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josemarco

DEPORTES

UN EQUIPO SIN RUMBO

UN EQUIPO SIN RUMBO

    He seguido día a día el incierto devenir del Real Zaragoza, desde su merecido descenso a segunda división. A partir de ese momento triste y casi fatídico, pensaba que los dirigentes del mi equipo de toda la vida iban a hacer las cosas bien. Pensaba que el equipo técnico iba a ser totalmente renovado. Pensaba - ingenuo de mí - que, por fin, iban a tener en cuenta a la cantera y renovar el equipo desde la base. Pero he visto que, lamentablemente no ha sido así: la pretemporada ha sido mediocre, los fichajes creo que no van a mejorar lo que tenemos en casa, y el entrenador es todavía una gran incógnita. Así nos encontramos a fecha de hoy: eliminados a la primera de cambio de la Copa del Rey y con un inicio lamentable en la segunda división.

     No sé si he actuado correctamente o no. Pero, después de tanto desatino, he decidido no renovar mi abono de socio. No tengo la ilusión de otras temporadas y los dirigentes del club tampoco hacen nada por despertar de la apatía al aficionado. No sé cómo estará la Romareda el sábado ni cómo reaccionaran los pocos que se acerquen al campo. Creo que el silencio sería el mejor recibimiento. Porque tampoco se trata de criticar antes de tiempo. Pero, eso sí, los gestores del Real Zaragoza deberían darse cuenta de que no han hecho bien los deberes. Deberían reconocer sus errores a la hora de fichar y a la hora de malvender jugadores. Deberían hacerse cargo de que han vuelto a menospreciar olímpicamente a la cantera. A ver si miran de reojo a la Unión Dedportiva Huesca, que ha cumplido con creces las expectativas.

     Los fines de semana me dedicaré a ver algún partido de la categoría infantil, en la que compite mi hijo. Al menos contemplaré un fútbol más espontáneo, más sencillo, sin el lastre de los millones ni los condicionamientos de los intermediarios. Eso sí, seguiré pensando que el futuro de los que destaquen difícilmente estará en el Real Zaragoza. Otros equipos les recibirán con los brazos abiertos. Y si no que se lo pregunten a Longás, a Ripa, a Sastre, a Camacho, a Pina y a tantos otros. ¿Recurrirán a la cantera en diciembre como ya sucedió hace unos años en segunda división? Habrá que esperar acontecimientos. De momento, el zaragocismo respira desencanto y desilusión.

UN NUEVO GOLPE AL CICLISMO

UN NUEVO GOLPE AL CICLISMO

     La sombra del dopaje vuelve a ser alargada. Y ha golpeado de nuevo al ciclismo profesional. Ya son tres los ciclistas que han sucumbido a esta lacra. Dos de ellos españoles. Año tras año muchos corredores del Tour de Francia caen en esta especie de trampa. La mayoría nos preguntamos: ¿para qué se dopan? ¿son conscientes de las consecuencias de la ingestión de sustancias prohibidas? ¿son ellos los únicos responsables? ¿hasta dónde llega su culpabilidad?

     Lo que está claro es que todo esto siembra el desencando en los aficionados a este gran deporte. Los mitos se desmoronan de la noche a la mañana y pasan en un instante de héroes a villanos. Y no sólo ocurre en el ciclismo. También afecta a otras disciplinas deportivas y, especialmente, al atletismo. Es de esperar que los diez días que quedan de Tour discurran sin más sobresaltos de este tipo. Y es de desear que en los próximos Juegos Olímpicos de Pekín la sombra del dopaje desaparezca por completo.

     Algunos arremeten contra la prensa, sin motivo aparente. Otros critican la rigidez de los controles y de los análisis. Pero lo que está claro es que hay una trastienda cada vez más oscura e impenetrable en el mundo del ciclismo. Los espectadores sólo vemos el escaparate y poco más. Es verdad que es un deporte muy exigente, con objetivos casi inalcanzables en ocasiones. Pero habría que bajar un poco más el listón y reconocer que la resistencia del ser humano tiene un límite. Y existe una línea roja que no se debería traspasar.

¿ADIÓS AL ESPECTÁCULO?

¿ADIÓS AL ESPECTÁCULO?

No conozco a los dos nuevos fichajes del Real Zaragoza para afrontar una difícil temporada en segunda división. Pero sí que conozco a aquellos jugadores con los que no cuenta Marcelino, el nuevo entrenador. Sus motivos tendrá. Y quizás hasta le demos la razón si logra el único objetivo de devolver al equipo a la categoría que se merece. Sin embargo, llama mucho la atención que no quiera contar con jugadores creativos en el medio campo como Aymar, Longás y Matuzalem.

A los que nos gusta el fútbol-espectáculo - que creo que somos una gran mayoría - nos va a costar adaptarnos a finales de agosto a este nuevo Zaragoza. Es verdad que aún pueden llegar cinco o seis nuevos fichajes. Pero, de momento, nada de nada: gente peleona, contundente y, eso sí, entregada al cien por cien a sus colores.

Hoy por hoy reina la incertidumbre en el seno del club. Y las sensaciones no son nada positivas: dos jugadores apartados del equipo, un "figurín" que aún no ha regresado de sus vacaciones, alguno que no quiere jugar en segunda y cuatro o cinco jóvenes del filial que quizás inicien en Navaleno un viaje de ida y vuelta. El tiempo lo dirá.

No sé si Agapito y Bandrés estarán preocupados. Uno en su lugar no descansaría muy tranquilo ante la serie de problemas que se les avecinan hasta que comience la temporada. Luego empezará a rodar el balón y el equipo aragonés se enfrentará a ilustres rivales - Real Sociedad, Levante, Gimnastic, Murcia -. Pero el partido del morbo llegará el día 7 de diciembre, contra un rival regional, la Sociedad Deportiva Huesca. Todo un lujo para los aragoneses. Lástima no esté el Teruel en esa categoría. Habrá que esperar alguna temporada más. De momento, que suba cuanto antes el telón y que comience el espectáculo, aunque sea a cuentagotas.

EL ZARAGOZA VUELVE A LA REALIDAD

EL ZARAGOZA VUELVE A LA REALIDAD

Los jugadores del Real Zaragoza regresan mañana a los entrenamientos, después de casi dos meses de vacaciones, para comenzar a preparar una temporada que se antoja dura, larga, difícil e incierta. Con dos fichajes nacionales de segunda fila y con Marcelino García Toral como nuevo entrenador, el equipo de la capital del Ebro se enfrenta a numerosos interrogantes y presenta numerosas incógnitas.

Lo poco que el aficionado - cada vez más escéptico - conoce por los medios de comunicación es que el nuevo entrenador no cuenta con numerosos jugadores, entre los que están casi todos los sudamericanos. Se han dado cuenta - más vale tarde que nunca - de que los Milito, Oliveira, Matuzalem, Ayala, Aymar,... no son jugadores para este equipo, como ha demostrado la experiencia. Pero no acaban de darse cuenta de que la cantera es importante. Al parecer, se van a permitir el lujo de dejar marchar a Longás, una de las joyas de la cantera. Se olvidan de Goni, otro jugador con futuro, y no quieren contar con el joven Valero, que tan buen papel realizó la pasada temporada. El filial no cuenta. Sólo subirán a alguno como testimonio o para salvar la papeleta. Ya veremos lo que hacen con Sastre y con Ripa.

El presidente se ha apresurado a anunciar una bajada sensible de los abonos. ¡Sólo faltaría que cobraran lo mismo que en la anterior temporada! Al parecer, teme una huida masiva de abonados. Lo que está claro es que, si no se hacen bien las cosas desde el principio, el abonado se quedará en casa o preferirá ver los encuentros por televisión. Y lo peor que puede pasar a estas alturas - falta un mes y medio para el inicio de la liga - es la incertidumbre. Incertidumbre ante los cinco posibles fichajes, incertidumbre ante la posible salida de los "figurines" del equipo, incertidumbre ante el irremediable olvido de los jugadores de casa.

De todos modos, habrá que darle un voto de confianza a Marcelino. Su labor en el Rácing durante la pasada temporada fue digna y notable. Pero, no hay que engañarse. La segunda división es muy distinta. Y la afición zaragocista está cansada de gestiones erróneas, de rumbos imprecisos y de falta de credibilidad. Habrá que esperar noticias pero, a fecha de hoy, hay más sombras que luces, más puntos oscuros que proyectos de futuro fiables.

DÍA DE ALEGRÍA PARA EL FÚTBOL ARAGONÉS

DÍA DE ALEGRÍA PARA EL FÚTBOL ARAGONÉS

     Hoy va a ser un día de alegría pra el fútbol aragonés. La Sociedad Deportiva Huesca acaba de conseguir, por fin, su ansiado ascenso a Segunda División. Después de un partido difícil, tenso e incierto, el delantero centro Roberto - con categoría de Primera - ha conseguido un gran gol, un gol que firmaría el mismo David Villa o Fernando Torres. Pero lo más importante de esta tarde ha sido la culminación al trabajo bien hecho, a la formación de un equipo compacto, al empuje e impulso del veterano entrenador Manolo Villanova.

     El equipo oscense se codeará con el Real Zaragoza en Segunda División. Si hace un mes, el equipo de la capital del Ebro descendía lamentablemente a Segunda, hoy se produce el ascenso del Huesca, que cruzará los destinos de dos conceptos distintos de ver el fútbol y de crear equipo. Si en el caso del Zaragoza ha predominado el talonario y los fichajes estrella - más nombres que hombres -, en el caso del Huesca ha predominado la austeridad, el sacrificio y la preferencia por jugadores aragoneses, muchos de ellos descartados - ninguneados - por el primer equipo de Aragón. La lista es larga: Ripa, Sorribas, Dorado, Rodri,...Que podrían haber triunfado en el primer equipo. Pero alguien les cerró la puerta y se fueron con toda la ilusión del mundo - y su calidad - a la vecina ciudad altoaragonesa.

    Mi enhorabuena a la Unión Deportiva Huesca. Mi satisfacción como aragonés y como aficionado al fútbol. Lástima que el Teruel no haya podido culminar la hazaña de ascender a Segunda División B. Eso sí, a ver si los nuevos dirigentes del Zaragoza y de la Ciudad Deportiva se fijan más en sus valores. El Huesca es un espejo. Un equipo con casi toda la plantilla de nacionales y numerosos jugadores de la tierra. ¿Aprenderán la lección Agapito, Bandrés, Marcelino y Herrera?

CARTA DEL SEÑOR BANDRÉS

CARTA DEL SEÑOR BANDRÉS

Como socios del Real Zaragoza, hemos recibido Javier y yo sendas cartas de don Eduardo Bandrés Moliné, presidente de la Sociedad Anónima Deportiva. Hace tiempo que no recibía una misiva "personal", y eso me ha movido a leerla con una cierta ilusión. Creía que me iba a invitar a la renovación de mi abono para la próxima temporada en el pozo de Segunda División. Pero, me he equivocado. Se trata de una carta en la que Bandrés habla de un "doloroso momento" y pide perdón a los aficionados. Esta primera parte entra dentro de lo que uno cabría esperar después de la debacle del final de temporada.

Lo que más me ha llamado la atención es la segunda parte de la carta a los abonados. Habla del tópico de una "nueva etapa" - ¡qué remedio! - e insiste por activa y por pasiva en el respaldo tanto económico como moral de Agapito Iglesias, máximo accionista del Club, al nuevo proyecto. Dice que el Zaragoza va a renovarse y modernizarse - ¿cuándo? ¿cómo? - y que van a formar una plantilla poderosa - ¿qué entienden por poderosa? - para lograr el ascenso.

Como abonado desde hace casi quince años, tengo que decirle al señor Bandrés - ya que no tengo ganas de responderle personalmente - que, aunque mantengo la fidelidad a los colores del Zaragoza, no tengo - a fecha de hoy - ni una gota de ilusión en un proyecto que se me antoja continuista. (¡Ojalá me equivoque!) Tengo que decirle que ya no me siento orgulloso de ser zaragocista y que, últimamente, sigo con más ilusión al Huesca y a mi querido olvidado Teruel . ¡Ojalá asciendan de categoría! Debería saber don Eduardo que el mejor reclamo para tantos aficionados desencantados no es un buen entrenador - algo que no pongo en duda - sino la potenciación de la cantera de una vez por todas. Y que vendan o malvendan a argentinos y brasileños. Y que se quiten el lastre de jugadores veteranos que no van a aportar más que los de casa. Y que confíen más en los jóvenes valores de Aragón. Que los hay.

Eso sí, tgengo que agradecerle al señor Bandrés su gentileza. Es un gran político y sabe hacer bien su papel. Lo que no le garantizo es la renovación de mi abono. Prefiero ir a ver a los infantiles del San José o a los juveniles del Zaragoza. Seguro que me lo voy a pasar mejor. Muchos han de cambiar las cosas para que cambie de opinión. Siento manifestarlo así, pero ya estoy cansado de foráneos y - con perdón de la palabra - de mercenarios. Y los de casa no lo son. Ni lo serán.

SE CONSUMÓ EL DESCENSO

SE CONSUMÓ EL DESCENSO

     Para los aficionados al Real Zaragoza ha sido una tarde gris. Hasta el tiempo otoñal parecía anunciar como un presagio la crónica de un descenso anunciado. Nadie quería que el Zaragoza descendiera, pero pocos pensábamos en el milagro de última hora. A los jugadores del Real Zaragoza les ha ocurrido lo mismo que a los malos estudiantes. Han dejado todos los deberes para el final y, como es lógico, no se pueden corregir en una tarde los errores de nueve meses. Errores evidentes, llamativos, repetidos. Errores a la hora de fichar. Errores a la hora de confeccionar la plantilla. Errores a la hora de menospreciar a jugadores de la cantera que están triunfando en otros equipos.

     Y ahora, ¿qué? Eso es lo que se preguntan los aficionados, esa sufrida y fiel afición que ha apoyado a sus jugadores hasta el último momento. Ahora comienza el tiempo de la reflexión, de la autocrítica, de la rectificación y - ¡cómo no! - de los ceses, dimisiones y despidos.

     Recuerdo la noche de la Recopa. Ese glorioso 10 de mayo de 1995. Javier tenía tres meses. Se lo cuento con frecuencia. A veces, no se lo acaba de creer. A sus trece años recién cumplidos ha vivido ya ¡dos descensos del único equipo de su vida! Algo similar les debe ocurrir a los aficionados más jóvenes. Javier piensa ya para el año que viene en el CAI de baloncesto, en el CAI de balonmano, en el Huesca, en el Teruel, en los equipos del San José. Y quiere olvidarse, al menos de momento, de los figurines millonarios del primer equipo de fútbol de Aragón. Y piensa que hay que empezar de cero, desde abajo, con la cantera como estandarte y algún refuerzo más. Preferentemente españoles o europeos. Y que sientan los colores. Y que no se incorporen bajos de forma. Y que no estén pensando sólo en su promoción personal y profesional.

     No sé lo que ocurrirá durante la próxima temporada. Lo que está claro es que hoy es una noche triste, muy triste, para los aficionados del Real Zaragoza. Lo que está claro es que no se han hecho bien las cosas desde el principio. Que no es tiempo de lamentaciones. Que se veía venir. Pero, eso sí,  mañana volverá a salir el sol para todos.

BUEN ENCUENTRO EN PINA DE EBRO

BUEN ENCUENTRO EN PINA DE EBRO

     Con una temperatura ideal, pero con el campo en malas condiciones, el equipo de infantil de tercera categoría de la Unión Deportiva San José ha disputado en Pina de Ebro su último partido de la temporada. Después de conseguir el ascenso la semana pasada, los de Zaragoza han comenzado un poco relajados y los de Pina no han tardado en anotar el primer gol, fruto de una jugada personal del once local, un jugador que tiene planta de juvenil y maneras de líder. Luego subirían más goles al marcador, hasta el 4 a 1 del descanso.

     En la segunda parte, cambió un poco la cara del San José: más rasmia, más conjunto y más empuje. Fruto de ese dominio, ha llegado el segundo gol, obra de Javier. Y a punto ha estado de llegar el tercero. Un poste lo ha evitado. Al final del encuentro, el 5 a 2 no reflejaba lo que se ha visto en el campo. De todos modos, hoy ha sido un encuentro de poder a poder, con dificultades para controlar el balón, con predominio del fútbol garra y con un buen sabor de boca al terminar el partido. El Pina ha celebrado por todo lo alto el ascenso de categoría - con repetidos baños en los charcos - y los del San José han regresado a casa pensando en la copa y, sobre todo, en los merecidos meses de descanso antes de afrontar la próxima temporada.

  

 

DE LA EUFORIA A LA DECEPCIÓN

DE LA EUFORIA A LA DECEPCIÓN

Noche de fiesta en la Romareda. Ambiente de gala en las gradas, como en los mejores tiempos. Otra nueva final. Otro día de nervios e incertidumbre. Una nueva decepción.

Todo parecía pintar bastante bien en los primeros minutos. Pero los transistores no traían buenas noticias. Como era de esperar, Osasuna y Recreativo ganaban sus partidos. Y el Zaragoza estaba obligado a ganar a un Real Madrid que no se jugaba nada. Pero los de Schuster no perdonaron y se llegó al descanso con un empate a uno que no servía de casi nada al equipo de casa. Pero aún quedaba lo peor. O lo mejor. Según como se mire. El Zaragoza se lanzó a por todas ante un Madrid algo más relajado. Pero en un contrataque del equipo visitante llegó la puntilla. Y la decepción. Menos mal que un gol del Zaragoza en los últimos minutos deja abierta una pequeña puerta a la esperanza. Muy pequeña. ¡Para qué nos vamos a engañar!

Del partido de anoche me quedo con unos breves apuntes. Que el Zaragoza quiere pero no puede. Que la mala suerte parece que le persigue. Que tiene una afición de diez. Que sus dirigentes deben dar un giro radical en todos los sentidos, se baje a segunda o no. Y que el partido de ayer es de los que hacen afición. Eso sí, al parecer, la reacción ha llegado demasiado tarde. ¿O aún creemos en los milagros?

QUINCE SEGUNDOS DE GLORIA

QUINCE SEGUNDOS DE GLORIA

     El viernes pasado, al filo de las once de la noche, el CAI Zaragoza de baloncesto alcanzó la gloria. Después de doce años ausente de la ACB, después de seis años en el purgatorio de la LEB, los jugadores dirigidos por Curro Segura se reconciliaron con una afición fiel y obtuvieron matemáticamente el pase a la mejor liga de Europa.

     Han sido ocho meses de lucha, de sufrimiento, de incertidumbre. Pero todo se olvida cuando se logra el sueño del ascenso. Un sueño hecho realidad unos minutos antes de terminar el encuentro ante el Hospitalet. Fueron momentos de emoción, de gozoso suspense, de alegría contenida.

     Me quedo sobre todo con una imagen que me llegó a emociona como aficionado al deporte y a la sana competición. Me refiero a los últimos quince segundos del encuentro. La pelota estaba en posesión del equipo zaragozano y decidieron dejarla botar. Mientras tanto, los aplausos resonaban en un pabellón repleto de aficionados. Mientras tanto, los jugadores del Hospitalet - que certificaba su descenso de categoría - aplaudían a los campeones en un gesto que les honra. Mientras tanto, se agotaban los últimos segundos de sufrimiento y de incertidumbre. Fueron quince segundos de gloria. La alegría anticipada y la emoción contenida. Hasta que llegó la explosión final. Pero eso ya entraba dentro del guión previsto de antemano. Como de costumbre, un gesto vale más que mil palabras.

FIESTA EN EL CAMINO DE MIRAFLORES

FIESTA EN EL CAMINO DE MIRAFLORES

     En una tarde lluviosa, con un tiempo desapacible más propio de febrero que de mayo, el equipo del grupo segundo de tercera infantil de la Unión Deportiva San José ha certificado matemáticamente su ascenso de categoría a falta de dos jornadas para finalizar el campeonato.

     Ha sido un partido extraño, intenso, de poder a poder. Los de casa han tenido que remontar dos goles en contra, que han llegado en los cinco primeros minutos. El equipo Ciudad de Zaragoza se ha crecido, pero le ha durado poco la alegría. Un cabezazo de Adrián a los pocos minutos y un gran gol de Javier al filo del descanso han igualado el marcador. En la segunda parte todo ha sido más fácil y al final, el 5 a 3, ha hecho justicia.

     Javier ha vuelto a cuajar un buen partido. Le ha costado entrar en juego pero, hacia el minuto veinte, ha comenzado a mandar en el centro del campo y se ha encontrado más cómodo . Su gol es uno de los mejores desde que viste la camiseta del San José. El zurdazo ha sido impresionante.

     Tarde de deporte, de convivencia y de diversión. Merienda colectiva en el bar del club y un reto para el próximo sábado: empatar o ganar en el campo del rival más directo, el Pina. Después llegará la copa y los merecidos días de descanso. El balance de la temporada ha sido positivo, con los lógicos altibajos. Eso sí, para la próxima campaña habrá que pulir algunos defectos y reforzar algunas líneas. La categoría superior va a exigir mucho esfuerzo y algo más. De momento, la fiesta continúa y los chavales, más unidos que nunca.

BUEN PARTIDO EN EL SAN JOSÉ

BUEN PARTIDO EN EL SAN JOSÉ

     A veces - o casi siempre - no es necesario acercarse a La Romareda o a la Ciudad Deportiva para disfrutar de un buen partido de fútbol. Eso hemos experimentado una vez más los que hemos presenciado en el flamante campo de la Unión Deportiva San José de Zaragoza, el encuentro de categoría infantil entre el equipo local y el Olivar.

     No ha sido un partido fácil ni espectacular en la primera parte. El marcador estaba muy igualado cuando los visitantes se han adelantado en un buen contraataque y, pocos minutos después, han estrellado un balón en el larguero. Desde ese momento, el equipo local se ha despertado de su letargo y ha comenzado a funcionar, aprovechando también el cansancio de los rivales. Entonces han llegado los mejores instantes del partido. Y los mejores goles. Nada más ni nada menos que tres, para remontar un resultado adverso que parecía casi definitivo. Al San José, que aspira a ascender de categoría, la victoria le ha venido como anillo al dedo. Un paso más para consolidar esa merecida segunda plaza y un impulso hacia la gloria, a dos partidos del final de la liga.

     Hay que destacar, además del juego colectivo, el buen partido de Javier. Hoy ha partido como titular y no ha defraudado la confianza de los entrenadores. Además, ha jugado en una de sus posiciones preferidas: de extremo izquierdo. En punta, hace mucho daño. Por su velocidad, por su cambio de ritmo, por su implicación, por su visión de la jugada. Hoy ha realizado uno de sus mejores encuentros, a pesar de que le ha faltado la guinda del gol. Por fin le han colocado en su sitio preferido. Más vale tarde que nunca. Aunque, eso sí, rinde al cien por cien en cualquiera de sus posiciones habituales.

DECEPCIÓN EN LA ROMAREDA

DECEPCIÓN EN LA ROMAREDA

     Como miles de aficionados, hemos acudido a La Romareda para disfrutar del buen fútbol y, a ser posible, presenciar, por fin, una victoria del Real Zaragoza. Pero no hemos conseguido ni lo uno ni lo otro. Las colas interminables y el mal funcionamiento de los tornos - algo que ya es lamentablemente habitual - no nos ha permitido ver el primer gol del Betis, el equipo visitante. A partir de ahí, todo han sido despropósitos, juego bonito y parsimonioso, falta de actitud en algún jugador y vuelta a los males que se arrastran desde el principio de temporada.

     ¡Qué pena daba ver a algunos aficionados abandonar el estadio media hora antes de concluir el partido, cuando el marcador señalaba un sonrojante 0-3! ¡Qué pena producía contemplar a jóvenes aficionados y a niños con su gorra y su bufanda - algunos acudían por primera vez a La Romareda - con un rictus de tristeza, de aburrimiento y de desilusión.

      Es verdad que aún quedan siete partidos. Es verdad que aún están en juego veintiún puntos. Pero la imagen que ha vuelto a dar el equipo es de segunda división. Me sabe mal por Manolo Villanova, mi vecino de Las Fuentes, porque no se merece esto ni mucho menos. Con lo bien que estaba en el Huesca... Menudo marrón le han endosado. Me sabe mal por esa afición fiel, que ha llenado de nuevo La Romareda. Pero, está claro, jugando así no se va a ninguna parte. Habrá que esperar al último partido de liga para pedir responsabilidades. Pero, es evidente que las cosas se han hecho mal desde el principio. Se ha fichado mal. Se ha ninguneado a jóvenes valores de la cantera. Se ha conjuntado un equipo comodón y sin ambiciones.

     ¡Ojalá se salve el Real Zaragoza! Pero, a pesar de que soy optimista por naturaleza, tengo muy malas sensaciones. ¿Qué tendrá que hacer ahora el entrenador? De momento, poner a los que mejor estén y a los que más se impliquen. Y dejar a los "nombres" o "figurines" en el banquillo o en la grada. Lo malo es que tal vez sea demasiado tarde para adoptar medidas tajantes. Lo que ha quedado patente esta tarde es la respuesta ejemplar de una afición que no se merece este espectáculo.

BOCHORNO Y RIDÍCULO EN EL SÁNCHEZ PIZJUÁN

BOCHORNO Y RIDÍCULO EN EL SÁNCHEZ PIZJUÁN

     Como aficionado al Real Zaragoza, me dispuse a presenciar en abierto el partido de fútbol entre el Sevilla y el equipo aragonés en el estadio Sánchez Pizjuán. Más que ilusión, tenían expectativa por conocer cómo se encontraba el equipo visitante después de la injusta derrota ante el Barcelona y tras la media hora decente de juego en la segunda parte. Pero pronto se vino abajo ese falso andamio al que le falta una base sólida y firme. Transcurridos unos diez minutos de juego, le comenté a Javier que se avecinaba una humillación sin paliativos y una goleada de escándalo. Y así fue, en efecto. Me duele como aficionado, pero la imagen que ofreció ayer el Real Zaragoza ante toda España fue la de un equipo de segunda o tercera división. Las figuras - ¿tenemos alguna? - brillaron por su ausencia y muy pocos - sólo el portero, César, que nos salvó de una derrota escandalosa - se puso el mono de trabajo.

     Y ahora, ¿qué? Se preguntarán esta mañana muchos socios y aficionados del equipo de la capital de Aragón. La pregunta no tiene de momento más que una respuesta - o quizás miles -. Ahora, a evitar el descenso. ¿Cómo? Recurriendo una vez más a la cantera. A los que sudan la camiseta. A los que se sienten de casa. A los que no están pensando en un futuro europeo lejos de la capital del Ebro. Porque no se trata de echarle toda la culpa al entrenador - que también la tiene -, ni al cuerpo técnico - que debería hablar con más hechos -, ni a la directiva - que debería actuar con más coherencia. Las razones de esta situación, que puede acabar de nuevo en el pozo de la segunda división, son muy complejas. Pero hay unas conclusiones que parecen bastante razonables. Que el lateral Diogo debería seguir los pasos de D' Alessandro. Que los fichajes de Ayala, Luccin, Pavón, Paredes... no eran necesarios. En la cantera los hay iguales o mejores. Que Oliveira no es un jugador para la disciplina zaragocista... En resumen, que habrá que empezar de cero una vez acabe la liga. Eso sí, ya podemos rezar para que el equipo de nuestra tierra consiga ganar los cuatro o cinco partidos que necesita para mantenerse en primera. Después de lo que vimos ayer, hasta el Levante - prácticamente en segunda - puede complicarnos la vida el próximo domingo. Mientras tanto, los jóvenes valores de la cantera emigran a Madrid, a Barcelona o se van a la Sociedad Deportiva Huesca. Aquí no los quieren. Prefieren foráneos. Hasta que se convenzan de lo contrario. 

LOS AÑOS MAGNÍFICOS

LOS AÑOS MAGNÍFICOS

     Acabo de visitar la exposición Los años magníficos, dedicada a recordar los 75 años de historia del Real Zaragoza. Una muestra llena de historia, cargada de recuerdos y colmada de vaivenes y altibajos. Antón Castro, comisario de la muestra, ha aglutinado con acierto los sentimientos de cientos de zaragocistas que han colaborado para ofrecer durante dos meses en el Palacio de Sástago todo un catálogo de vivencias y de acontecimientos.

     El recuerdo en imágenes del golazo de Nayim, en la final de París del 10 de mayo de 1995, da la bienvenida al visitante, que muestra en su rostro las emociones vividas cuando contempla viejas fotografías, botas de todo tipo, balones rudimentarios, trofeos, camisetas, entradas, cromos, caricaturas y hasta unas pequeñas cajas de cerillas con las imágenes de los ídolos deportivos del momento. A partir del año 63, con el famoso equipo de los Magníficos, el Real Zaragoza comenzó a crecer con los lógicos vaivenes y altibajos. Hasta entonces el equipo vivió años difíciles, con una guerra de por medio. Desde aquel lejano 1932, en que nació el actual equipo tras la fusión de los avispas y los tomates, la historia del Zaragoza ha avanzado unida a la de una ciudad y a la de una región. Por eso la memoria evoca los momentos más dulces y los acontecimientos más positivos.

     Precisamente hoy se ha celebrado una tertulia en una de las salas del Palacio. En la mesa presidencial han dialogado de forma espontánea y cordial dos históricos exzaragocistas, Canario y Violeta, acompañados de Ricardo Lapetra, el hermano del llorado Carlos, el mejor aragonés del Real Zaragoza en su época más gloriosa. Han recordado los años difíciles, el esfuerzo para hacerse un hueco en el equipo y ese espíritu de unión que reinaba en la plantilla. Canario ha confesado "éramos como una pandilla de amigos". Todo un ejemplo de pundonor y amor a los colores para las nuevas generaciones. Quedan 25 años para el centenario. La nave zaragocista seguirá adelante. Parece que fue ayer cuando Nayim marcó el gol a Seaman, cuando se inauguró La Romareda en 1957, cuando los Magníficos pregonaban el nombre de la ciudad por toda Europa. Ese es el mérito de esta Exposición que cada día recibe cientos de visitantes: aquilatar la memoria y despertar la ilusión. Y, al parecer, está logrando con creces su objetivo.

FÚTBOL Y POLÉMICA EN CASETAS

FÚTBOL Y POLÉMICA EN CASETAS

     La fresca y apacible mañana otoñal prometía buen espectáculo futbolístico en este barrio zaragozano, que ronda los diez mil habitantes y que presenta una avenida recientemente remodelada y convertida en semipeatonal, una vez realizado el tan esperado y necesario desvío de la Autovía de Logroño. Se enfrentaban en equipo local de primer año de infantil contra los infantiles de la Unión Deportiva San José, que se han vestido de amarillo como visitantes. Había ilusión y espectativa en una y otra afición. Había ganas de seguir progresando y de disfrutar en los 22 jugadores que han saltado al campo. Se ha adelantado el San José, con un buen contrataque culminado por José Mari. Pero en la segunda parte los locales, con más fuelle, con más ganas y algo de suerte le han dado la vuelta al marcador. Quedaban casi quince minutos de lucha, empeño e incertidumbre; pero el colegiado, agobiado tal vez por lo que le comentaban desde las bandas y preocupado más de lo que pasaba fuera que del propio devenir del juego, silbó tres veces de modo inesperado e, incomprensiblemente, dio el cerrojazo a un partido que prometía más goles y más juego. Algunos jugadores lloraban de rabia, otros se retiraban al vestuario  con cara de cincunstancias. Pero el árbitro - que no parecía inexperto en estas lides - no ha dado su brazo a torcer y ha tirado por lo más radical y menos oportuno: suspender el partido. No hay que echarle toda la culpa al joven colegiado, pero podría haber dialogado un poco con el delegado de campo, con los entrenadores o con algún responsable del club. Ha conseguido lo que nadie deseaba: quitarles la ilusión a unos chavales de doce años y escenificar en exceso un desencuentro con alguno de los espectadores. Y, además, le seguirán pagando y continuarán confiando en él.

     En otro orden de cosas, los vecinos de Casetas siguen reclamando un campo municipal propio. El flamante campo de hierba - que no han utilizado los infantiles - pertenece a una empresa privada. Al parecer, es un asunto que colea desde hace años. Y el recinto necesita una reforma urgente o un cambio de ubicación. Un equipo como el Casetas, que llegó a estar hace poco en la Segunda División B, merece otro estadio más acorde con su categoría. Me llevo, por tanto, un sabor agridulce de Casetas. He encontrado un barrio moderno, remodelado y acogedor; pero la polémica deportiva y el comportamiento arbitrario - ¿tendrá que ver con el vocablo árbitro? - del colegiado me han dejado un poso más amargo que dulce. Menos mal que la competición acaba de comenzar y de que estas actitudes no ocurren, afortunadamente, todos los días.

FÚTBOL Y GOLES EN EL CAMPO MUNICIPAL SAN JOSÉ

FÚTBOL Y GOLES EN EL CAMPO MUNICIPAL SAN JOSÉ

      El equipo de infantiles de la Unión Deportiva San José ha brindado a la incondicional afición un partido con un final tan espectacular como inesperado. En esta tarde de sábado prepilarista, mientras las Peñas calentaban motores para el pregón de las seis en la plaza de Santa Engracia, los pequeños y bravos jugadores han logrado remontar un marcador claramente adverso. El 2-4 de la primera parte - claramente engañoso - contra el equipo de La Romareda-Casablanca se ha transformado en un marcador casi de fútbol sala. Los entrenadores han rectificado a tiempo y han realizado los cambios de jugadores y los cambios tácticos oportunos para ir a por todas. Cuatro goles como cuatro soles ha recibido el visitante en una segunda parte frenética, con rasmia, con empuje y con el apoyo incondicional del más de un centenar de aficionados que han aprovechado la tarde soleada para acercarse al nuevo estadio de hierba artificial del Camino de Miraflores.

     A los que nos gusta el buen fútbol, el final del partido nos ha dejado muy satisfechos. Es verdad que hoy comenzaba una larga temporada y que quedan muchas jornadas para pulir defectos y para mejorar estrategias. El fondo físico de los chavales del San José ha resultado determinante en los últimos minutos. Aunque parezca paradójico, en estos momentos bajos del Real Zaragoza, disfruta uno más viendo estos partidos de categorías inferiores que los de primera división. Espero que mañana por la tarde cambien mucho las cosas ante el Levante, colista de primera. ¿Veremos en los profesionales del Real Zaragoza la misma rasmia que en los infantiles del San José? ¿Sentirán los colores con el mismo entusiasmo? Eso es lo que quiere la afición después de la lamentable derrota contra el Barcelona y de la prematura eliminación en la copa de la UEFA contra el Aris de Salónica. Lo demás será agua de borrajas. Y no queremos ser apocalípticos, como dice Víctor Fernández. Somos simplemente realistas. Y ayer no hubo autocrítica alguna por parte del entrenador. Así no pueden cambiar mucho las cosas. En fin, habrá que darles un voto de confianza a estos profesionales. Pero por poco tiempo. De lo contrario, seguiremos en el pelotón de la liga y sin ninguna aspiración en el año del 75 aniversario.

MAÑANA DE ATLETISMO EN ZARAGOZA

MAÑANA DE ATLETISMO EN ZARAGOZA

     Los zaragozanos nos hemos levantado hoy con la dulce resaca del partido de anoche ante el Sevilla y con una niebla otoñal, que difuminaba el perfil claro y limpio de las calles y plazas. Hoy era el día de una cita muy esperada para muchos atletas aragoneses y para los que nos han visitado desde otras autonomías. A las nueve en punto comenzaba la primera Maratón, Expo Zaragoza 2008. Casi mil quinientos atletas tomaban la salida en el Parque Grande para recorrer más de cuarenta y dos kilómetros por las calles de la ciudad. Después de comprar el periódico, nos hemos acercado al cruce de la calle Salvador Minguijón con Echegaray y Caballero para contemplar la cabeza de la carrera. Poco después de las diez, un grupo de seis atletas africanos se acercaba al kilómetro diecinueve a muy buen ritmo y con un estado de forma envidiable. Diez minutos después, aparecería un atleta en solitario y, poco a poco, se irían acercando a esa curva el resto de los participantes, agrupados la mayoría y arropados por un público entusiasta. Hacia las diez y media pasaba por el kilómetro dieciocho el grupo más numeroso - una especie de pelotón - y, a partir de ahí, los corredores se volvían a dispersar.

     Aunque me atraen estas carreras de fondo, nunca me he atrevido con una maratón. Es una prueba que exige un gran esfuerzo, mucho sacrificio y una larga y progresiva preparación física. He participado, sin embargo, en carreras medianas o más bien cortas. Mi intención es correr los ocho o diez kilómetros a una media de cuatro minutos y medio. De todos modos, con el paso de los años, uno va dejando de lado las metas que antes perseguía con entusiasmo y se contenta con llegar al final lo más entero posible. La próxima cita será la tradicional carrera de Ibercaja, a finales de octubre. Luego, durante el invierno, intentaré hacer algo de ejercicio los domingos por la mañana para no perder del todo la forma. Tengo que reconocer que nunca he dejado de practicar algo de deporte y que me ha ido muy bien para combatir el estrés y para mantener un aceptable estado de forma. 

ECOS DE UNA NOCHE TRISTE

ECOS DE UNA NOCHE TRISTE

     Ayer hacía una clara noche otoñal. Hasta la luna se había vestido de gala para presenciar un espectáculo deportivo en el Camp Nou. Mi sobrino vivía la cercanía de las diez de la noche con toda la ilusión del mundo. Mi vecino Eugenio se apostó una hora antes en el bar de la esquina con su plato de patatas bravas y su tubo de cerveza. Laura se enfundó a media tarde la camiseta del Zaragoza y la bufanda de la Recopa del 95. Después de la victoria contra el Osasuna, quien más quien menos esperaba una reacción de los jugadores, un cambio de táctica del entrenador, un equipo crecido ante el todopoderoso Barcelona. O, al menos, un buen espectáculo. Sin embargo, algunos - más cautos y algo recelosos - preferimos quedarnos en casa y seguir el encuentro por la radio o por el teletexto. Poco, muy poco duró la ilusión del pequeño Andrés, el entusiasmo de la joven Laura - vecina de localidad en La Romareda - o la fe ciega de mi vecino del barrio de Las Fuentes. Bastaron cinco minutos para que se desmoronara el castillo de naipes de la ilusión de los más optimistas había levantado desde la tarde del domingo. Luego llegó la debacle, el ridículo, el naufragio total.

      Mi amigo Ignacio, residente en Barcelona y zaragocista hasta la médula, me ha llamado por teléfono esta mañana para desahogarse un poco. Estaba desolado. Igual que Laura. Lo mismo que Andrés. Igual que Eugenio. El silencio y las caras largas de muchos aficionados del Real Zaragoza lo decían todo en esta mañana de cierzo y nieve en las cumbres. Desde que el Zaragoza descendió a segunda, no se había vivido situación similar. Y lo peor de todo es que, al parecer, no es un accidente, ni una mala noche. Hace semanas que se veía venir. Menos mal que la manopla de César, la suerte y la relajación del rival evitaron una goleada de escándalo.

     ¿Servirá para algo esta humillación? ¿Reaccionarán a tiempo las cabezas pensantes del club? Mejor que sea así. de lo contrario, la ilusión de los más pequeños se desvanecerá como esa luna llena que brillaba lozana y fue absorbida por una nube oscura. El Real Zaragoza se merece algo más. Y, si se han hecho mal las cosas, aún hay tiempo de rectificar. Los aficionados quieren ilusión, entrega, lucha sobre el terreno e implicación total de los jugadores. Y eso, de momento, se está viendo a cuentagotas. ¿Surgirá la autocrítica? ¿Habrá una revolución táctica y deportiva? Es de esperar que sea así. De lo contrario, la luna se seguirá oscureciendo en las noches otoñales que se avecinan.  

FIESTA MATINAL DEL DEPORTE

FIESTA MATINAL DEL DEPORTE

     Me gusta practicar un poco de deporte en las mañanas dominicales. Me encanta correr por la ribera del Ebro o pasear en bicicleta por los alrededores de la ciudad. Pero ayer fue un día especial: la carrera Carrefour cumplía sus 17 años y tanto a Javier como a mí - sobre todo a Javier - nos apetecía acudir a la cita. Y nuestra intención era realizar el recorrido más largo y más difícil: nueve kilómetros. La cita era a las diez de la mañana y ahí estábamos diez minutos antes realizando pequeños ejercicios de calentamiento, esperando nos tocara algún premio en el sorteo previo y aplaudiendo a nuestros atletas Eliseo Martín, María José Pueyo, Isabel Macías, Luisa Larraga,...
     Llegó el pistoletazo del alcalde y tuvimos que abrirnos paso entre los más tranquilos - personas mayores, bebés, familias, grupos de amigos - para conseguir un buen ritmo. Al menos hasta el kilómetro tres. Allí empecé a desfallecer y Javier comenzó a tirar como una liebre. ¡Qué lejana se veía la Puerta del Carmen! ¡Qué largo se hacía el paseo de la Independencia! ¡Cuánto costaba cruzar el Ebro por el puente de Santiago! Ya en la plaza del Pilar, Javier se despegó y se lanzó hacia un récord excelente para sus doce años: ¡43 minutos y medio! Yo me tuve que contentar con los 50 minutos. Eso sí, casi no había entrenado y los años no pasan en balde. De todos modos, llegué bastante entero y hoy no ha sido el lunes temible que me imaginaba.
     Fiesta deportiva en un día gris, de agradable temperatura. Una buena manera de conocer el centro de la ciudad. Y de contemplar el río, que ha vuelto a su cauce habitual y se presentaba lleno de contrastes. El Ebro urbano del que habla Mariano Gistaín en su sección del "Periódico de Aragón" de hoy. Una manera de ver la ciudad de otra manera: a través de los ojos del esfuerzo, del cansancio y de la solidaridad, que nunca es competitiva.