotarnos y salir a la calle se ha convertido casi en una odisea. Pero la vida continúa. Y nos solidarizamos con los mineros de Mequinenza, con las víctimas de esos terroristas y delincuentes peligrosos que han sido excarcelados antes de lo previsto, con los maestros, con los profesores, con aquellos que duermen en los parques en un ambiente helador, con los que sortean las montañas de polvorones y los pegajosos villancicos de los centros comerciales, con los que se oponen al consumismo, con los que apuestan por la cultura. Por la Cultura con mayúsculas.

    Porque la literatura nos reconcilia con la vida. Y la poesía nos ayuda a sobrellevar mejor el día a día rutinario y, a veces, anodino. Por eso estoy preparando con ilusión la presentación del libro Historia de mujeres habitadas, de mi paisano y amigo Prudencio Herrera Piqueras. Desde Coslada me envía esta CONVOCATORIA: Acto poético-musical en torno al libro "Histoira de mujeres habitadas, de Prudencio Herrera, catedrático de Lengua Castellana y Literatura, nacido en Aliaga y residente en Madrid. Invitación a los hijos de sus maestros, familiares, amigos de Teruel (de Aliaga, Santa Bárbara, La Aldehuela, Campos, Cobatillas,...) y Zaragoza, amantes todos de la inteligencia.

    El acto tendrá lugar el próximo 4 de diciembre, miércoles, a las 20 horas, en la librería del barrio de Las Fuentes de Zaragoza, El Pequeño Teatro de los libros. Allí compartiremos, poesía, vida, cultura y aliento vital.

(Fotografía adjunta de la portada del libro)

 

UNA HISTORIA APASIONANTE

UNA HISTORIA APASIONANTE

     Hojear un libro, acariciar un libro, contemplar su forma, su textura, su peso, su color, su luminosidad ha sido hasta hace unas décadas un placer reservado a una minoría. Ahora el libro se ha popularizado, afortunadamente, aunque en algunos países todavía se mantiene en alto amenazante la espada de dámocles de la censura. Porque es una suerte y un privilegio que nuestros niños y jóvenes se acerquen con ilusión al libro impreso y comiencen a familiarizarse con el libro digital.

     Han transcurrido muchos siglos desde que nuestros antepasados más ancestrales escribían y leían en tablillas de cera o pequeñas pizarras de barro. Luego vino el papiro y después el pergamino. Fueron muchos años de lentos avances, de trabajo y de imaginación. Hasta que en el siglo XVI el orfebre alemán Johannes Gutenberg revolucionó la expresión escrita con la invención de una imprenta muy rudimientaria que se iría perfeccionando poco a poco. Ya a finales del siglo XX, con la llegada de los ordenadores y de Internet, al soporte impreso le surgió un competidor - yo diría que un digno rival -. Nacerían los libros electrónicos o ebooks que, de momento, no han podido con el libro tradicional y, al parecer, son un elemento complementario y enriquecedor.

      Eso y mucho más aprendieron nuestros alumnos de primero de ESO en su visita a la biblioteca Ildefonso Manuel Gil de la Diputación Provincial de Zaragoza. Les explicaron con láminas e ilustraciones la dilatada historia del libro y, en un marco excepcional como es la antigua biblioteca del casino principal de la capital aragonesa, pudieron comprobar el valor de los libros como testigos mudos de la historia y como heraldos de un pasado cultural al que no conviene dar la espalda.

SIRENA NEGRA

SIRENA NEGRA

     Ayer tarde la sala Ámbito Cultural del Corte Inglés de Zaragoza volvió a acoger por cuarto año consecutivo a los Hijos de Mary Shelley. En el marco de la Feria del Libro de la ciudad del Ebro, Ramón Pernas presentó esta nueva edición y lamentó la agresión que la cultura está sufriendo durante los últimos años. Valoró como milagro la supervivencia de inquietudes culturales y literarias como esta nueva entrega de relatos de terror y misterio. Fernando Marías habló del esfuerzo que ha supuesto dar a luz este volumen colectivo titulado La soledad es el hogar del monstruo: Un manojo de textos teñidos de fantasía y originalidad.

    Pero lo mejor de la tarde cultural fue la puesta en escena el monólogo musical de terror Sirena negra, creado por la escritora, crítica y dramaturga Vanessa Montfort e interpretado por la actriz y cantante Ruth González. Un monstruo urbano, transformado en sirena al más puro estilo kafkiano, se sumerge en las alcantarillas de las grandes urbes y se embebe de los ruidos y olores de la gran ciudad. Su sensibilidad y su sentimiento se hacen eco de las miserias de esta sociedad de principios del siglo XXI, herida por los excesos del capitalismo y aplastada por el oscuro peso de la crisis. La sirena se solidariza con los más débiles, especialmente con los niños que juegan en los parques y con los marginados que deambulan por las calles. Toda una metáfora de la sociedad actual que lleva a la sirena a sentir náuseas y a desear vomitar toda la inmundicia que se pierde entre los bajos fondos de esta civilización desnortada.

     La música y la palabra se dan la mano en un escenario desnudo y sugerente. Toda una apuesta de Vanessa Montfort y de los Hijos de Mary Shelley que está cautivando a los amantes de la cultura y a los que disfrutan con una literatura que mezcla la fantasía con la palpitante y cruda realidad.

    (Fotografía: Ramón Pernas, Vanessa Montfort, Espido Freyre y Fernando Marías)

PÁRAMO CULTURAL

PÁRAMO CULTURAL

    Se acercan malos tiempos para la cultura. Soplan vientos adversos para toda iniciativa que tenga que ver con la lectura, la investigación, la formación autodidacta, el arte, el teatro o los programas culturales y educativos.

    Me entristece ver la biblioteca de mi centro cerrada prácticamente toda la mañana. Me entristece leer que la biblioteca más importante de mi ciudad tiene intención de cerrar los sábados y que se va a quedar estancada, es decir, no va a adquirir más novedades. Me entristecen noticias como el abandono del legado de Pradilla en Villanueva de Gállego o la falta de financiación para restaurar las pinturas del retablo de la iglesia de la Mantería.

    Siempre me han atraído las libros que se exhibían con un cierto recato en lasestanterías de las bibliotecas. Cuando no tenía prácticamente libros en mi casa, acudía a la biblioteca más cercana, me asomaba a las estanterías y buscaba especialmente las novedades, esos libros impolutos que conservaban todavía el olor a imprenta y a encuadernación. Ahora, al parecer, todo va a ser distinto. El libro impreso va cediendo poco a poco el protagonismo a las publicaciones en la red. ¿Será una nueva revolución como la del siglo XV? El tiempo lo dirá.

    El Nobel de  Literatura Mario Vargas Llosa planteaba recientemente esta preocupante metamorfosis de la cultura en su último ensayo, La civilización del espectáculo. Y le preocupaba la degradación de lo cultural, el todo vale, la cultura del espectáculo, la cultura de escaparate, la cultura del exhibicionismo. No sé si sus opiniones serán una preocupante premonición para el futuro. Pero lo que está claro es que lo cultural se está viendo afectado con la crisis en todas sus manifestaciones.

    Mientras tanto, los amantes de la buena literatura, los defensores de la cultura y del arte, nos consolamos con la lectura de un buen poemario el sábado por la mañana o asistimos a presentaciones de buenos libros como el último del zaragozano José Luis Melero, Escritores y escrituras, que congregó a amigos e intelectuales el lunes pasado en el vestíbulo del Teatro Principal.

 (Fotografía: Del blog: http://www.elhombreamodecasa.com)

 

  

PUNTO Y SEGUIDO

PUNTO Y SEGUIDO

     La vida sigue, a pesar de las incertidumbres económicas, políticas y sociales. La cultura continúa, a pesar de los recortes, las trabas y las cada vez más escasas subvenciones. Y la literatura intenta sobrevolar más allá de las miserias cotidianas y de las banalidades con que nos bombardean cada día desde distintos medios de comunicación.

     Porque en estos tiempos tan difíciles para las inquietudes culturales y literarias, hay que destacar la labor de todos los que siguen al pie del cañón, contra viento y marea, editando la revista TURIA, que acaba de cumplir 28 años y que ha llegado ya a su número 100. Como decía José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española: "Es muy complicado mantener esta trayectoria. Salvo la revista Ínsula, no hay ninguna similar en el panorama literario español".

     El director y fundador de la revista, Raúl Carlos Maícas, manifestó el día de su presentación en el salón de actos de la Delegación Territorial del Gobierno de Aragón en Teruel que espera que el número 100 sólo sea un punto y seguido en esta aventura cultural y literaria. Toda una declaración de intenciones y un deseo de seguir adelante, cueste lo que cueste.

     Me siento afortunado de poder colaborar desde hace casi diez años en esta publicación. La sección La Torre de Babel me ha abierto las puertas y comparto mis reseñas con excelentes críticos y buenos literatos. Además, me siento muy orgulloso de aportar mi grano de arena a una  revista que nace y se edita en mi tierra y que pregona el nombre de Teruel y de Aragón más allá de nuestras fronteras.

     El número 100 de TURIA dedica un monográfico a la escritora aragonesa Soledad Puértolas. En este cartapacio, los estudiosos e investigadores podrán encontrar numerosos documentos que les ayudarán a conocer mejor y a reconocer a esta novelista zaragozana. Encontraremos también sendas entrevistas a José Manuel Blecua y a José Manuel Sánchez Ron. Por no hablar de las secciones habituales entre la que destacan Taller, Poesía y La isla, un sugerente y original diario del director de la revista.

(FOTOGRAFÍA: José Manuel Blecua y Soledad Puértolas, durante el acto de presentación de la revista, el pasado 30 de noviembre en Teruel).

HASTA SIEMPRE, FÉLIX

HASTA SIEMPRE, FÉLIX

     Este otoño incipiente y caprichoso, este otoño amarillo se nos ha llevado prematuramente a uno de los agitadores culturales más importantes de la cultura aragonesa y de la cultura nacional. Félix Romeo, escritor, crítico y traductor, nacido en el zaragozano barrio de Las Fuentes, destacó desde muy joven por su precocidad lectora y por su audacia creativa. Y destacó también como persona. Una persona independiente, fiel a sus principios, amigo de sus amigos, de un gran corazón.

      Conocí a Félix en el instituto de Miralbueno a principio de los noventa. Acompañaba a Ramón Acín en uno de los actos del programa Invitación a la Lectura, que estaba dando sus primeros pasos y que, lamentablemente, ha desaparecido. Compartimos mesa en el restaurante del centro y en seguida me percaté de su talante intelectual, de su amplia formación literaria y de su madera de crítico. Luego volvimos a encontrarnos en presentaciones de libros, ferias del libro y otros encuentros literarios. También coincidía con él alguna tarde en el colegio Las Fuentes, mientras ejercía de tío con su sonrisa a flor de piel. La última vez que nos vimos fue el la librería Portadores de Sueños con motivo de la presentación de El final del amor, último libro de Marcos Giralt Torrente. Me saludó efusivamente y se interesó por mi labor docente y literaria.

      La noticia de su fallecimiento repentino me ha llegado como un mazazo. Y, aunque no es la primera vez que me estremece la presencia irracional de la muerte, su prematura desaparición me ha dejado helado como a tantos amigos, compañeros y admiradores. Tengo sus novelas en mi estantería. Y he vuelto a releer Amarillo, su última novela. Un relato de ausencia y de rebeldía ante la tragedia de lla muerte. Quiero expresar mi modesto homenaje a Félix en unos versos sentidos, sinceros y otoñales.

                                       Se nos van los amigos

                                      al filo de este otoño amarillento

                                      teñido de nostalgia.

                                       Se nos van los amigos

                                      y nos dejan la estela de sus sueños

                                      y el amor a la vida

                                      y el amor a los nuestros.

                                        Se nos van los amigos

                                      en medio de este otoño desolado,

                                      en medio del dolor y la tristeza

                                      y la herida cruel

                                      de la esperanza.

                                     

UN LUJO CULTURAL AL ALCANCE DE TODOS

UN LUJO CULTURAL AL ALCANCE DE TODOS

     Como cada mes de julio, el primer libro que introduzco en mi maleta antes de comenzar mis vacaciones es la revista cultural TURIA. Digo libro, porque TURIA es una auténtica revista-libro que, desde hace 28 años, sigue sembrando la cultura por doquier y continúa regalando a los lectores y suscriptores excelentes artículos, relatos y poemas inéditos, e interesantes monográficos dedicados a los representantes de la cultura más relevantes.

     Como lector y colaborador de esta publicación periódica, espero y deseo se cumpla lo que comentaba Fernando Valls en su blog el pasado 11 de julio. Con el título "Salvemos la revista Turia", se hacía eco de las dificultades por la que está pasando últimamente esta publicación - recorte de subvenciones - e insistía en que sería una pena nos quedáramos sin una de las mejores publicaciones culturales y literarias que quedan en España, cuando está a punto de alcanzar el número 100. Habla de la importancia de los suscriptores y del apoyo de las instituciones. Esperemos que los recientes cambios políticos no influyan en el futuro de TURIA.

     Porque para los amantes de la cultura es un lujo tener entre sus manos el número 99, que dedica un amplio y completo monográfico al premio Nobel Czeslaw Milosz. Nos regala también una antología de poemas inéditos de Boris Vian, al cuidado del poeta Juan Antonio Tello. En sus secciones habituales, hay que destacar las Conversaciones con Gervasio Sánchez y Juan Eduardo Zúñiga, una nueva entrega del diario "La primera patria" del fundador y director de la revista Raúl Carlos Maícas y un interesante artículo de José Serafín Aldecoa Calvo sobre José Borrajo Esquiu, primer alcalde de la Segunda República en Teruel.

    En esta tarde grisácea de verano, desde la tranquilidad de este rincón privilegiado de la provincia de Teruel, quiero plasmar un poema de Ángel Petisme, de la sección Poesía de la revista, que puede darnos las claves para conseguir una pequeña ración de felicidad:

                                          DA LO MEJOR DE TI

                                          Antes de hablar,

                                          si abres los ojos

                                          recoje del tendedero tus palabras.

                                          No veo fantasmas donde brilla la luz,

                                          alguien por ti soñó tus pesadillas.

                                          El tiempo se congela

                                          cuando nadie sonríe.

                                          Así que no tomes nada

                                          de forma  personal,

                                          da lo mejor de ti.

                                         

                                          Cuatro reglas para ser feliz.

 

    

    

NONAGENARIOS

NONAGENARIOS

     He visitado esta tarde la Feria del Libro de Zaragoza y me ha llamado la atención la gran afluencia de público de todas las edades. Un público que hojeaba las novedades editoriales, que compraba libros de todo tipo y algunos escritores que firmaban obras y conversaban con los lectores.

     De entre todos los libros que poblaban los escaparates de las casetas, me ha llamado de atención una pequeña obra que - según los libreros - es de las que más se está vendiendo durante estos días. Me refiero al libro ¡Indignaos!, escrito por Stéphane Hessel y prologado por José Luis Sampedro. Ambos pensadores superan ya la barrera de los noventa y mantienen su mente despierta y diáfana. Ambos nacieron en 1917, año de la revolución rusa, ambos participaron en sendos conflictos bélicos: la II Guerra Mundial y la Guerra Civil española y los dos tuvieron que sufrir una dictadura (la Francia de Vichy del mariscal Pétain y el franquismo).

    Es curioso comprobar cómo las ideas de Hessel, que comparte el escritor español, han calado profundo en cientos de jóvenes españoles que desde hace dos semanas están dando impulso a un movimiento popular denominado 15M con acampadas en las plazas de las principales ciudades y con un lema común: "Indignaos". Un lema que es el punto de partida de numerosas inquietudes sociales entre las que destacan la reforma de la ley electoral y el reparto más equitativo de la riqueza. "Hay que luchar por la libertad de pensamiento" - afirma Sampedro. "Se deben unir los más necesitados y los que más saben" - escribe Hessel.

     Hace cuatro o cinco décadas, una persona que rondaba los sesenta años estaba considerada como un anciano - o viejo - que no tenía nada que aportar a la sociedad. Ahora, una persona de noventa años puede aportar experiencia, serenidad, capacidad de reflexión, equilibrio mental y una visión privilegiada del mundo. Algunos pensadores o escritores españoles pasaron de los cien años. Basta recordar al literato Francisco Ayala o al aragonés Pepín Bello, que llegaron a los ciento tres. La longevidad es un hecho real en esta sociedad del siglo XXI. Pero lo más llamativo es que algunas personas - todavía muy pocas - sigan regalando sus ideas a las generaciones más jóvenes. Una semilla eficaz que, en el caso de Hessel y Sampedro, ha superado con creces todas las expectativas.

LA ESPAÑA DE BERLANGA

LA ESPAÑA DE BERLANGA

     Aproveché la tarde de ayer para ver una de las películas más emblemáticas del director valenciano Luis García Berlanga, recientemente fallecido. Aunque ya había disfrutado varias veces con la proyección de El verdugo, esa excelente película que obtuvo un premio en el festival de Venecia en 1964, volví a recrearme con esas secuencias en blanco y negro que reflejan con realismo una España lastrada por la posguerra, teñida de un tímido optimismo y sumida en el ostracismo social y político.

     Poco puedo añadir a lo que se ha publicado de Berlanga durante estos días. Pero quiero aportar mi pequeño grano de arena al hilo de esta película y de otras dos - Bienvenido Mister Marshall y Plácido - que forman una excelente trilogía. La España de las películas de Berlanga nos acercan a una España negra, y lo hacen por medio de un humor que nos acerca al gran dramaturgo Miguel Mihura y a otro gran director de su generación, Juan Antonio Bardem - ¿quién no recuerda Muerte de un ciclista o Calle Mayor? -. El director valenciano supo sortear los obstáculos de una censura poco inteligente y soportó con escepticismo y socarronería las críticas procedentes de dos visiones de la vida irreconciliables.

     En El verdugo no sólo se critica una trasnochada pena de muerte en garrote vil. La película nos muestra las preocupaciones cotidianas de la clase media española, el quiero y no puedo, la hipocresía, la doble moral, el poder oculto de la iglesia del franquismo, los afilados dientes de la pobreza, lo lejano que quedaba el tren europeo del progreso, la obsoleta burocracia, los favoritismos,... Todo ello de modo simplemente magistral. Volví a ver la película sin pestañear. Y en los próximos días espero volver a recrearme con las otras dos. En cierto modo, me ayudan a revivir los oscuros años de mi ya olvidada infancia.

LA ESPAÑA DE LOPE DE VEGA

LA ESPAÑA DE LOPE DE VEGA

     He aprovechado el paréntesis del fin de semana para ver la película LOPE, una de las novedades del cine español de este año. Aunque no ha respondido a mis expectativas, la cinta de Andrucha Waddington acerca a los espectadores esa España gris de finales del siglo XVI, en la que un joven inquieto y atrevido irrumpe en aquella sociedad anquilosada para proponer nuevas formas de interpretar la vida sobre un escenario.

     A nadie se le oculta la vida aventurera de Lope de Vega, sus idilios amorosos y su afán de protagonismo. El Lope de la película - bien interpretado por Alberto Amman - despierta el amor de dos mujeres, Elena Osorio (Pilar López de Ayala) e Isabel de Urbina (Leonor Watling). El joven poeta se decidirá por la segunda. Pero antes tendrá que someterse a la autoridad del padre de Elena, que lo contrata para que represente sus primeras obras. Pero Lope no se contenta con el éxito inicial y, después de emitir un libelo difamatorio contra la hija del empresario teatral, decide huir a Lisboa y embarcarse como voluntario en la expedición de la Armada Invencible.

     De la película LOPE, me quedo con la ambientación de la España de la segunda mitad del siglo XVI, con el descubrimiento de una joven poeta que revolucionó la escena española y con la visión agridulce de un triunfador, idolatrado por el pueblo, pero inquieto, soñador y acosado por los fantasmas de su propia insatisfacción. 

PÁJAROS DE PAPEL

PÁJAROS DE PAPEL

    Tuve la oportunidad de ver ayer por la tarde la película Pájaros de papel, primera que dirige el polifacético Emilio Aragón, y la verdad es que no me ha defraudado. A pesar de las críticas tan dispares y de las opiniones de quienes la consideran demasiado sensiblera y bastante maniquea, la cinta sigue una línea muy coherente y podemos enmarcarla dentro de la pauta marcada por El viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán Gómez o Ay Carmela, de Carlos Saura.

    Dos aspectos me han llamado especialmente la atención de esta película: las excelentes interpretaciones tanto de los principales actores como de los figurantes y el homenaje que rinde su director - de familia de cómicos - a los que se han dedicado y se siguen dedicando a esta vida tan difícil de actores o actrices, tanto en el teatro como en el cine. Hay que destacar, sobre todo, el papel de Imanol Arias como protagonista, huraño y soberbio; de Lluis Homar, convincente y cercano; y del niño Roger Princep, gracioso y zalamero. Sin olvidar a una estelar Carmen Machi, que aporta con soltura el ingrediente cómico.

     A pesar de que quizás ya estemos saturados de películas sobre la guerra y la posguerra española, no está de más dediquemos dos horas de este verano a recordar la difícil vida de los cómicos en esa época, las suspicacias y recelos por ambos bandos y el reguero de odio que se prolongó más de lo previsto.

LOS ÚLTIMOS SUPERVIVIENTES

LOS ÚLTIMOS SUPERVIVIENTES

     He aprovechado parte de la tarde del jueves para ver la película The road (La carretera), bien acogida por la crítica, pero olvidada por los fastos cada vez más artificiales de los óscars. Este drama, dirigido por John Hillcoat y basado en la novela escrita en 2006 por el estadounidense Cormac McCarthy - autor de otros éxitos literarios como Un país para viejos - dibuja un paisaje desolador y apocalíptico, a raíz de un cataclismo que ha asolado el planeta Tierra. Sólo un grupo de seres humanos luchan por la supervivencia en un mundo insolidario, cruel y fantasmagórico.

     La película se centra sobre todo en la relación entre un padre - admirablemente interpretado por Viggo Mortensen - y su hijo - interpretado por Kodi Smit-McPhee. Ambos intentan mantener el fuego de la esperanza y caminan hacia el mar a través de paisajes desolados y carreteras solitarias apoyándose mutuamente y aliviando su tristeza con el eco de los recuerdos.

     La película destaca, además, por su excelente ambientación, su adecuado ritmo narrativo y su afán de verosimilitud en medio de un chasis de ciencia-ficción. Su contemplación me ha sumido en un mar de reflexiones. Se nota el maridaje entre cine y literatura tanto en los diálogos como en el juego de imágenes. Casi no he pestañeado en la hora y media larga que dura la cinta. Cualquier espectador que vaya a ver este filme saldrá de la sala con el amargo sabor de una situación que podría suceder en el futuro. El anciano que interpreta Robert Duvall ejerce de profeta y agorero y reconoce que ese cataclismo se podía haber evitado.

     En el Año Internacional de la Biodiversidad no viene nada mal reflexionar sobre el futuro del Planeta y sus consecuencias irreversibles.

UNA PELÍCULA SENSIBLE Y HUMANA

UNA PELÍCULA SENSIBLE Y HUMANA

     No es fácil crear un cuento entrañable, evitando lo sensiblero y complaciente. No es fácil recrear una fábula de iniciación en un marco cotidiano de diversidad social y cultural. Eso es lo que he advertido - entre otros muchos aspectos - en la película francesa El erizo (Le hérisson), dirigida por Mona Achache y libremente inspirada en la novela La elegancia del erizo, de Muriel Barbery, un gran éxito editorial en el país vecino.

     A pesar de las críticas tan dispares, - me ha sorprendido alguna demoledora - la película gala, que fue la mayor sorpresa en la pasada Seminci, es una cinta de mucho mérito, en medio del panorama cinematográfico que nos rodea. A los que nos gusta el cine francés - y mucho más el europeo que el actual cine americano - nos ha atraído especialmente por su apuesta por la cultura, por las inquietudes intelectuales y por la reflexión filosófica.

     Es verdad que la cinta tiene sus altibajos. Es verdad que los temas que plantea son, tal vez, demasiado manidos. Pero la interpretación de los personajes - especialmente el de la portera René Michel, interpretado por Josiane Balasko -, el simbolismo del erizo que da título a la película, la crítica a la alta burguesía parisina, la amistad de dos almas gemelas - a pesar de su diferencia de edad - la aparición de Kakuro Ozú, un japonés culto, enigmático y afable, la presencia del amor, de la vida y de la muerte, convierten a esta película en una fábula vital que despierta la reflexión sobre un mundo capitalista en el que la cultura queda reducida y arrinconada en una vieja librería de una portería modesta de la gran ciudad.

     Me ha gustado la frase de la gran novela de Tolstoi, Ana Karenina: "Todas las familias felices se parecen, pero las que son desgraciadas, lo son cada una a su manera". Me ha llamado la atención el simbolismo de la pecera, que tanto inquieta a la precoz niña protagonista, me ha atraído la casi omnipresencia de los gatos como alivio de la soledad y me he quedado con la reflexión final de la niña, después de la muerte de Renée: "¿Cómo se decide el valor de una vida?".

    Hay, además, otras lecturas: las dificultades de algunos seres humanos por entablar relaciones, el no dejarse llevar por las apariencias, la influencia de la literatura en la vida, el fantasma de la soledad y la inquietud por el destino incierto. Aconsejo esta película a los que valoran en el cine algo más que la técnica, los efectos especiales o el puro entretenimiento.

UN HUECO PARA LA CULTURA

UN HUECO PARA LA CULTURA

     Uno de los momentos más tranquilos y gratificantes de la jornada semanal es la media hora cultural que nos ofrece la segunda cadena de la televisión pública a la hora de la siesta. En vez de amodorrarme en el sofá o leer la prensa del día, prefiero seguir con atención la presencia más o menos fugaz de unos concursantes que, como indica el título del programa, buscan un premio por sus conocimientos, no por su fama ni por su "glamour".

     Son ya trece años en antena. Todo gracias a un gran equipo de directores y guionistas y, sobre todo, a un gran presentador: Jordi Hurtado. Durante estos días están participando los "magníficos del 2009". Son los mejores y así lo demuestran. De momento, Roberto, el salmantino va por delante de estos pioneros de la cultura. Una cultura que, lamentablemente, aparece con cuentagotas en la pantalla. Y es que, al parecer, la mayoría de los espectadores prefieren la carnaza de los "reality shows" o las casi omnipresentes retransmisiones deportivas.

     Gracias a "saber y ganar" he mejorado en cálculo mental, he enriquecido mi vocabulario y me he acercado a autores cuyas obras tenía aparcadas o, simplemente, eran desconocidas para mí. Hay otros programas culturales, pero ninguno ha logrado atraerme tanto como éste. Tal vez su brevedad lo haga más llevadero e interesante. El programa de las sobremesas es un soplo de aire cultural en medio de la bazofia que nos rodea. A ver si cunde el ejemplo y logra enganchar a las generaciones más jóvenes. Algo muy difícil, tal como está la competencia audiovisual.

UNA EXCELENTE PELÍCULA

UNA EXCELENTE PELÍCULA

     Está claro que en el cine, como en la literatura, no todos coincidimos en las valoraciones personales o en las preferencias artísticas. Sin embargo, si alguien me pregunta sobre la última película del argentino Juan José Campanella, El secreto de sus ojos, le diré que vale la pena acercarse a la sala de cine más cercana para disfrutar de dos horas de emoción, de intriga, de reflexiones sobre la vida y del paso del tiempo,...

    No sé cuántos Goyas obtendrá en la gala del próximo 14 de febrero como mejor película extranjera de habla hispana. Pero, ocurra lo que ocurra, su éxito ya está asegurado. Son varios los motivos que contribuyen a la calidad de esta cinta: la confluencia de un drama personal y nacional, el breve buceo en la cultura popular argentina, la exquisita fotografía, la fluidez de los diálogos y la buena interpretación de Ricardo Darín y Soledad Villamil. Juan José Campanella - que ya triunfó con El hijo de la novia - ha adaptado el guión de la novela de Eduardo Sacheri, La pregunta de sus ojos. Y ha logrado transformar una sencilla trama argumental en un relato río que abarca todos los ámbitos del ser humano y va más allá de lo que el espectador puede contemplar durante las dos horas de proyección.

      Juan José Campanella logra hechizar al espectador con una película llena de sugerencias, de inteligentes elipsis, de oportunos silencios, de confluencia de historias, del papel de la memoria, del peso de los recuerdos, de los sueños de futuro. Una película que me ha dejado un buen sabor de boca, a pesar de su aparente sencillez.