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josemarco

ARAGÓN

UN FUTURO NEGRO

UN FUTURO NEGRO

      Sin eufemismos, sin rodeos, sin paños calientes, quiero suscribir las palabras de Joaquín Noé, alcalde del pueblo turolense de Ariño, cuando se refiere al futuro de la comarcas turolenses de las Cuencas Mineras y de Sierra de Arcos dibujando un perfil pesimista y utilizando el mismo adjetivo - negro - que aplicamos a ese mineral que da de comer a unas cuantas familias de la zona y que frena la cada vez más amenazante despoblación.

     Son nada más y nada menos que 33 despidos en una de las minas de la localidad. A esto se suma que la térmica de Andorra tienes previsto prescindir de 42 empleados. Todo un hachazo para la comarca y para la cada vez más desolada provincia de Teruel. Porque la historia nos está demostrando que, como cantaba el gran José Antonio Labordeta, "vamos camino de nada". Se cerró la central térmica de Aliaga en el año 1981, se clausuraron las minas de Aliaga, Campos, Castel de Cabra, Escucha, Utrillas, Rillo,...y dejó de funcionar hace pocos años la térmica de Escucha. El castigo ha sido tan duro que es muy difícil que esta comarca levante la cabeza, al menos a corto plazo.

     Para los más optimistas hay que señalar que sólo nos queda el turismo. Pero es un turismo de temporada o de fines de semana. Y es un turismo limitado. Esa es la realidad. Porque si no se buscan otras alternativas industriales, esta provincia seguirá el imparable camino de la despoblación. El clima, las comunicaciones, la orografía,...todo está en contra de un Teruel del que sólo resiste la capital, la comarca del Bajo Aragón, y poco más.

     Está claro que no son buenos momentos para invertir. Pero algo tendrán que hacer nuestros políticos para revertir la situación si no quieren ver en pocos años una provincia desolada, sin jóvenes, sin emprendedores, sin futuro.

MASADAS EN EL MAESTRAZGO

MASADAS EN EL MAESTRAZGO

     Son muchas las masadas o masías diseminadas por la provincia de Teruel. La mayoría de ellas están situadas en la parte alta de la comarca del Maestrazgo. La proximidad entre la antigua frontera de los reinos de Aragón y Valencia las convirtió en privilegiados recintos o pequeñas fortalezas de defensa y refugio para los habitantes que poblaban las masadas del entorno. De ahí el sobrenombre de Torres.

    Hoy hemos visitado una de ellas, la Torre Piquer, perteneciente al término municipal de Villarroya de los Pinares y situada en un un cerro rocoso, cerca del nacimiento del río Guadalope y a casi 1.600 metros de altitud. Es una de las Tres Torres Piquer que hay en la provincia de Teruel y, tal vez, la más antigua. Su fecha de construcción se remonta a finales del siglo XIV. Así lo atestiguan su ventana adintelada con adorno, simulando un arco conopial y dos escudos de gran interés histórico.

    Desde una eminencia hemos observado una excelente panorámica: prados verdes con todas las tonalidades, bancales de cereal aún sin cosechar, pequenos rincones de pino oscuro, balsas de riego, abrevaderos para el ganado y algunos chopos, testigos mudos de alguna fuente y algún manantial. Porque Torre Piquer es una de las muchas masadas que estuvieron habitadas hasta finales del siglo XX. En su interior todavía se conservan las distintas dependencias en las que vivían dos o más familias numerosas. Todas ellas piden a gritos una restauración y - aunque parezca utópico - una transformación, que no regreso, en casas rurales o recintos agrícolas. El gran problema son las comunicaciones, los largos y duros inviernos y el cambio de vida de las últimas décadas.

    Un día para la contemplación de un entorno natural privilegiado, para la reflexión sobre modos de vida que casi han desaparecido y para algunos sueños de futuro todavía grises y nebulosos.

LA VAQUILLA

LA VAQUILLA

     Teruel siempre ha sido una ciudad tranquila, famosa por sus jamones, por su gente hospitalaria, por los Amantes y - ¡cómo no! - por las fiestas de la Vaquilla.

      Hace unas dos horas ha sonado el tradicional campanico y el alcalde ha dado el pistoletazo de salida a tres días intensos de fiestas en la calle, de eventos taurinos, de conciertos y de explosión de alegría en los locales de las 19 peñas de la ciudad. A las cuatro y media dos jóvenes peñistas han puesto el pañuelo rojo al torico como símbolo de la fiesta, de la alegría y de lo que se suele llamar "buen rollo". A partir de ese momento, la tercera capital de provincia de Aragón, que duplica estos días su ploblación, se transformará en un hervidero de gente que sólo los más valientes podrán aguantar.

      Mi primer viaje, a los cuatro años, fue a Teruel. Desde Aliaga, el correo - así lo llamábamos entonces - tardaba más de dos horas para recorrer unos setenta kilómetros. Eso sí, paraba en todos los pueblos y transitaba por carreteras tercermundistas. Ahora se llega en poco más de 45 minutos. Los viajes a la capital son habituales y son muchos los habitantes de los pueblos que se desplazan a la capital para comprar, visitar algún museo o pasar unas horas. Porque la ciudad de los Amantes se ha transformado mucho en los últimos años. Así, el Parque Temático Dinópolis atrae cada año a la ciudad a miles de visitantes. Lo mismo ocurre con las bodas de Diego e Isabel a mediados de febrero, o con la Feria del Jamón en septiembre. También hay que valorar el impulso cultural de la ciudad gracias a la flamante ciudad universitaria, en la que se imparten entre otros los grados de Magisterio, Filología, Bellas Artes o Psicología. Todo esto es muy positivo para una ciudad cuya asignatura pendiente siguen siendo las comunicaciones por ferrocarril y por carretera, especialmente con la capital de España.

      Aunque resido en Zaragoza, siempre he sido un enamorado de Teruel. Acudo cuanto puedo y disfruto paseando por sus empinadas calles o tomando un refresco en algunas de sus acogedoras terrazas. El verano es un regalo para esta pequeña ciudad, tan castigada por el frío invernal. Son muchos los valencianos, catalanes o madrileños que eligen sus hoteles para pasar unos días tranquilos y alejados de la canícula estival. Eso sí, prefieren hacerlo después del lunes de la vaquilla, cuando la ciudad vuelve a la normalidad tras unos días de intensa celebración y de alegría en las calles. Porque Teruel es historia, es cultura, es arte y es un lugar en el que vale la pena perderse de vez en cuando.


UN HIMNO A LA LIBERTAD

UN HIMNO A LA LIBERTAD

     Esta mañana me he levantado tarareando el Canto a la libertad de nuestro aragonés universal más reciente, José Antonio Labordeta. Hace ya un año que nos dejó "El Abuelo" y todavía recuerdo esos actos de homenaje a su memoria, tanto institucionales como populares. Pero los tiempos han cambiado y, al parecer, lo institucional y lo popular han tomado caminos divergentes: hace dos días el muro ideológico de los representantes de centroderecha del actual gobierno de Aragón impidió que este himno popular sustituyera al actual. De nada valieron las más de 25.000 firmas de aragoneses de a pie, de nada valieron las manifestaciones populares que han recorrido la geografía española durante los últimos meses.  Pero lo que más me ha sorprendido, no ha sido la negativa a incluir este himno como el canto oficial de Aragón. Lo que ha desautorizado a algunos políticos es  que sus razonamientos para seguir con un himno que desconocen la mayoría de los aragoneses, no tienen, en mi opinión, ningún fundamento lógico.

     Por eso me he levantado canturreando este himno, que tantas veces canté con los brazos en alto en la plaza de Jorcas, en la plaza del Pilar, en teatros y en pabellones. Un numeroso grupo de aragoneses volvieron a cantarlo ayer en el centro de Zaragoza. Y mañana volverá a resonar en calles, colegios y centros culturales. Va a ser inevitable que siga siendo el himno de todos los aragoneses. A pesar del voto de algunos políticos, a pesar de sus razonamientos hueros, a pesar de sus oídos sordos a la voz del pueblo.

     Como homenaje a José Antonio, voy a transcribir unas palabras del libro Los amigos contados, que reúne artículos publicados en la revista Andalán desde 1979 a 1982. Labordeta expresa una sensación ante la realidad que le rodea, que no dista demasiado de la actual:

     "Ando hace tiempo entre asombrado y vago, entre tristón y lento, entre irascible y asco cotidiano. Ando, quiero decir, hace tiempo observando el cotarro. Y realmente no está para cantar una gloria de alegría".

      ¿Qué diría Labordeta, doce meses después de su partida, de la convulsa economía mundial, de la política de vodevil, del desarrollismo salvaje, de los vaivenes sociales, de las agresiones a la cultura, de los recortes en educación, del malestar reinante, de los indignados, de los resignados? Seguro que no permanecería indiferente y que volvería a entonar con energía ese canto de futuro, siempre actual y convincente, a pesar de los silencios y de los olvidos.

 

¿AUTOVÍA O AISLAMIENTO?

¿AUTOVÍA O AISLAMIENTO?

     A nadie se le oculta que una de las asignaturas pendientes de la comunidad autónoma de Aragón es la precariedad en las infraestructuras. Salvo contadas excepciones, como la línea del AVE a Madrid y a Barcelona - favorecida por la privilegiada posición de Zaragoza entre estas dos ciudades - la A-2 y la autovía mudéjar, todavía inacabada, Aragón está prácticamente a la cola de las demás autonomías en kilómetros de autovías y en comunicaciones eficientes.

    Tengo que reconocer que siempre me han gustado conducir por carreteras secundarias, sinuosas, empinadas, solitarias. Pero esto no se opone a una realidad que cada día se presenta más urgente y acuciante: la necesidad de desdoblar tramos de carretera aragoneses que condicionan un modo de vida propio del siglo XXI y repercuten seriamente en la despoblación de los medios rurales de las tres provincias de la comunidad.

     El último episodio de una serie de reivindicaciones pendientes - el desdoblamiento de la nacional II, el desdoblamiento de la peligrosísima N-232, la autovía hasta Alcañiz, la autovía desde Monreal del Campo hasta Alcolea del Pinar - ha sido de nuevo la solicitud de un replanteamiento serio y decisivo para que la A-40 - que unirá Teruel con Cuenca - sea una realidad en los próximos años. Para ello habrá que desbloquear asuntos relacionados con el impacto ambiental y echar mano de la imaginación para buscar alternativas fiables. ¿No ocurrió hace años con la conflictiva A-3 a su paso por las famosas hoces del Júcar? Y se solucionó. Eso sí, con mucho diálogo y con un notable incremento del presupuesto. Por eso hay que decir bien claro - y Fomento lo sabe - que el problema es económico y demográfico. Y si no se soluciona en pocos años, la provincia de Teruel seguirá aislada de la zona oeste de la península, como ya ha quedado aislada con el AVE a Valencia - en esto Cuenca nos ha cogido la delantera. Ayer la manifestación tuvo lugar en esta ciudad castellano-manchega. Eso sí, había muchas personas de Teruel, había representantes de la plataforma Teruel Existe, pero los políticos brillaron por su ausencia.

     A poco más de un mes para las elecciones autonómicas y municipales, los políticos deberían reflexionar de nuevo sobre el problema de las infraestructuras en Aragón. No pueden ni deben orillar un problema que ya conocen y que quizás vuelvan a sufrir en sus propias carnes cuando tengan que desplazarse a núcleos rurales alejados de las autovías, por carreteras tortuosas y comunicaciones obsoletas. Se darán cuenta también del progresivo despoblamiento de determinadas comarcas - especialmente en Huesca y en Teruel - y de la ausencia de un tejido industrial de futuro. Me imagino reflexionarán sobre este problema mientras se recrean en paisajes idílicos y contemplan los valles vacíos y silenciosos desde sus vehículos oficiales. Y se percatarán de que algunas carreteras sólo sirven para hacer turismo o para evocar nostálgicamente el pasado.

TERUEL, ENTRE LA SOLEDAD Y EL AISLAMIENTO

TERUEL, ENTRE LA SOLEDAD Y EL AISLAMIENTO

    Hace pocos días se cumplieron once años de la creación de la coordinadora "Teruel Existe". Este grupo de personas ha intentado mantener encendida, un día sí y otro también, la llama de la ilusión, el camino de los sueños casi utópicos para una provincia dejada de la mano de Dios y de los hombres.

    Tanto ayer como hoy han sido días tristes para una provincia que no tiene autovía directa con la capital de España. Y que, además, en pleno siglo XXI, se ha visto definitivamente alejada de esta red de trenes de alta velocidad llamada AVE que ayer llegó a Albacete - para satisfacción de José Bono - y que hoy a llegado a Valencia - para orgullo de nuestros privilegiados vecinos territoriales. Algo similar le ocurrió en el siglo XIX cuando fue la última provincia de España en tener comunicación por ferrocarril.

    Precisamente esta mañana ha viajado hasta la capital turolense nuestro político más relevante, Marcelino Iglesias, a apoyar con su presencia a los candidatos a la alcaldía de Teruel para las próximas elecciones del mes de mayo. No sé si habrá tenido tiempo de reflexionar sobre la soledad de la provincia, sobre su aislamiento endémico, sobre el ninguneo de todos los gobiernos de la democracia. No sé si se habrá acordado de su compañero de partido José Bono o del presidente de la generalitat valenciana Francisco Camps. Me imagino que sí. Que alguien le habrá recordado que los turolenses estamos de luto, que después de once años de lucha han sido pocos los logros, muchas las promesas y un montón de actuaciones incumplidas.

     Hay muchas asignaturas pendientes en la provincia de Teruel. Hay muchos problemas que se van demorando, posponiendo, postergando. Porque es una pena que el AVE llegue a Cuenca, se acerque muy pronto a Castellón y se aleje de Teruel una vez más. Porque es una pena que la autovía a Cuenca se haya quedado de nuevo en el tintero. Porque es una pena que la autovía por Alcañiz hasta el Mediterráneo se demore año tras año. Por eso los componentes de la coordinadora van a erigir un monolito en un lugar céntrico de la capital para manifestar el luto por una provincia solitaria, aislada y cada día más olvidada.

     Sería aconsejable que nuestros políticos municipales y autonómicos se dieran una vuelta por todos los rincones de la provincia en estos días de crudo invierno para percatarse de una situación cada vez más acuciante. Sería un buen gesto por su parte aprovechar sus continuos viajes de precampaña para poner sobre la mesa planes de futuro creíbles, realistas y consensuados. Pero, de momento, nada de eso se vislumbra. Habrá que seguir luchando por una provincia alejada de las grandes vías de comunicación.

POR UN FUTURO PARA TERUEL

POR UN FUTURO PARA TERUEL

     Con un encierro en el ayuntamiento de Ariño, una manifestación en Andorra, la unidad de todos los representantes sociales y el apoyo de la calle, hoy comienzan unos días decisivos para uno de los medios de vida de una parte importante de la provincia de Teruel: La minería.

     La amenaza del cierre de todas las minas turolenses por parte de la Unión Europea para 2014 ha puesto en pie de guerra a todos los implicados y tiene que movilizar de rebote a toda la opinión pública aragonesa y española. Los representantes políticos del gobierno de Aragón y de España tienen mucho que decir en este tema que ya es reiterado y letal para una provincia que se viene desangrando progresivamente desde la década de los sesenta del siglo XX.

     La comarca de las Cuencas Mineras - una de las más afectadas por la emigración y la despoblación - ya sufrió hace unas décadas el cierre progresivo de todas las minas y de la central térmica de Aliaga. Casi sin contrapartidas, sin una decidida reconversión, los pueblos se han quedado vacíos, sin industrias y sin una perspectiva de futuro para los jóvenes. Incluso Utrillas ha perdido más de mil habitantes en estos últimos años. La térmica de Escucha tiene los días contados. Y en lugar de las minas se han abierto sendos museos mineros en Escucha y Utrillas y un Centro de Interpretación de la Minería en Aliaga. Todo ello dirigido a un turismo estacional y muy escaso.
     Es cierto que van cambiando los tiempos y que el carbón ya no es rentable y, además, contamina mucho más que otras energías. Pero, al parecer, deberían arbitrarse medidas para que la explotación de carbón autóctono no desapareciera y se utilizara par otros usos energéticos. Ahora predominan la energía eólica y la energía solar. Las montañas aragonesas se adornan indecentemente de aerogeneradores y los campos yermos se van sembrando de placas solares. Una energía válida, pero no suficiente para solucionar el futuro laboral de tantos trabajadores que quieren quedarse en su tierra y vivir en su tierra.

    Ahora les llega el turno a las comarcas Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín. El pueblo de Ariño, pionero en las aulas digitales, debe ser ahora pionero en la defensa de un empleo y de un futuro. No se debe repetir la historia de la comarca vecina. De ser así, sólo quedarían los escombros, la soledad y el abandono.

TERUEL EN AGOSTO

TERUEL EN AGOSTO

     Cuando llega el mes de agosto, la Ciudad de los Amantes se viste de gala para recibir a numerosos visitantes. La mayoría de los que visitan Teruel en estos días estivales disfrutan del sabor medieval de sus calles y del clima envidiable de sus mañanas y de sus noches.

    Con motivo de la asistencia al curso “Cómo acercar la Literatura a los jóvenes”, organizado por la Universidad de Verano y dirigido por la escritura Espido Freire, he vuelto a la capital de mi provincia. Esta ciudad que conocí a los cuatro años cuando, desde el viaducto, contemplé con alegría y asombro el primer tren.

      Teruel ha cambiado mucho en los últimos años. Sus ciudadanos y ,especialmente, la plataforma social “Teruel Existe” han conseguido que esta capital de provincia sea mejor considerada desde Madrid y, poco a poco, vaya ocupando el puesto que le corresponde en Aragón y en España. De todos modos, aún queda mucho por hacer.

     Uno de los logros de los últimos años ha sido la consolidación de una Universidad que descentraliza la de Zaragoza y se ha convertido en reclamo de numerosos estudiantes de la capital y de la comunidad vecina. El edificio es moderno, funcional y muy acogedor. En el vicerrectorado vamos a reflexionar durante cinco días sobre la Literatura clásica, sobre los símbolos, sobre cómo presentar a nuestros alumnos unas obras literarias adaptadas a la mentalidad del siglo XXI. Es una tarea cada día más ardua. Por eso hay que echarle imaginación al asunto. Espido nos guía con su experiencia como buena comunicadora y excelente escritora. Lo demás lo tendremos que poner en práctica en las aulas. Con entusiasmo, con afán innovador, con inquietud creativa.

     Teruel es un marco ideal para estas jornadas y otra que se han desarrollado en julio y se van a realizar en septiembre. Los cursos de verano ya van por su XXVI edición. La oferta es muy diversa y la respuesta de los estudiantes y docentes muy positiva. Además, la ciudad del mudéjar brinda al visitante arte, historia, cultura y ocio. Todo para que el mes de agosto no sea uno más en la capital. Al filo del crepúsculo hemos comprobado que Teruel está vivo en agosto y que muchos turistas se detienen unos días a gozar de una buena temperatura veraniega y del latido cotidiano de sus calles, plazas y avenidas.

EL HECHIZO DE LA NIEVE

EL HECHIZO DE LA NIEVE

     Si hubiera tenido tiempo, me habría acercado durante estos días a la provincia de Teruel para contemplar ese paisaje blanco, invernal, solitario, casi bucólico.

     Si hubiera tenido la oportunidad, habría sobrevolado mi querida provincia para contemplar desde las alturas cómo la nieve cubre los tejados de las casas, los campos de cultivo, el verde de los pinos y cómo intenta ocultar sin conseguirlo el rastro inevitable del trágico incendio del pasado verano.

     Teruel ha sido noticia durante estos días en los medios de comunicación por sus bajas temperaturas y por esa nevada que, hace cuatro décadas, entraría dentro de lo normal. Teruel ha vuelto a existir en los mapas nacionales del tiempo. Lástima no hayan recordado con el mismo énfasis el décimo aniversario de la plataforma "Teruel Existe".

     Esta intensa nevada, que nos remite a un pasado cada vez más lejano, altera la vida normal de esos pequeños núcleos rurales de la provincia de Teruel. Sus pocos habitantes se encierran en sus casas e intentan sobrellevar lo mejor posible el paso de las horas. La nieve es incómoda para las comunicaciones, para las urgencias médicas, para el suministro, para los trabajos al aire libre. Aunque, eso sí, muchos la consideremos como un motivo prenavideño, como un recuerdo de la infancia o como una bendición para el futuro, tal como reza el conocido refrán.

    De todos modos, lo peor son los problemas del día después: la nieve helada en las calles empinadas, los carámbanos en los tejados, el frío que cala hasta los huesos. Pero, como la memoria es selectiva y siempre conserva lo más agradable del pasado, la nieve nos recuerda los días sin escuela, los concursos de patinaje en las calles más umbrosas, las batallas de bolas de nieve en los recreos, la rudimentaria quitanieves que llegaba al pueblo después de una semana y la naturaleza idealizada como una postal invernal anclada en el pasado y perdida en el poso nostálgico de la memoria.

 

EL FUTURO DE ZARAGOZA

EL FUTURO DE ZARAGOZA

     El futuro de una ciudad puede depender, en ocasiones, de un número limitado de votos. Y es una pena que proyectos importantes de futuro para la Zaragoza del siglo XXI se queden en el baúl de los recuerdos o cambien radicalmente debido a la racanería de algunos, a la falta de compromiso de otros, a la preferencia por la opción más cómoda o al impulso emocional de este otoño caprichoso e incoherente.

     Siempre he confiado en mis representantes políticos - ingenuo de mí - pero, a veces, me asalta la duda del acierto o desacierto de sus decisiones. Decisiones que pueden ser un lastre para el futuro o un trampolín de progreso y prosperidad. Es verdad que cada vez se trabaja más a corto plazo y que la crisis económica ha dado al traste con algunos planteamientos. Pero casi nadie comprende el cambio radical de los representantes municipales de la ciudad en lo que se refiere a la ubicación de la próxima muestra de la ciudad del Ebro: Expopaisajes 2014. Al final, los ediles zaragozanos se han inclinado por lo más fácil, por lo menos creativo, por lo más económico. Han preferido, por tanto, ubicar esta muestra muy cerca del meandro de Ranillas, prácticamente al lado de los terrenos de la Exposición Internacional de 2008. Y se han quedado tan anchos. A pesar de las polémicas, a pesar de las quejas más que justificadas de los vecinos de San José, Vadorrey y Las Fuentes.

     Como vecino de este último barrio, me hacía ilusión contemplar desde la galería del piso un paisaje distinto al actual. En lugar de avistar esa huerta abandonada y maltratada, en lugar de vislumbrar esa ribera del Gállego infame, en lugar de acercarme a un Soto de Cantalobos dejado de la mano de Dios y de los hombres, habría podido visitar una muestra de plantas autóctonas y exóticas, unas parcelas cuidadas, una armonía natural entre los ríos y su entorno y - ¡cómo no! - un paisaje nuevo, distinto y atractivo. Pero, al parecer, no va a ser así. Tendré que volver de nuevo al lejano meandro de Ranillas para observar esta muestra de plantas y flores. Una muestra que quedará absorbida por los actuales edificios de la Exposición anterior, una muestra lejos de un entorno natural privilegiado como es la desembocadura del Gállego.

     El sábado pude pasear por el recinto de Ranillas. Ha mejorado mucho su aspecto, aunque queda mucho por hacer. Parecía que estaba todo vacío, parado, envarado. Recordé la afluencia de gente hace quince meses. Y sentí nostalgia al contemplar el pabellón de Aragón vallado y en obras, el pabellón de España vacío, la Torre del Agua como un fantasma vertical y los telesillas deslizándose silenciosos por encima de un paisaje anclado en el pasado.

     No sé cómo será el futuro de Zaragoza. Lo que se adivina es que la fisonomía de la capital de Aragón cambiará en cuatro o cinco años de modo casi radical. Las obras del futuro tranvía han comenzado la marcha atrás, se habla de una futua línea de metro, no se dice nada de la nueva Romareda. Al parecer, muchos temas importantes se deciden a última hora y por un mínimo margen de votos. La responsabilidad de nuestros representantes políticos municipales es grande. Habrá que seguir confiando en ellos. Aunque, eso sí, el cambio de opinión respecto a la ubicación de Expopaisajes 2014 ha sido un traspiés. Se mire como se mire. Y una bofetada metafórica a los habitantes del este de la ciudad.

BROCHE DE ORO A LAS FIESTAS DEL PILAR

BROCHE DE ORO A LAS FIESTAS DEL PILAR

     Joaquín Carbonell y Eduardo Paz pusieron ayer el broche de oro a las Fiestas del Pilar 2009 con un recital en el que echamos de menos al "abuelo", al polifacético José Antonio Labordeta. Carbonell inició el acto con algunas de las canciones más conocidas de su repertorio, entre ellas la famosa La peseta. Me recordó el joven cantautor de finales de los años setenta en Miravete de la Sierra, en ese acto reivindicativo que se podría volver a repetir treinta años después: "Salvemos Teruel". El cantautor de Alloza ha ganado en madurez y ha mejorado en cadencia e interpretación. Sabe estar sobre el escenario y sabe cómo ganarse al público, que llenaba la plaza del Pilar, y metérselo en el bolsillo. Me supo a poco el tiempo que Carbonell estuvo sobre el escenario. Y eché de menos algunas de sus canciones más emblemáticas como Dejen Pasar.

     Llegó poco después Eduardo Paz, excomponente de La Bullonera y consolidado cantante. Su excelente voz atronó toda la plaza y con la canción con la que el grupo comenzaba los conciertos - Venimos simplemente a trabajar - nos llenó de nostalgia a los que vivimos de cerca los primeros años del grupo. Recordé sus actuaciones multitudinarias en Barcelona - en las Atarazanas y en el Palacio de Deportes -, viajé mentalmente a Jorcas, a aquellos quinces de agosto soleados y tormentosos, a aquella iglesia abarrotada en la que, por fuerza mayor y como una gran excepción, tuvo que celebrarse uno de sus recitales. Recordé a mi hermano Antonio, entusiasmado con el grupo, y a mi primo Luis Vicente, alma de las fiestas de Jorcas y amigo de Labordeta. Y un relámpago de nostalgia recorrió mi interior.

     Mientras tanto, a medida que se acercaban las once de la noche, el público - mayoritariamente adulto, con algún niño como acompañante y pocos, muy pocos, jóvenes y adolescente -, coreaba y bailaba cada una de las canciones. Hasta que llegó la apoteosis con la interpretación de Los de Huesca y de Teruel y El canto a la libertad. Una noche para recordar. Un recital en el que canciones del último cedé "Vayatrés" nos volvieron a recordar viejas reivindicaciones que, lamentablemente, aún existen: el problema del agua, las desigualdades sociales, la emigración, el paro,... Pocas, muy pocas banderas de Aragón y emoción a raudales. Lástima no estuviera el abuelo, el gran José Antonio Labordeta.

 

SUEÑOS FRUSTRADOS

SUEÑOS FRUSTRADOS

     En la tercera década del siglo XX, concretamente en 1927, comenzó un sueño que - como tantos otros - no llegó a convertirse en realidad. Se trataba de la construcción de una línea de ferrocarril entre Teruel y Alcañiz, que enlazaría con Mequinenza y que llegaría hasta el sur de Francia. Pero, después de varias interrupciones, en 1935 se abandonó una empresa que, al parecer, no parecía rentable. Las dificultades económicas, la falta de voluntad política y la inminencia de la guerra, dejaron un rastro de miseria y abandono y, lo que es peor, cientos de operarios se quedaron en sin trabajo.

     La plataforma "Teruel Existe" y otros colectivos sociales proponen desde hace meses aprovechar el frustrado ferrocarril para una vía verde, que podría enlazar en Utrillas con la de Zaragoza, o para un proyecto turístico de envergadura. Todo lo que se proponga es positivo, siempre que se lleve a cabo y no se convierta en otro sueño frustrado. Cuando la crisis económica golpea por los cuatro costados, es difícil que empresas ambiciosas se realicen. De todos modos, el proyecto que se propone no sería demasiado gravoso para las arcas públicas y redundaría en la calidad de vida de los habitantes de unas comarcas cada vez más deprimidas, especialmente la comarca de las Cuencas Mineras.

    Cada vez que utilizo la Nacional 420, contemplo la estación de Alfambra, con una escultura alegórica al respecto; la estación de Perales de Alfambra, que está siendo recuperada por el municipio; el puente de la Venta con la escultura de "El Sueño". Y comienzo a soñar y a imaginar qué futuro les espera a estas tierras dejadas de la mano de Dios y de los hombres. Y comienzo a pensar qué habría ocurrido si esa línea que se comenzó a construir hace casi cien años hubiera llegado a feliz término. Son sueños utópicos, sueños frustrados, como los que quedaron inacabados en 1935.

LA SOLEDAD DE LA SABINA

LA SOLEDAD DE LA SABINA

     Mientras viajaba el lunes por la mañana desde Teruel hacia Valencia, observaba desde la autovía mudéjar, a la altura de La Puebla de Valverde y hasta el límite de la Comunidad Valenciana el casi insólito paisaje sembrado de sabinas. Al contemplar este árbol azotado por el cierzo y castigado por inviernos inclementes, recordé unos versos de José Antonio Labordeta, que plasmo a continuación:

 

                    EL PERFIL SE desangra..
                    Se rompe el horizonte.
                    Como un pájaro quieto
                    la sabina interrumpe la distancia.
                    El viento, atenazante,
                    lo desconcierta todo
                    y una ontina sedienta
                    rompe la longitud
                    de un cielo invertebrado.

                    Allí permanece quieta
                    igual que la soledad,
                   pasa el tiempo por sus ramas
                   y no las puede truncar.
                   Soporta la ira del cierzo
                   igual que un barco en el mar.

 

     También evoqué una enhiesta sabina - que aparece en la fotografía - en las proximidades de Aliaga, salvada milagrosamente del pavoroso incendio de finales de julio. No es la sabina de La Puebla de Valverde, no es la sabina de Los Monegros, es la sabina de Aliaga, arropada por sus hermanos los pinos y emulada por los ariscos enebros. Todo un símbolo del paisaje de Aragón. Labordeta lo supo captar y así lo expresó en una de sus canciones en 1997.

AVENTURA, BELLEZA Y MAGIA EN EL PIRINEO

AVENTURA, BELLEZA Y MAGIA EN EL PIRINEO

     Para disfrutar de la magia de la naturaleza, para embeberse de la belleza de un paisaje casi idílico, para sumergirse en un torbellino de aventura, basta con desplazarse a uno de los valles del Pirineo oscense y emprender una travesía sin prisas, sin horarios, sin agenda.

     Ayer nos acercamos en coche hasta la Selva de Oza y emprendimos una ruta de tres horas hacia el ibón de Estanés. Esta era la meta y el objetivo, pero la naturaleza nos reservaba numerosas sorpresas durante el recorrido. La primera ascensión es llevadera, si no aprieta demasiado el calor. Al llegar a la cima de una colina surge ante nuestros ojos el valle de Aguas Tuertas (aguas torcidas) que es sencillamente impresionante. Rodeado de montañas, flanqueado de sonoras cascadas y tapizado de una alfombra multicolor de flores y hierba, el futuro río Aragón se desliza por este valle formando simétricos meandros y alimentando un ecosistema singular y pintoresco. Pero no todo termina allí, Alberto - un pamplonica que se nos ha unido en el camino - Javier y yo nos dirigimos hacia el fondo del valle para iniciar los últimos repechos hacia el ibón de Estanés. El cansancio va haciendo mella en nuestras piernas, pero una suave brisa y pequeñas nubes bajas que ocultan el sol convierten la ascensión en una aventura hacia lo inesperado. Al filo de las dos y media de la tarde coronamos las últimas colinas de 1900  metros y, poco después, divisamos este lago natural, alimentado por la nieve: impresionante. Todavía quedan retazos de nieve virgen en el circo que rodea al ibón. Un sarrio se aleja hacia su madriguera de piedra. Algunos excursionistas inician su descenso hacia el valle de Aguas Tuertas.

      La bajada es más llevadera, aunque las articulaciones de las rodillas se empiezan a quejar. Reponemos fuerzas y volvemos a contemplar un paisaje  preñado de belleza. La travesía ha valido la pena. El cansancio físico durará veinticuatro horas. Pero la impresión, el eco y la sensación mágica permanecerán para siempre en nuestra retina. Tenemos otras rutas en nuestra agenda. De momento, las dejaremos para el final del verano.

TERUEL, CADA VEZ MÁS CERCA

TERUEL, CADA VEZ MÁS CERCA

     La iniciativa de un grupo de inquietos turolenses ha hecho posible lo que hace unos años parecía un sueño: disfrutar con calma, desde tu domicilio y a través de la red, de una visita virtual a los lugares y monumentos más relevantes de la capital de los Amantes.

     Es de esperar que a través de esta página - www.centrohistoricoteruel.com - los que no conocen esta pequeña capital de provincia se animen a visitarla en persona y, los que ya la conocemos, sigamos descubriendo pequeños rincones o leves detalles que suelen pasar inadvertidos.

     Nunca me he sentido atraído por lo virtual. Prefiero la realidad física cercana, latente, viva. De todos modos, si lo virtual sirve como trampolín para valorar más lo real y, a ser posible, para enriquecerlo, bienvevido sea.

     El tiempo dirá si la iniciativa es buena. Es decir, si ha aumentado el número de turistas, si ha contribuido a difundir la historia y cultura de la capital y si, en definitiva, ha ayudado a valorar lo que muchos todavía no habíamos valorado lo suficiente, unos por la rutina cotidiana y otros por el desconocimiento de un entorno digno de ser visitado. Teruel existe en la red. Una ventana más se abre al exterior. Una inquietud de futuro que, de momento, ha sido muy bien recibida.

 

LAS MASADAS DEL MAESTRAZGO

LAS MASADAS DEL MAESTRAZGO

     Mucho se ha escrito durante los últimos años de las masadas - mases o masías - turolenses, en especial de las que pertenecen a la comarca del Maestrazgo. Joherg, en su excelente blog - http://espaciosdelmaestrazgo.blogspot.com - habla de estos caseríos o pequeños asentamientos rurales como un habitat sostenible de cara al futuro. Comenta el insustituible valor patrimonial, paisajístico y cultural de estos enclaves solitarios, con su propia fisonomía, su peculiar integración en la naturaleza y su original estructura artística.

     Durante las últimas décadas hemos asistido a la progresiva despoblación y abandono de numerosas masadas en la provincia de Teruel. Los mayores nos han ido dejando y los jóvenes han emigrado al pueblo más cercano o a la capital en busca de un modo de vida más acorde con los tiempos. Algunos hablaban de la dureza en las condiciones de vida; otros, de la soledad; la mayoría, de la ausencia de perspectivas de futuro.

      Pero el progreso avanza y quizás aún se llegue a tiempo de salvar definitivamente las casi cien masadas que todavía están habitadas en esta dura y agreste comarca turolense. La electricidad va a llegar a estos caseríos y con ella una serie de comodidades tanto en la vida cotidiana como en el trabajo de todos los días. Eso no impedirá que continúen con las placas solares en los tejados o con otro tipo de energía alternativa. Me pregunto, sin embargo, si se habrá llegado demasiado tarde. Me pregunto si habrá que seguir pensando en la restauración de muchas de ellas, en su transformación en pequeños albergues o en alojamientos rurales. Esto supondría una importante inversión por parte de particulares o entidades y voluntad de poner en marcha proyectos culturales o turísticos. El reto no es nada fácil. Pero es una pena que se pierda un patrimonio de siglos por la desidia, la dejadez o el olvido.

(Imagen: Acuarela de Vicente Aparici)

 

 

APOTEOSIS DEPORTIVA EN TERUEL

APOTEOSIS DEPORTIVA EN TERUEL

     Ayer sentí una sana envidia cuando mi mente viajaba hasta el pabellón de Los Planos de Teruel y se unía metafóricamente a esas tres mil gargantas que no cesaron de animar al equipo de Voleibol de la capital. Es una lástima - o una vergüenza - que la televisión autonómica aragonesa volviera a estar ausente (una vez más) de un evento deportivo que muchos aficionados hubiéramos deseado ver. Pero, como ya sabemos, la ciudad de los Amantes todavía no ha hechos los méritos suficientes para equipararse con Huesca o con Zaragoza. En Aragón - no sólo en España - siempre ha habido categorías y, al parecer, la discriminación va para largo.

     Como turolense, me alegro de que Teruel ponga su nombre en Europa por medio de un evento deportivo. Es verdad que el voleibol no es el fútbol ni el baloncesto. Pero tiene mucho mérito que prácticamente el diez por ciento de la capital se reuniera en el pabellón municipal para arropar a su equipo.  En este caso sí que podemos hablar de que Teruel Existe, aunque sólo sea en lo deportivo. A ver si nuestros políticos toman nota del evento y se deciden a impulsar otras parcelas más importantes como la educación, la sanidad o las comunicaciones. A ver si los medios de comunicación están más acertados en sus decisiones y no se olvidan de Teruel en sus retransmisiones.

    

    

TERUEL, RESERVA MEDIOAMBIENTAL

TERUEL, RESERVA MEDIOAMBIENTAL

     Teruel no es Valencia, ni Castellón, ni Alicante, ni Murcia. Teruel es una pequeña ciudad de provincias, de interior, aislada, coqueta, pintoresca. Los turolenses suman pocos votos en la urna electoral. Por eso, sus decisiones no se suelen tener en cuenta, se olvidan, se ningunean, se posponen.

     Elena Espinosa ha demostrado, de nuevo, su falta de tacto negociador y la ausencia de reflejos. Le sobra prepotencia y le falta flexibilidad. Le sobra el "mando y ordeno" y le falta diálogo y receptividad. Pocos creíamos en un cambio de rumbo, pero casi nadie se esperaba una negativa tan rotunda a la revisión del impacto ambiental de la A-40 entre Teruel y Cuenca. La ministra de Medio Ambiente habla de "daños ambientales irreversibles". Habría que preguntarle a esta representante del gobierno central qué entiende por daños ambientales y qué considera irreversible.

     Alcañiz no es Reus, ni Amposta, ni Tortosa, ni Vinaroz, ni Xátiva. Alcañiz en una pequeña ciudad turolense del Bajo Aragón que lucha contra viento y marea por un futuro mejor para sus habitantes y los de su comarca. Lo que ocurre es que la Ciudad del Motor no dispone de buenas comunicaciones con el Norte, ni con Zaragoza, ni con el Mediterráneo. La N-232 se está convirtiendo en una ruta tristemente famosa. Los accidentes no cesan y miles de vehículos atraviesan todos los días los cascos urbanos de El Burgo de Ebro, Fuentes de Ebro o Híjar. Pero está claro que el desdoblamiento de esta carretera tendrá que esperar. Y llegará tarde. Como tantos vías de comunicación en Aragón.

      Los aragoneses seguimos sin tener eco en Madrid. Desde que Labordeta se ha retirado de la vida política activa, echamos de menos un portavoz firme, decidido, tenaz. De no ser así, seguirán sin hacernos caso en este y en otros asuntos. Y continuaremos viviendo tan felices, votando tan felices, esperando tan felices. Mientras tanto, se seguirán construyendo túneles inverosímiles para evitar el temible impacto ambiental. Mientras tanto, seguirán mimando a Comunidades con mayor índice de población y con mejores perspectivas económicas. Y Teruel seguirá en la cuneta, a la espera de algunas migajas de Fomento y a la cola de inversiones en Industria, Educación y Desarrollo.

EL ENCANTO DEL GUADALOPE

EL ENCANTO DEL GUADALOPE

                         El río Guadalope

                         se desliza sereno y rumoroso

                         sembrando de nostalgia los otoños

                         y surcando parajes pintorescos.

                         El río Guadalope

                         - Miravete en sus primeros pasos -

                         emprende una aventura sin retorno

                         con la humildad de ese recién nacido

                         en el seno del rudo Sollavientos.

                         El río Guadalope

                        desciende por Aliaga y su comarca

                        - hermanado muy pronto con La Val -

                        y serpentea dócil

                        hacia las bajas tierras turolenses

                        agrestes y olvidadas.

                         El río Guadalope

                         es un testigo eterno y silencioso

                         de más de mil otoños amarillos,

                        de más de mil inviernos casi yertos,

                        de más de mil estíos sin retorno.

                        Sólo la primavera

                        - tardía primavera machadiana -

                        se viste de frescura y reverdece

                        al hilo de ese cauce tan modesto

                        que fluye desde el cerro hasta los valles

                        alegrando la vida y el paisaje

                        más allá de las rutas ya trilladas,

                        oscuro, intrascendente.

 

EL FUTURO DE TERUEL

EL FUTURO DE TERUEL

     No sé qué le deparará el futuro a la provincia de Teruel. Ignoro cómo vivirán en esta provincia cada vez más abandonada y despoblada las futuras generaciones. Lo que sí intuyo - y abundan los indicios - es que este escabroso y pintoresco territorio del sur de Aragón acabará siendo una especie de paraíso natural para disfrute de foráneos.

     Ante esta perspectiva tan idílica, no me sorprende en absoluto que nuestras autoridades nacionales y autonómicas aborten automáticamente cualquier proyecto de desarrollo para la provincia aduciendo que puede alterar o afectar gravemente a su privilegiado entorno natural. Ha ocurrido recientemente en Aliaga, con el veto de la Consejería de Medio Ambiente a la conducción de gas para el funcionamiento de Neoelectra. Y acaba de suceder muy cerca de la capital, con la tajante negativa del Ministerio de Medio Ambiente a construir el tramo de autovía entre Teruel y Cuenca, que acercaría mucho más a los turolenses y madrileños.

     Es la triste realidad de esta provincia en la que las comunicaciones dejan mucho que desear y la industria se resiste asentarse de manera sólida y solvente. Mientras tanto, se están permitiendo instalaciones industriales en lugares privilegiados de otras autonomías; se está tolerando un desarrollismo salvaje en la costa mediterránea y se están ampliando zonas de ocio en parajes naturales del Pirineo con la consiguiente afección a la fauna y a la flora. Son paradojas de la vida y contradicciones evidentes. Y no es que queramos importar a Teruel ese modelo de desarrollo.  Lo que deseamos es que esta provincia aragonesa crezca con equilibrio - turismo, industria y agricultura - y no quede marginada definitivamente de territorios colindantes más prósperos.