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SOCIEDAD

LOS DESASTRES DE LA GUERRA

LOS DESASTRES DE LA GUERRA

    El periodista Gervasio Sánchez publica durante estos días en Heraldo de Aragón una serie de reportajes en homenaje a Francisco de Goya. Precisamente hace casi doscientos años el pintor de Fuendetodos comenzó la serie "Los desastres". Goya plasmaría en ochenta láminas imágenes crudas y descarnadas de la Guerra de la Independencia y acompañaría los dibujos de un pie de foto lacónico y elocuente.

     Gervasio Sánchez se refiere durante estos días a la injusta guerra entre Israel y los indefensos habitantes de la franja de Gaza. Hoy habla de Mentiras en tiempos de guerra y, con estas palabras, se refiere a la crueldad indiscriminada del más fuerte contra el más débil, del vedugo contra la víctima:

     "Un ejército poderoso dispara sin piedad, destroza sin piedad, hiere sin piedad, mata sin piedad. Un estado poderoso justifica los crímenes, permite las violaciones de las leyes de guerra, prohíbe la atención y evacuación de los heridos y miente en tiempos de guerra a su población. Sin piedad. Sin vergüenza. Sin derechos. Sin testigos".

     Una guerra nunca está justificada, ya lo he manifestado en numerosas ocasiones. Por eso la mentira sigue triunfando, y es una tapadera de regueros de sangre, de miseria, de muerte. Precisamente, el aguafuerte número 5 de Goya refleja un enfrentamiento entre personas a principios del siglo XIX. La frase del pintor es explícita y, dos siglos después, volvería a escribir lo mismo: "Y son fieras".

EL GRITO DEL TERROR

EL GRITO DEL TERROR

     Cuando no existen las palabras, cuando sólo reina el silencio - el silencio del terror, el silencio de la muerte - las imágenes hablan por sí solas. Aunque estén tomadas desde un determinado ángulo o desde una cámara subjetiva, a nadie pueden dejar indiferentes las imágenes de unos niños que acaban de ser víctimas de la locura colectiva de un país que hace alarde de su superioridad para cebarse en los más débiles, en los más indefensos.

      Precisamente esta noche, mientras millones de niños soñarán con la llegada madrugadora de los Reyes Magos, otros cientos de niños de la franja de Gaza no podrán conciliar el sueño. El grito del terror inundará sus tiernas mentes de pesadillas. Pesadillas que quedarán grabadas en su interior como un sello indeleble durante el resto de sus vidas.

     Es una pena que, en pleno siglo XXI, todavía se tengan que resolver los conflictos - ¿qué conflictos? - mediante el uso indiscriminado de las armas. Es lamentable que las grandes potencias internacionales - especialmente Estados Unidos - se mantengan al margen de esta tragedia e incluso apoyen al país más prepotente. Parece mentira que los seres humanos sigamos tropezando en la misma piedra: la piedra de la venganza, la piedra del odio, la piedra de la destrucción.

     Los niños de la franja de Gaza - tan cerca de Belén - no podrán soñar esta noche con un juguete, con un pequeño regalo. Su única aspiración será sobrevivir a la barbarie, sin ser culpables de nada, sólo por vivir en una pequeña zona cercana al mar. De momento, se contentarían con dormir en paz, sin sobresaltos, sin terror. Pero los amos de la guerra, los señores de la guerra, les van a impedir conciliar el sueño. Porque van a transformar una noche de  dulce fantasía en una noche de absurda locura.

LAS GRANDES SUPERFICIES

LAS GRANDES SUPERFICIES

     Hace unas tres décadas comenzaron a instalarse en España las primeras superficies comerciales, los llamados grandes almacenes. Como no tenían espacio en el casco urbano de las grandes ciudades, se ubicaron a las afueras, cerca de los polígonos industriales y, eso sí, al lado de las grandes vías de comunicación.

     Desde entonces, se han multiplicado estas grandes superficies y no han tardado en heredar el modelo americano: pequeños establecimientos comerciales en cadena, algún gran almacén y, sobre todo, un excepcional espacio de ocio para todo tipo de personas, en especial para niños y jóvenes.

     Ahora ya nos parece normal acudir cada fin de semana a una de estas grandes superficies a pasar la tarde - o incluso la jornada entera -. Para unos, es una manera de salir de la rutina y alejarse del entorno cotidiano; para otros, es un motivo para reunirse con sus amistades y quemar algunas horas de tiempo libre; para la mayoría, son los nuevos templos del consumo que te invitan/incitan a adquirir lo último en moda, hogar o electrodomésticos.

     Ayer tarde pude comprobar los efectos este reclamo multitudinario de una gran superficie a las afueras de Valencia. Mi visita tranquila a unos familiares se vio alterada por una interminable caravana de vehículos que colapsaron la rotonda que daba acceso a un gran emporio comercial. No iban a trabajar ni regresaban a su casa. La mayoría acudían a buscar la última ganga o el último chollo. Algunos volverían de vacío, pero la mayoría llenaría sus maleteros de regalos, caprichos y algún artículo necesario. No podía ser de otra manera en este paréntesis casi festivo entre Navidad y fin de año. Luego llegarán los Reyes. Y la cuesta de enero. Y la tan cacareada crisis. ¿Lo notarán las grandes superficies?

TREINTA AÑOS DE CONSTITUCIÓN

TREINTA AÑOS DE CONSTITUCIÓN

     Mañana se cumplen treinta años de la Carta Magna. Treinta años de historia. Treinta años de democracia. El día festivo que nos brinda esta fecha no suple la reflexión sobre alguno de los artículos de la Constitución Española, aprobada por consenso en 1978.

     Parece que fue ayer cuando los españoles comenzamos una nueva etapa que, afortunadamente, todavía dura. Ha habido vaivenes, incertidumbres, intentos de golpes de Estado - 23 de febrero de 1981 - atentados terroristas, discrepancias autonómicas. Pero lo que está claro es que, en lo esencial, los artículos de la Constitución hayan marcado una pauta para que los ciudadanos españoles sepamos convivir en paz y en libertad.

     De todos modos, es una pena que más de la mitad de los españoles desconozcan los artículos de la Carta Magna. Por eso, en el Instituto Ramón y Cajal de Zaragoza, se han dedicado esta mañana dos sesiones a la lectura en voz alta de los artículos más importantes. Algunos alumnos conocían parte del contenido, pero la mayoría desconocían aspectos relativos a la convivencia sobre los que se ha aprovechado para reflexionar.

     Es importante también tener en cuenta una de las preguntas que lanzan los medios de comunicación durante estos días: ¿Hay que actualizar la Constitución? ¿Qué aspectos se deben modificar? Porque en treinta años ha cambiado mucho la vida de los españoles y quizás convendría sentarse, reflexionar y consensuar de nuevo artículos que estén obsoletos o ya superados. Al menos, eso es lo que opinan la mayoría de los españoles. Lo importante, sin embargo, es mantener el mismo espíritu con que nació hace treinta años un texto en el que muchos no confiaban desde del principio. Afortunadamente, el consenso ha triunfado sobre la discrepancia. ¿Qué pasará en los próximos treinta años?

SUPERVIVIENTES

SUPERVIVIENTES

     Supervivientes. Héroes anónimos de una guerra de perdedores. Héroes anónimos de un conflicto absurdo. Testigos mudos del final de una contienda sangrienta, sin vencedores, como todas las guerras.

     Supervivientes. Longevos centenarios en sillas de ruedas. Receptores pasivos de un homenaje a la paz y del recuerdo de un armisticio en el lejano once de noviembre de 1918. Hace ya noventa años.

     Supervivientes. Con la memoria lastrada por el paso del tiempo. Con los recuerdos envueltos en el oscuro túnel de la niebla. Con la vista fija en un horizonte cada vez más cercano e inminente.

    Supervivientes. Contemplando el mundo desde la otra orilla. Con una mezcla de desilusión y escepticismo después de la travesía por esta Europa convulsa y frágil.

    Es una de las noticias del día. Todos nos preguntamos por qué se recuerda una guerra. Aunque lo que sí merece la pena recordar - para olvidarlo y no repetirlo - son los meses de terror, los veinte millones de muertos, la herida que no acabará de cicatrizar y que volverá a sangrar veinte años después. ¿Qué habrá pasado por la cabeza de esos tres ancianos ingleses? Tal vez hayan esbozado una sonrisa al recordar la necedad de esos cuatro largos años. Al menos, han podido gozar de sesenta años de paz.

TRADICIONES IMPORTADAS

TRADICIONES IMPORTADAS

     Mi amigo Manuel dice que se están perdiendo las viejas tradiciones, las tradiciones de siempre. Se sorprende al contemplar por la calle en esta tarde-noche víspera de Todos los Santos, disfraces anglosajones y calabazas al más puro estilo americano. Él pasó su infancia en Cataluña y recuerda las tardes de castañada y los sabrosos panallets. Durante esos años, cada vez más olvidados, no se acotumbraba a celebrar el Halloween, esa fiesta ajena a nuestra cultura mediterránea y sin ninguna raíz en nuestro entorno.

     Manuel se sorprende también del uso interesado que siguen haciendo los grandes almacenes de estas fechas en las que recordamos a nuestros seres queridos. Piensa que la muerte es algo demasiado serio como para mezclarlo con el jolgorio y la parodia. Y, como buen literato, prefiere recordar el tratamiento manriqueño de la muerte medieval o el enfoque romántico de las leyendas de Bécquer. No le seduce tanto el mito de don Juan. Piensa que se le ha encumbrado demasiado y que sus burlas ya están desfasadas. Prefiere, sin embargo, alguno de los artículos de Mariano José de Larra. Y me recuerda ese Día de difuntos de 1836. Fígaro en el cementerio. Es una visión profunda y muy real de la actitud de la sociedad ante la muerte. Refleja la hipocresía de unos y la falsedad de otros.

     Manuel aprovecha estas veladas de primeros de noviembre para reflexionar, para leer con sosiego, para compartir los pocos momentos de felicidad con sus seres queridos. Prefiere permanecer ajeno a la invasión publicitaria, a las calabazas de cinco euros, a las velas fantasmales, al color negro, a los ataúdes de cartón-piedra, a los epitafios humorísticos, al uso interesado del más allá. En este breve paréntesis del fin de semana piensa leerse el monólogo de Tediato en la noche primera de las Noches Lúgubres de Cadalso. La literatura le reconcilia consigo mismo. Es una muestra de nuestra tradición. Lástima quede eclipsada por las tradiciones importadas, fruto del mimetismo y la necedad, opina con una cierta resignación.

LOTERÍAS

LOTERÍAS

     Cada año se anticipan más las fiestas navideñas. Parece que nos queremos saltar ese anodino mes de noviembre y aterrizar directamente en el mes de la suerte - para algunos -, el mes de la felicidad - para unos pocos - y el mes del despilfarro - para bastantes.

      Hay varios síntomas que anticipan estas fechas, cada vez más consumistas: turrones y mazapanes en los supermercados, montaje de luces en las calles más céntricas y en los establecimientos comerciales, anuncios para niños en televisión,... Pero hoy quiero hablar de un síntoma que anticipa la Navidad y que mantiene a muchos en vilo durante más de dos meses. Es la famosa lotería. Todos los organismos, sociedades, cofradías, clubes, gremios, sindicatos, partidos políticos, entidades,...quieren compartir el sueño de la suerte. Un sueño que casi siempre acaba el 22 de diciembre en una pequeña decepción. Porque la lotería se sigue comprando, quizás más que nunca. Dicen que en épocas de crisis la gente compra participaciones de manera más compulsiva. Deben de pensar: "de perdidos al río", y echan el resto tentando a la fortuna.

     Lo más novedoso en estos últimos años ha sido la venta de participaciones por internet. Es muy fácil adquirir lotería por la red sin desplazarte a la administración preferida. La que más se prodiga es la famosa administración de Sort (Lleida). Es la que más vende de España y, lógicamente, siempre pesca algún premio. Su nombre es curioso y connotativo: "La Bruixa d’Or" (La Bruja de Oro). Y muchos no se lo piensan dos veces.

     Aunque no soy muy aficionado a esta lotería navideña, siempre me llegan participaciones de amigos y conocidos. Si me la ofrecen, no la suelo rechazar. Eso sí, intento no buscarla ni encapricharme de un determinado número, lugar o simbolismo. Este año dicen que se ha agotado ya el número 2008 en Zaragoza, por eso de la Expo. También hablan de que la suerte sonreirá donde más problemas o sucesos ha habido. Todo son cábalas y supersticiones. Porque lo que importa es mantener la ilusión por la caprichosa fortuna. Aunque todo se desvanezca el 22 de diciembre. A partir de esa fecha, habrá que volver a empezar.

VUELVEN LOS VIEJOS FANTASMAS

VUELVEN LOS VIEJOS FANTASMAS

     El otoño es una estación que invita a lo crepuscular, a la melancolía, a la nostalgia, a la imaginación sin fronteras, a la fantasía desbordada. Además, la cercanía del mes de noviembre nos invita, más por tradición que por otro motivo, a pensar un poco más en el más allá y a engañar a los sentidos con aparecidos, con seres de ultratumba. Son los llamados fantasmas que pueblan nuestra imaginación y que tan bien han recreado escritores románticos como José Zorrilla o Gustavo Adolfo Bécquer.

     Pero los fantasmas que nos han vuelto a visitar en este otoño apacible y cadencioso han sido muy distintos a los que crea cualquier mente soñadora. En realidad, es un fantasma el que, acompañado de todo su cortejo, quiere volver a visitar Aragón en los próximos meses. Se trata ni más ni menos que del fantasma del trasvase del Ebro. Mariano Rajoy lo ha vuelto a resucitar en uno de sus feudos, en la comunidad de Murcia. Pero él sabe que la realidad es otra, que los tiempos han cambiado y que, en estos momentos, no está el horno para bollos. Porque debería saber el señor Rajoy que tanto en Valencia como en Murcia el agua ha caído a raudales en las últimas semanas. Debería saber que los beneficios del trasvase no irían a parar a la agricultura sino a todo lo que gira en torno al desarrollismo salvaje. Debería saber que la cuenca del Ebro es cada vez más deficitaria y que un trasvase está en contra de cualquier uso razonable o equitativo del agua.

     Muchos se preguntan para qué ha servido la recién clausurada Expo 2008 de Zaragoza. El lema "Agua y desarrollo sostenible" no iba ni mucho menos por el camino de los trasvases, sino todo lo contrario. Pero el dirigente del PP sigue con la suya, con las orejeras puestas y la mirada al frente. Esperemos sea sólo una bravuconada. Esperemos ocurra lo mismo que aquellos aparecidos de las leyendas de Bécquer, que cuando llega la luz del día se desvanecen y todo queda en una efímera pesadilla. De todos modos, sería ingenuo bajar la guardia ante este  inquietante anuncio, en un momento tan inoportuno y ante sus fieles de siempre.

PROTAGONISTA POLÉMICO

PROTAGONISTA POLÉMICO

     Se puede ser protagonista por muchos motivos. Se puede estar en el candelero por miles de razones. Unos lo buscan y no lo consiguen; otros lo consiguen sin buscarlo. Para una gran mayoría, ser protagonista es un honor y una aspiración legítima. Pero para otros el protagonismo se puede volver en su contra porque todo lo que dicen y todo lo que hacen está mediatizado por intereses personales más o menos inconfesables.

     Eso es lo que le está ocurriendo a don Alfredo Boné, consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón y político relevante en las filas del PAR. Siempre he admirado su talante personal, su apertura al diálogo y su deseo de resolver los problemas. Pero últimamente sus decisiones están levantando ampollas a diestra y siniestra. La polémica le acompaña, la inflexibilidad le corteja y la intransigencia le flanquea. ¿Cuál es el motivo de este cambio de talante que tanto está afectando al futuro de la planta de cogeneración de Aliaga creada e impulsada por Neoelectra?

     Me gustaría decirle al señor Boné - con todos los respetos y con la mayor educación del mundo - que en este caso se está equivocando. Me gustaría comentarle que aún tiene tiempo de rectificar. Me gustaría hablarle de Aliaga - que tan bien conoce como turolense que es -, de la comarca de las Cuencas Mineras, del futuro incierto de la provincia de Teruel, de la problemática del mundo rural, que paradójicamente intenta defender.

     Mientras la empresa Neoelectra acaba de presentar ante la Dirección Provincial de Trabajo de Teruel un Expediente de Regulación de Empleo para sus once trabajadores, el consejero de Medio Ambiente realizaba estas sorprendentes declaraciones que podrían rozar la ironía: "me alegraré mucho de que se encuentre una solución para la planta de cogeneración eléctrica del grupo Neoelectra en Aliaga". Pero, eso sí, no va a ceder ni un ápice en su postura en defensa el tan cacareado impacto ambiental. Por eso los dirigentes de la empresa van a tirar la toalla y marcharse a Andalucía, donde los están esperando con los brazos abiertos. Porque, según han afirmado los responsables de la empresa, - qué lástima - "Aragón ha dejado ya de entrar en los planes de futuro de la empresa" y que "revisará a la baja todos los planes de inversión en esta comunidad hasta que no exista un Gobierno capaz de apoyar a la industria y a los trabajadores que creen en el futuro".

     Palabras claras y elocuentes. Poso de tristeza en los que queremos un futuro mejor para Aliaga, para las Cuencas Mineras, para Teruel y para Aragón. Jarro de agua fría para nuestros dirigentes políticos. Y un nuevo reto para comprobar cómo van a actuar sobre el fantasmagórico proyecto de Gran Scala. ¿Cómo medirán el impacto ambiental en esta zona de los Monegros? ¿Serán tan rigurosos como en Aliaga? Pronto se podrá comprobar... Mientras tanto, la incertidumbre recorre de norte a sur la espina dorsal de un pueblo y de una comarca. Y el futuro se tambalea sin que nadie intente remediarlo. Porque sólo las palabras no bastan. Y, hoy por hoy, los hechos brillan lamentablemente por su ausencia.

BASURA AUDIOVISUAL

BASURA AUDIOVISUAL

     No es necesario salir de casa para percatarse de que la basura está por todas partes. Y no me refiero en este caso a la basura que rebosa de los contenedores y que se puede contemplar desde la galería. Me refiero a la basura audiovisual que nos llega a todas horas y en todas las cadenas. Parecía que la nueva TDT, con una engañosa profusión de canales, iba a mejorar la calidad de las televisiones. Lamentablemente, no ha sido así, sino todo lo contrario: hay cadenas repetitivas, hay mucha más publicidad y hay programas casi chabacanos en todas las franjas horarias.

     En una encuesta realizada recientemene por el CIS, la mayoría de los entrevistados afirman que falta calidad en los programas de televisión. Se quejan de la superficialidad, de la escasez de programas culturales y de la falta de imaginación en la mayoría de las propuestas audiovisuales. Precisamente Luis Larrodera - el presentador zaragozano del programa cultural de la Cuatro, "Alta Tensión" - se refería hace unos meses a este mismo tema. Sus afirmaciones al respecto pueden llevarnos a la reflexión: "Hay telebasura porque la gente la consume". Tiene más razón que un santo. Me recuerda lo que afirmaba Lope de Vega en el siglo XVII cuando le criticaban la falta de calidad de sus comedias. Decía que al vulgo hay que darle lo que quiere y lo que demanda.

      Con la televisión ocurre algo similar. Porque, ¿cuántos espectadores ven los programas culturales o los documentales de la segunda cadena? ¿Cuáles son los programas de mayor audiencia, además de los deportivos? ¿Qué reclama en las horas punta el espectador medio? Los datos están ahí y son tan elocuentes que es casi inútil cualquier comentario o consideración. Eso, sí, lo que está claro es que el nivel cultural de la mayoría de los españoles deja mucho que desear. A no ser que consideren a la televisión como lo que es para la mayoría: una válvula de escape, un mero pasatiempo o un mueble más en medio del salón - la tradicional "caja tonta" -.

MONTAÑA RUSA

MONTAÑA RUSA

     La vida es como una montaña rusa. Con sus vaivenes, con sus bandazos violentos,  con sus torbellinos,  con sus inesperados toboganes,  con sus imposibles rampas,  con sus frenazos en seco. Después de la tempestad, viene la calma. Después de un lunes negro puede llegar un martes apacible o un miércoles esperanzador. Dicen que en estas ocasiones hay que saber esperar. El que más aguanta, es el que vence. Aunque a veces nos parezca todo demasiado contradictorio y paradójico.

     Hoy las bolsas de todo el mundo se han dado otro batacazo. Y me imagino que no será el último. La economía mundial está convulsionada. Y los pobres ahorradores ya no sabemos por dónde escapar. Se habla de la vuelta al trueque tradicional, del regreso al dinero oculto bajo el colchón o la baldosa. Se habla del final del capitalismo, de un crack en toda regla, como el de 1929. Pero, mientras tanto, el ciudadano de a pie prefiere dar la espalda y mirar hacia otro lado.

     Por fin la palabra crisis está de boca en boca. Lo que parecía un tabú, ahora se ha convertido en un eufemismo que parece  ocultar males tal vez más profundos. Un vocabulario casi olvidado resurge de nuevo: quiebra, hundimiento, rescate,... ¿Es el fin de la era de la opulencia y del despilfarro? ¿Es el inicio de unos años de vacas flacas? ¿Es el fracaso de un capitalismo mal entendido?

      De momento no se observa nada especial en la calle. La gente llena los restaurantes y las terrazas. Los establecimientos comerciales siguen estando de bote en bote. Tal vez el gusanillo de la crisis vaya por dentro, como esa gripe que se anuncia para mitad de octubre. Octubre es un mal mes para las bolsas. Y para la economía. Menos mal que en Zaragoza tenemos las fiestas del Pilar como un ansiado paréntesis. Un paréntesis ante la crisis. Un descanso provisional ante los vaivenes de la montaña rusa. Ya llegará el 14 de octubre. ¿Será otro martes negro?

UNA BUENA NOTICIA

UNA BUENA NOTICIA

     En medio del pesimismo que está invadiendo un día sí y otro también a todos los ciudadanos del mundo, en medio de la avalancha de noticias negativas en el ámbito de la economía, en medio de la incertidumbre sobre el futuro de tantas familias que dependen del un trabajo inestable y con fecha de caducidad, surge una buena y esperanzadora noticia a la que muchos medios de comunicación casi no le han prestado atención. Me refiero al importante descenso en el número de accidentes de tráfico durante este último mes de septiembre. Habría que remontarse al ya lejano 1962 - con un parque automovilístico muy reducido - para comparar esta cifra que, aunque todavía es mejorable, refleja lo bien que se están haciendo las cosas en este sentido.

     Pueden ser muchas las causas de esta notable reducción del número de fallecidos en accidente de tráfico: el carnet por puntos, la mejora de las carreteras, la mayor responsabilidad de los conductores, el miedo a las sanciones,... Pero lo que está claro es que, en lo que llevamos de 2008, se han evitado casi quinientas muertes con relación al mismo periodo del año anterior. Y eso hay que valorarlo. Y atribuir el mérito a quien lo tenga. Eso sí, sin bajar la guardia, porque en cualquier momento puede surgir el típico despiste, cansancio o euforia para provocar lo irremediable.

     Siempre que se habla de este tema, pienso en amigos y conocidos que han perdido su vida en el asfalto. Y me imagino que podrían seguir con vida, que se podría haber evitado aquel accidente. Pero también pienso que muchos estamos vivos gracias a una mayor prudencia en la conducción y, sobre todo, a una mejora en la seguridad vial. Aunque todavía quedan muchas carreteras por mejorar. Nunca se acaban las reformas. Lo peor de todo es que, debido a la crisis, los presupuestos van a ser más austeros y se van a resentir obras pendientes, como el desdoblamiento de la A-2 entre Alfajarín y Pina de Ebro. Vale la pena adelantar plazos y realizar esfuerzos presupuestarios para evitar tragedias casi coidianas. Las cifras así lo demuestran, por muy positivas que sean.

TRENES VACÍOS

TRENES VACÍOS

     Nunca me han gustado los trenes atestados, cual metros cotidianos por debajo de la ciudad. Pero tampoco me han atraído los trenes vacíos, sin viajeros, cual casas deshabitadas o aldeas solitarias.

     Por eso, cuando ayer tarde me decidí a tomar el tren de cercanías desde la estación de Miraflores, en el barrio de San José, hasta el barrio zaragozano de Casetas, me sorprendió comprobar lo que ya me habían contado: que la ocupación es mínima, casi a cualquier hora del día. Me pregunto cuál puede ser la causa de este desinterés de los zaragozanos por esta nueva línea. Tal vez sea la falta de información, o la poca frecuencia de los trenes, o incluso la preferencia de los ciudadanos por otros medios más cómodos o rápidos.

     De todos modos, es una pena que un medio de comunicación tan tradicional y eficaz no acabe de atraer a los zaragozanos. A mí me convenció ese viaje de ida y vuelta, asequible al bolsillo, rápido y cómodo. No sé lo que opinarán otros viajeros. Quizás no sea lo mismo tomarlo cada día para ir a trabajar que subir sólo por ocio o por curiosidad. La novedad influye en estos viajes. Y la intención con que los realizas también.

AIRE LIMPIO PARA TODOS

AIRE LIMPIO PARA TODOS

     El lema elegido para celebrar este año el Día Mundial sin coches es sugerente y la propuesta que conlleva, optimista. De todos modos, no sé cuántos ciudadanos habrán optado esta mañana por dejar en casa el automóvil para dirigirse a su trabajo y buscar otras alternativas como el transporte público o la bicicleta. En Zaragoza no he observado gran diferencia entre el tráfico de hoy y el de otros días laborales. Quizás el día lluvioso y otoñal ha tenido algo de culpa. Pero, lo que está claro, es que el ciudadano no está concienciado, ni mucho menos, a renunciar a este medio de transporte que le aporta comodidad, rapidez en los desplazamientos y, sobre todo, mucha autonomía.

     Hace más de un mes que no conduzco. Y tengo que reconocer que, en ocasiones, echo de menos el coche. Porque el transporte colectivo es muy irregular y la bicicleta conlleva más inconvenientes que ventajas. Lo que más me convence es desplazarme a pie. Eso sí, cuando tengo suficiente tiempo, cuando la climatología lo permite y cuando el trayecto no es demasiado largo. La mayor ventaja que tiene ir andando por la ciudad es que no dependes de esperas inútiles, observas las calles y edificios de otra manera y, sobre todo, es lo más saludable para uno y, por supuesto, para el planeta.

     Sin embargo, un día al año no es suficiente para limpiar este aire cada vez más contaminado. Es difícil encontrar una solución que satisfaga a la mayoría. Porque está claro que prohibir u obligar a desplazarse de una u otra manera sería, hoy por hoy, contraproducente. Habrá que echarle imaginación al asunto y buscar otras alternativas más ecológicas. El colectivo "pedalea" ha aprovechado esta jornada para animar a los ciudadanos al uso de la bicicleta. Es una buena iniciativa. Aunque para ello habría que adaptar las ciudades a los nuevos tiempos y costumbres. Y nuestras grandes ciudades no son ecológicas. Ni mucho menos.

LA RULETA DE LA FORTUNA

LA RULETA DE LA FORTUNA

     Mientras se apagan paulatinamente los rescoldos de la Expo, mientras el otoño se aproxima a marchas forzadas, mientras los aragoneses intentamos capear el chaparrón de la crisis económica, la promotora del gran complejo de ocio ILD vuelve a llamar a las puertas de algunos municipios aragoneses para la instalación del tan soñado Gran Scala. La ruleta de la fortuna - ¿o el cuento de la lechera? - se sigue desplazando hacia el este y se aleja cada vez más de la capital. No sé cuál será la causa, pero se va alejando de la comarca de Los Monegros para apostar, de momento, por el Bajo Cinca. Ahora son Ontiñena y Ballobar los dos municipios oscenses tocados por la varita mágica de la fortuna. Sus terrenos yermos y desolados serían, según sus alcaldes, una zona ideal para ese complejo de ocio que nunca acaba de llegar. Algunos propietarios se frotan las manos; otros, muestran la cara neutra del escepticismo.

     Lo que está claro es que, si sigue avanzando hacia el este esta loca ruleta de la fortuna, alcanzará la orilla del Cinca y pondrá en el mapa de nuevo a la tranquila Chalamera - que ya se hizo famosa en los años setenta cuando Joaquín Carbonell criticó en una conocida copla la posible instalación de una central nuclear-. La incertidumbre continuará durante días, o quizás durante meses. Mientras tanto, seguirán los sueños de muchos ciudadanos por este incierto Eldorado en pleno corazón de Aragón. Mientras tanto, los especuladores volverán a hacer de las suyas y los intermediarios volverán a las andadas como en los tiempos de La Bullonera. La pelota sigue en el tejado. La ruleta no para de dar vueltas. Quizás la aguja se vuelva loca y oscile hacia tierras catalanas. No sería la primera vez que un proyecto pasa de largo y nos deja boquiabiertos. Aunque, en este caso, podría ser incluso hasta beneficioso para Aragón y para la mayoría de los aragoneses. Eso sí, con el desencanto de unos pocos que quizás hayan soñado con el paraíso antes de tiempo.

DOCE HORAS EN LA EXPO

DOCE HORAS EN LA EXPO

    A pesar de que mi visita a la Exposición Internacional Zaragoza-2008 ha coincidido con un récord en el número de visitantes, a pesar de las inmensas colas para visitar los pabellones, a pesar de las aglomeraciones y el bullicio, a pesar del bombardeo publicitario y de los montajes comerciales, mi impresión de esta fugaz estancia en el recinto de Ranillas es positiva.

     Positiva desde el punto de vista de la reflexión sobre la problemática del agua en nuestro cada vez más amenazado Planeta Tierra. Positiva por su ambicioso y elocuente lema - "Agua y desarrollo sostenible" - que invita a la reflexión y, sobre todo, a actuaciones a nivel mundial cada vez más urgentes. Positiva por haberse atrevido a afrontar un tema cada vez más vital como es la distribución justa y equitativa de un bien día a día más escaso entre todos los habitantes del Planeta.

     De mis doce horas de estancia en la Expo, me quedo con la estética y la creatividad del Pabellón Puente, con los mensajes acuciantes de las plazas temáticas "El Faro" y "La Sed" y con la brillante escenificación poético-musical del Iceberg, en plena noche, a orillas del Ebro. Uno se marcha a casa después de contemplar este espectáculo de veinte minutos con una serie de interrogantes sobre el futuro de la Tierra, con una profunda reflexión sobre la cruda realidad de nuestra única casa común - cambio climático, residuos, deforestación, consumo irresponsable,... - y con un gran interrogante para las próximas generaciones. El Planeta está Enfemo. ¿llegaremos a tiempo para controlarle la fiebre y evitar lo irremediable? Los hombres y mujeres del siglo XXI tenemos la palabra.

LAMENTABLE ACCIDENTE EN LA EXPO

LAMENTABLE ACCIDENTE EN LA EXPO

Un soplo de tristeza recrorre la Expo en esta mañana de martes, algo menos calurosa que en días anteriores. Un niño de cinco años ha fallecido esta madrugada después de quedarse anclado, sin fuerzas y ahogado en la Playa Fluvial. Unos dicen que no se pudo hacer nada para reanimar al pequeño; otros hablan de descuido y tardanza a la hora de socorrer a la víctima. La polémica está servida. Y siempre quedará este oscuro borrón en la historia de una muestra que se está caracterizando por su éxito en casi todas las facetas.

Todavía no he visitado el recinto de Ranillas. Tengo intención de hacerlo a finales de agosto. No sé si es acertado o no. Por una parte, los visitantes tempraneros ya habrán pasado por la muestra. Pero, por otra, quizás muchos piensen lo mismo que yo y lo hayan dejado para los últimos días. En fin, ya me voy mentalizando para hacer filas, para aguantar algunos agobios y para soportar el calor. Eso sí, algunos pablellones emblemáticos y el Acuario, los dejaré para más adelante. Lo que permanezca después de la Expo, valdrá la pena visitarlo a partir del 14 de septiembre por motivos obvios.

Lo importante es que no vuelvan a ocurrir accidentes como el de ayer. Es toda una tragedia para su familia. Y debe servir para tomar más medidas que las previstas. Una vida humana vale más que todo lo que se pueda invertir en seguridad, vigilancia y control.

UNA CIUDAD DIFERENTE

UNA CIUDAD DIFERENTE

     El verano de 2008 ha traído para la ciudad de Zaragoza un soplo de aire fresco. Y no estoy hablando del aspecto meteorológico. Me refiero al plano cultural, lúdico, recreativo, turístico y promocional. Después de muchos años - quizás desde siempre - la capital d Aragón ha despertado de su letargo con motivo de la Exposición Internacional. El eco de los eventos que se celebran en el recinto de Ranillas se expande cada día como una marea por las calles y plazas del centro de la ciudad.

     Para Zaragoza los veranos han significado habitualmente un erial cultural, un vacío turístico y un clima más provinciano que nunca. Este año, afortunadamente, han cambiado las cosas. Caminar por el paseo de la Independencia, cruzar la plaza de Aragón o detenerse en la plaza de los Sitios lleva consigo un contacto directo con exposiciones artísticas al aire libre, la contemplación de edificios emblemáticos restaurados o la presencia de un aire cosmopolita más propio de otras grandes capitales europeas.

     Hay que añadir a todo este fluir de personas y eventos, la ampliación de los carriles-bici, la oportuna adecuación de las riberas del Ebro o el reciente lavado de cara de la Basílica del Pilar. Hay que alegrarse por todo ello. Eso sí, sin autocomplacencias y con un poco de autocrítica. Porque la marea cultural y lúdica que impulsa la Expo quizás no llegue a los barrios de la ciudad o a algunas zonas del Casco Histórico. Y una sola pregunta: ¿quedará algo de esta benéfica marea para el verano de 2009  y para los estíos sucesivos? Eso sería lo deseable. Mientras tanto, invito a los que no conozcan Zaragoza a visitar esta ciudad tan acogedora. A pesar del calor de estos días, no se arrepentirán.

ÁVILA, TIERRA DE CANTOS Y DE SANTOS

ÁVILA, TIERRA DE CANTOS Y DE SANTOS

    Llevo cuatro días en la ciudad de Ávila y cada mañana descubro un nuevo secreto de esta ciudad preñada de arte e historia. Los vencejos revolotean por el recinto amurallado con las primeras luces del alba. El aire que nos llega desde la sierra de Gredos nos obliga a llevar ropa de abrigo. La panorámica que se divisa desde la capital de provincia más alta de España es pintoresca y digna de ser llevada al lienzo.

    Pero Ávila es mucho más que eso. Es la tierra de Santa Teresa de Jesús. Todo en ella respira religiosidad. La Santa carmelita es un reclamo seguro para turistas y visitantes. Los que no conocíamos esta ciudad, quedamos admirados por su casco antiguo, guardado como una joya dentro de un  cofre de piedra. Una piedra gris austera, berroqueña. Esta ciudad castellana es una tierra de cantos y de santos. De cantos rodados, de piedra casi milenaria. Sus calles aguardan al visitante con un silencio casi conventual. Porque Ávila está sembrada de iglesias y conventos. De palacios y casas solariegas. Sus campanas se disputan el tintineo pausado y solemne. Sus campanarios apuntan hacia el cielo de un modo austero, casi insolente.

     Pasear por el casco antiguo de Ávila al caer de la tarde es sumergirte en un ambiente muy distinto al de las grandes ciudades. Es un trueque del estrés por la tranquilidad, del ritmo acelerado por el andar pausado, del entorno de cemento y asfalto por el de piedra y ladrillo. Antes de que caiga la noche, me asomo por última vez por encima del recinto amurallado. Un color verdeamarillo esmalta el paisaje. A lo lejos, se divisan caminos que se entrecruzan como en la Edad Media o en el siglo XVI. Por ellos transitó durante ese siglo una mujer decidida, trabajadora, inteligente, adelantada a su tiempo: Santa Teresa de Jesús. Ella es el alma de Ávila, la santa por antonomasia, la patrona de la ciudad.

A PASO DE CANGREJO

A PASO DE CANGREJO

Como han escrito recientemente Günter Grass y Umberto Eco, los países tradicionalmente civilizados han iniciado en los últimos años un camino descendente en casi todos los ámbitos de la economía y de la sociedad. Parece que el progreso - ese engañoso espejismo - está mostrando cada vez más su cara más oculta y se encamina paulatinamente hacia un periodo de vacas flacas casi impredecible.

Utilizando la metáfora de estos pensadores, el mundo camina a paso de cangrejo, es decir, hacia atrás. Hay numerosos acontecimientos que nos permiten apoyar esta afirmación. El último de ellos es la polémica propuesta de algunos países de la Unión Europea de aumentar la semana laboral hasta 65 horas. El día que me enteré de la noticia, no me lo podía creer. La interpreté, al principio, como una broma de mal gusto. Pero, al parecer, va en serio. Y, si no hay una oposición unánime de sindicatos y representantes sociales, todo puede llegar.

No sé a quién se le habrá ocurrido tan luminosa idea. ¿Creen que va a ser la mejor manera de afrontar la crisis o el principio de recesión? Hay otras muchas. Y más eficaces. De todos modos, la polémica está ya en la calle y en los medios de comunicación. Y va a dar mucho que hablar. Menos mal que la mayoría de los ciudadanos de a pie no están por la labor. Se mueven, afortunadamente, en otra sintonía: la del progreso sin onerosos peajes, la del mantenimiento de conquistas sociales, la de la mejora del nivel y de la calidad de vida, la de la sensatez y la coherencia.